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"Madrid ha evitado el error gravísimo de Londres de expulsar las viviendas del centro"
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BUESO-INCHAUSTI & REIN ARQUITECTOS

"Madrid ha evitado el error gravísimo de Londres de expulsar las viviendas del centro"

Llevan casi medio siglo dejando su huella en algunos de los proyectos inmobiliarios más importantes de la capital y su firma la llevará también el que será el gran proyecto residencial de lujo de Madrid que romperá todos los registros

Foto: Alejandro Bueso-Inchausti (i), Edgar Bueso-Inchausti (c) y Pablo Rein Redondo posan para El Confidencial. (G. G. C.)
Alejandro Bueso-Inchausti (i), Edgar Bueso-Inchausti (c) y Pablo Rein Redondo posan para El Confidencial. (G. G. C.)
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Llevan casi medio siglo dejando su huella en algunos de los proyectos inmobiliarios más importantes de la capital y su firma la llevará también el que será el gran proyecto residencial de lujo de Madrid, Hermosilla 47, llamado a romper todos los registros en cuanto a precios y calidad de sus viviendas.

Bueso-Inchausti & Rein Arquitectos mantiene la esencia del estudio que fue fundado en 1983 por los arquitectos Alejandro (Madrid, 1960) y Jorge Bueso-Inchausti (Madrid, 1958) y Pablo Rein (Madrid 1960). Una esencia que se basa en la búsqueda de la excelencia en cada uno de sus proyectos.

Dirigido en la actualidad por Alejandro Bueso-Inchausti, Pablo Rein y, desde el año 2012, por Edgar Bueso-Inchausti (Fort Lauderdale, EEUU, 1984), nunca han aspirado a convertirse en una gran firma de arquitectura que deje su trabajo como arquitectos en un segundo plano y los convierta en meros gestores de proyectos. Una filosofía que también les ha permitido aguantar mejor los embistes de la crisis, reduciendo volumen de trabajo pero sin llegar a tener que parar la actividad.

Trabajan con la misma ilusión que el primer día y con la libertad y el conocimiento del negocio promotor que les ha dado trabajar codo con codo con la promotora Tiuna, fundada por el abuelo de Edgar, Germán Toro, y refundada por Alejandro y Pablo. De hecho, de la mano de Tiuna han construido algunas de las viviendas de lujo que han marcado un antes y un después en el lujo. Y volverán a hacerlo en pleno corazón del barrio de Salamanca.

PREGUNTA. ¿Qué fue primero la promotora o el estudio de arquitectura?

ALEJANDRO BUESO-INCHAUSTI. El estudio arquitectura fue muy anterior. Yo empecé a trabajar en el año 82 e, inmediatamente, al año siguiente se incorporaron como socios mi hermano Jorge, que fue parte del estudio durante la primera mitad de la vida del mismo, y Pablo. Empezamos con un pequeño concurso adjudicado por la Administración y algunos pequeños encargos. Éramos un estudio muy modesto en la calle Velázquez y empezamos y trabajamos como se trabajaba en aquella época. En aquellos años los estudios no contrataban arquitectos, trabajábamos los socios de los estudios con delineantes. Nosotros teníamos tres, uno de los cuales sigue todavía 40 años después con nosotros. Lo de contratar arquitectos fue muy posterior. Hay que pensar, además, que en aquella época no existía el dibujo informatizado, era todo dibujo a mano, los delineantes calcaban los planos que, con más o menos definición, desarrollábamos los arquitectos. Era un oficio.

"Éramos un estudio muy modesto en la calle Velázquez y empezamos y trabajamos como se trabajaba en aquella época"

PABLO REIN. La inmensa mayoría de la estructura de los estudios en España era arquitectos que se asociaban y tenían delineantes para delinear. Directamente, te lo dibujabas tú todo. Hoy día sería inviable, no tanto por el tema técnico, sino porque el rol del arquitecto en la obra ha cambiado.

P. ¿En qué sentido?

PR. Digamos que mandas menos en la obra. En aquella época, lógicamente, tenías muchas menos posibilidades de hacer un montón de planos y en la obra hacías los detalles. Incluso podías dibujar un detalle en el yeso de una pared y eso quedaba allí. Y te hacían caso. Ahora, como hay que dar testimonio fehaciente de absolutamente todo, necesitas que hasta el último detalle que esté dibujado en AutoCAD, tienes que mandarlo, que lo firmen 18 personas...

ABI. Se ha complicado todo mucho y los arquitectos hemos perdido peso. La carga de trabajo que tiene algún proyecto es incomparable al que tenía cuando nosotros iniciamos el ejercicio profesional. Es por eso por lo que también los estudios necesitan un equipo muchísimo mayor para hacer el mismo trabajo.

P. No obstante, en los últimos años, hemos visto cómo muchos promotores están yendo de la mano de arquitectos de prestigio para dar un valor añadido a sus proyectos. ¿Vuelve a recuperar el arquitecto ese rol protagonista del que habla?

PR. Eso sí es cierto. Y esa mejora viene un poco de la mano de la crisis del 2008. La crisis empezó a reivindicar la arquitectura como tal. Antes de eso, realmente había una burbuja que hacía que el valor intrínseco del producto, que es la arquitectura, no se tuviese muy en cuenta en muchísimas promociones, y la crisis lo puso de nuevo en valor. Y ahí medió, necesariamente, una progresiva educación del cliente, que ha empezado a valorar la arquitectura. Yo creo que la sociedad, en general, ha empezado a valorar lo que está comprando, que es algo que ocurre en la inmensa mayoría de los productos que se le vende al consumidor. Es decir, la gente tiene muy claro lo que es un coche bueno o malo, bonito, feo, que corre, que gasta o que no gasta. Y, sin embargo, en arquitectura, prácticamente se vendían metros cuadrados y ubicación.

"Hemos tenido la suerte de poder elegir los proyectos en los que hemos ido trabajando y los clientes han ido buscando nuestro estudio"

ABI. Yo no sé si todos los clientes finales valoran y reconocen la autoría del proyecto, en nuestro caso, del arquitecto. Sí que lo han hecho, sin duda, nuestros clientes. Es decir, ahora, cuando las promotoras convocan concursos restringidos, lo hacen entre un determinado grupo de arquitectos que consideran que son los adecuados para el proyecto.

P. La figura del arquitecto está llegando no solo a proyectos de superlujo. Incluso en vivienda social se están metiendo arquitectos punteros.

EDGAR BUESO-INCHAUSTI. Estoy de acuerdo. Y si hablamos de nuestro estudio, nosotros hemos tenido la suerte de poder elegir los proyectos en los que hemos ido trabajando y los clientes han ido buscando nuestro estudio y siempre han sido clientes, incluso antes de la crisis de 2008, que nos buscaban porque tenemos una identidad, una marca y una forma de hacer los proyectos que los clientes finales valoran. De hecho, si ves todas las obras que va haciendo el estudio, no solo para Tiuna, sino también para terceros, son edificios que se han valorado de forma distinta a los de la competencia directa que hemos tenido, especialmente, en Madrid.

PR. En nuestro caso hemos tenido esa suerte, pero yo creo que hay un factor más, y es que, sobre todo en proyectos residenciales, que es lo que más hemos hecho, también teníamos un factor diferencial con respecto a la mayoría del mercado que era nuestro estudio funcional y espacial, sobre todo de la vivienda, a la que le hemos dedicado siempre muchísimo esfuerzo y muchísima dedicación, y eso ha estado avalado por el mercado.

ABI. Además, como decía Edgar, hemos tenido la suerte de poder, de alguna manera, elegir los proyectos, consecuencia de que nunca hemos tenido la vocación de crecer demasiado. Siempre hemos mantenido un tamaño de estudio que nos permitiera controlar los proyectos, lo que nos ha permitido en las épocas más difíciles y cuando ha habido crisis y menos trabajo, tener suficiente trabajo para seguir desarrollando el ejercicio profesional y cuando ha habido más trabajo, poderlo seleccionar algo más.

placeholder Foto: G. G. C.
Foto: G. G. C.

P. Además del estudio de arquitectura, cuentan con el negocio promotor. ¿Cómo ha sido ese trabajo conjunto?

ABI. Todo lo que hace Tiuna lleva nuestro sello. La historia de Tiuna, cronológicamente es muy anterior al estudio. Tiuna la fundó el abuelo de Edgar, Germán Toro, hace ahora exactamente 60 años, en 1964, y tuvo, durante la segunda mitad de los años 60 y la primera mitad de los 70 hasta la crisis del petróleo del 73-74, una actividad muy intensa en edificios residenciales, de mucha calidad y que fueron muy exitosos durante aquellos años. Con la crisis de los años 70, no llegó a cerrar pero bajó bastante la actividad y cuando Jorge, Pablo y yo iniciamos nuestra actividad profesional, recuerdo que hacíamos unas viviendas unifamiliares como promotores que vendíamos con los recursos que teníamos de los honorarios de otros proyectos. Llegamos incluso a tener una actividad empresarial con dos concursos que ganamos, uno en Ginebra y otro en Acapulco.

"Sabemos ponernos en los zapatos del cliente, no solo conocemos el proceso arquitectónico, también el proceso inmobiliario"

A finales del año 89, refundamos Tiuna que, realmente, con la empresa original comparte tres cosas solamente: el nombre, la sede social, que ha sido la misma desde que la fundó Germán Toro, y la vocación por la excelencia, por hacer un producto diferencial y por hacer las cosas bien. El 100% de las obras de Tiuna durante los últimos 40 años las ha hecho el estudio, pero para el estudio, la actividad como arquitectos de Tiuna representa algo relativamente pequeño, un 10% o un 15% del trabajo. Lo que nos ha dado ese elemento diferencial ha sido conocer muy bien el proceso inmobiliario y saber ponernos en los zapatos del cliente, porque somos, no solo conocedores del proceso arquitectónico, sino del proceso inmobiliario.

P. Un valor añadido, especialmente en un momento como el actual con los costes disparados.

PR. Respecto a la captación de cliente, en el pasado ha sido un arma de doble filo. Es decir, por una parte, ha sido positivo porque los clientes saben que nosotros estamos a la vez en los dos lados de la barrera, que conocemos los problemas de la promoción inmobiliaria, los costes de los proyectos..., pero por otra parte, muchos clientes que se sentían atraídos por el producto que hacíamos, pero pensaban que solo trabajábamos para nosotros mismos como promotores y no se dirigían a nosotros.

ABI. Hubo unos años, cuando empezamos en los primeros años 90, cuando el estudio empezó a tener actividad y refundamos Tiuna, solo éramos tres socios porque Edgar, lógicamente, se incorporó mucho después y esa estructura tampoco nos permitía coger demasiada obra, prácticamente estábamos solo con proyectos propios, no estábamos muy abiertos al mercado, pero fue un periodo corto.

P. Y en Tiuna, ¿han tenido libertad para hacer los proyectos que querían hacer?

ABI. Nos ha ayudado a legitimarnos para poder hacer lo que quisiéramos, no solo con Tiuna, sino con otros clientes. También ha ayudado a que, independientemente de si las promociones eran iniciativa empresarial propia o un servicio profesional para terceros, todas han sido exitosas. Creo que también ha ayudado que nosotros siempre hemos tenido reconocimiento de la profesión. Todos nuestros proyectos, por uno u otro motivo, han sido reconocidos con determinados premios de arquitectura. Eso también nos ha ayudado a tener un reconocimiento profesional.

PR. La reticencia que pueda tener un cliente a comprar tu producto cuando tú estás buscando sistemáticamente la excelencia y piensa que a lo mejor no puede amortizar esos costes superiores, si es que los tiene, desaparece cuando que ver que tu producto, como promotor, lo estás vendiendo muy bien y tiene demanda en el mercado. Cuando ve eso, esa barrera se derriba. Y eso para nosotros ha sido positivo.

P. ¿Cómo se sobrevive a tantas crisis? La del petróleo, la del 2008, la última con los costes de construcción y la inflación disparados...

ABI. Cuando los estudios de arquitectura son muy grandes y necesitan mucho volumen de trabajo, son un barómetro muy fiable para valorar en qué medida ha impactado la crisis en el sector. Nosotros, a pesar de que hemos crecido, contando los socios, somos unos 15 arquitectos, aproximadamente, seguimos teniendo una estructura reducida, tenemos unas dimensiones que nos dan mucha elasticidad y, afortunadamente, nunca hemos padecido las crisis. Hemos sido conscientes de ellas, pero la verdad es que nosotros las hemos solventado sin grandes penurias.

"Afortunadamente, nunca hemos padecido las crisis. Hemos sido conscientes de ellas, pero las hemos solventado sin grandes penurias"

EBI. Y luego está el hecho de que, si bien esta última ha sido una crisis en todos los sentidos, no ha derivado en un cese de la actividad para los estudios de arquitectura, o por lo menos para nosotros. Ha habido problemas con obras que ya estaban contratadas y que tenían un presupuesto cerrado, pero la realidad es que el mercado ha evolucionado muy favorablemente en los últimos años y se ha seguido haciendo mucha obra, con lo cual, a nosotros, como estudio de arquitectura, aunque hemos tenido problemas en la obra y hemos tenido que cuadrar un presupuesto con un modelo de negocio que había hecho un cliente en origen y hay que flexibilizar, eso no ha derivado en un cese de actividad o en una menor actividad, por lo menos en nuestro estudio.

ABI. Algo que nos ha ayudado es que el arquitecto tiende a ilusionar mucho al cliente por esa vocación que tiene de llevar a buen puerto el proyecto y la ilusión de terminarlo. Y hay una tendencia a decirle al cliente lo que quiere oír y decirle que las cosas cuestan lo que él tiene en la cabeza, muchas veces por desconocimiento y otras veces por ilusión. Nosotros conocemos bastante bien lo que cuesta una obra porque tenemos promociones propias, sabemos lo que valen las cosas y hemos perdido bastantes proyectos por intentar ser muy realistas.

P. ¿Tener trabajo, pero no a cualquier precio?

ABI. Bueno, no es tanto eso, sino ser realista. La gente siempre se ilusiona, piensa que puede llegar a encajar.

PR. Hay que distinguir, porque lo que cuesta el arquitecto en un proyecto es una fracción insignificante del volumen de inversión, sobre todo hoy. Pero el cliente le pide que le diga cuánto va a costar esa obra y es ahí donde todo el mundo se puede llamar a engaño. También es cierto que esa subida de los precios de construcción ha sido una actualización de lo que deberían costar. Es decir, el mercado de las constructoras estaba supertensionado, los presupuestos que daban era prácticamente imposible encajarlos con la realidad del mercado.

"El mercado de las constructoras estaba supertensionado, era prácticamente imposible encajar los presupuestos con la realidad del mercado"

También es cierto que la crisis de 2008 hizo perder muchísimo oficio en la construcción y ha sido más complicado encontrar profesionales cualificados y todo eso se ha sumado y ha hecho aterrizar bastante, en un baremo más realista, los costes de la construcción, más que subir en sí, porque muchas obras se contrataban por debajo del que iba a ser su coste real. Y eso era muy negativo. Había una guerra ya larvada desde el comienzo de cualquier obra, porque las propias constructoras sabían que iba a ser prácticamente imposible encajar esos presupuestos a los que se habían comprometido y eso, de alguna forma, ha permitido al mercado que se haya ajustado de una forma más equilibrada.

ABI. De hecho, yo creo que los últimos proyectos que se han contratado ha sido bajo contratos que se correspondían más con el propio cierre del resultado de la obra. Hubo una época en la que no había ni un solo proyecto en el que se podía llegar a final de ejecución la obra por el importe en el que se había contratado, y eso suscitaba gran cantidad de retrasos y problemas que de alguna manera, ahora, se han solventado.

placeholder Foto: G. G. C.
Foto: G. G. C.

P. Gran parte de los proyectos residenciales de Bueso-Inchausti & Rein Arquitectos y Tiuna entran dentro del segmento de lujo, ¿cómo ha cambiado este mercado en los últimos años?

ABI. Ha cambiado un poco el perfil del comprador. Históricamente, tanto en nuestros proyectos de iniciativa empresarial propia como en los que participamos como servicio profesional del arquitecto, el perfil del comprador era nacional 100%, profesionales liberales en la mayoría de los casos. Gente con cierto patrimonio consolidado, normalmente, gente que partía ya de una vivienda en propiedad, que vendía y hacía una adquisición de una nueva vivienda. Hoy, por primera vez en los últimos tres, cuatro o cinco años, ha aparecido el cliente internacional, pero es un nicho de mercado muy concreto. Pero no solo ha habido un cambio en el perfil del comprador, también en cuanto a la localización del producto. En el caso de Madrid, todos sabemos que se ciñe a determinados distritos como el barrio de Salamanca, Chamberí... zonas más demandadas de la población y donde realmente ha tenido mucho peso este cliente internacional. Lo que sucede es que también hay un tema de vasos comunicantes y todo se hace extensivo a proyectos que no están exactamente en el mismo ámbito. Pero sí es verdad que ha habido una mayor demanda en este tipo de viviendas.

P. Y este comprador internacional, ¿ha provocado un cambio en el tipo de vivienda de lujo que se construye?

PR. Algo sí, pero sobre todo en lo que se refiere a la evolución funcional de la vivienda, es decir, en cómo se distribuyen los espacios. Eso, en cierta medida, también puede ir de la mano del cambio de perfil de ese comprador final, pero también va de la mano de la evolución de los usos sociales, sin duda. Por ejemplo, un tema muy claro es la incorporación espacial de la zona de cocinar a la zona de estar. Eso, lógicamente, va aparejado a cómo se usan las casas hoy día. Se cocina menos y se cocina más frío, por así decirlo.

"Hubo una época en la que no había ni un solo proyecto en el que se podía llegar a final de obra por el importe en el que se había contratado"

ABI. También ha cambiado mucho el concepto de las áreas de servicio de las propias viviendas. El 100% de las viviendas que nosotros hacíamos durante los primeros años de nuestra vida profesional tenían en un área de servicio que era independiente de quienes vivían en la vivienda. Hoy en día, en algunos casos, han desaparecido, los espacios son más unitarios, hay menos compartimentación. De hecho, el acceso o la entrada de servicio prácticamente ha desaparecido, es algo que casi no se contempla en un proyecto nuevo, aparte de que complica mucho la los núcleos de distribución. Sin embargo, durante los 20 o 30 primeros proyectos que hicimos, todos, sin excepción, tenían entrada diferenciada.

PR. Incluso para quienes pueden pagar la demanda de servicios domésticos, la forma de prestarlos también ha cambiado, se han profesionalizado. Antes se tenía gente de servicio viviendo en la casa, ahora se contrata a alguien que cocine, a alguien que limpie... servicios externos. En ese sentido, todo se ha profesionalizado mucho y eso hace cambiar los usos de la vivienda. Hay muchos clientes que se podrían permitir sobre el papel tener gente de servicio residiendo en su casa y no lo quieren, ya que así se sienten menos atados y prefieren contratar servicios externos en la medida en que los necesiten.

P. Si viajáramos atrás en el tiempo, Pinar 4 fue uno de los grandes proyectos de lujo antes de que estallara la burbuja inmobiliaria. Aquel proyecto batió récord de precios. Un proyecto como el de Hermosilla 47, que llevará el sello de Bueso-Inchausti & Rein Arquitectos, ¿habría tenido demanda y habría podido venderse a los precios que se están comentando en el mercado?

ABI. Lo que es muy exclusivo y especial en una ciudad como Madrid, siempre tiene cabida. Otra cosa es el tiempo que tarda el mercado en absorberlo. Ahora es mucho más fácil. Pero, curiosamente, nuestros proyectos fueron los primeros que se empezaron a vender, en la época de las pesetas, a 1 millón de pesetas el metro cuadrado. Nuestros proyectos también fueron los primeros que superaron los 10.000 euros el metro cuadrado. En el caso de Pinar 4, llegamos a tocar prácticamente los 15.000 euros por metro cuadrado. Si tienes en cuenta que el inicio de ese proyecto fue hace prácticamente dos décadas, que se comercializó y se terminó hace 17 años, si actualizamos los 14.000 o 15.000 euros a los que se vendió en su momento, estaríamos hablando de unos niveles de repercusión que todavía a día de hoy estarían en el top del mercado.

"En la época de las pesetas, nuestros proyectos fueron los primeros que se empezaron a vender a un millón el metro cuadrado"

P. Hermosilla 47. Va a ser el proyecto residencial de lujo con mayúsculas de este año en Madrid capital, como en su día lo fueron Pinar 4 o Lagasca 99.

ABI. En este proyecto, el cliente es excepcional porque es un cliente que cumple un doble requerimiento, y es que sabe exigir y sabe delegar. Y eso es muy importante. Tiene la vocación de hacer las cosas, Ellos tienen, lógicamente, una motivación empresarial, tienen que defender a los inversores, como no puede ser de otra manera, pero el objetivo primordial es la excelencia.

P. Hablamos de Blasson, Pictet y Mandarin Oriental.

ABI. Nuestro cliente, realmente, es Blasson. Clientes son todos, pero nuestro interlocutor director es Blasson, que al final es el que lleva todo el peso en el desarrollo del proyecto. Toda la interlocución tanto con el fondo, que es Pictet, como con Mandarin Oriental, corre a cargo de Blasson, que es realmente quien se ha dirigido a nosotros.

PR. Para que cualquier proyecto quede bien hacen falta tres cosas muy importantes que es saber, querer y poder. Y curiosamente esos tres factores tienen que reunirlos los tres actores principales intervinientes que son el estudio de arquitectura, el cliente y la constructora. Los tres. Y si los tres no reúnen estos factores, hay una pata coja.

ABI. Es curioso eso que ha dicho Pablo de saber, querer y poder. Puede parecer que lo más fácil es querer, pero es lo menos común, no suele ser la prioridad.

P. El barrio de Salamanca es el que está atrayendo toda la atención del mercado, promotores y compradores.

ABI. En el caso de Madrid ha habido un desplazamiento de la zona norte, Chamartín, Rosales, dos zonas muy demandadas durante años hacia el barrio de Salamanca, en parte por el cliente internacional, que ha reivindicado la escala peatonal. También tiene mucho que ver cómo ha cambiado la sociedad en la medida en la que ha puesto en valor el uso de la trama urbana. Yo que he vivido de niño en el barrio de Salamanca, no recuerdo que estuvieran tan transitadas las calles. Hoy, sin embargo, paseas por el barrio de Salamanca y la cantidad de restaurantes, de pequeño comercio y la vida urbana que tiene hoy en día, con la misma población, no es la misma que hace 50 años. Como desde hace muchos años en ciudades como, por ejemplo, París, la gente tiene la vocación de caminar y de ir a los sitios andando y eso reconoce el valor de esos barrios céntricos.

PR. De cara al uso peatonal de la ciudad, se ha demostrado que la fórmula de la manzana cerrada es bastante más acertada para el uso peatonal y la vida comercial que la edificación en bloques abiertos, penetrados por zonas verdes que, realmente, produce un ambiente urbano más disperso. Hay muchos desarrollos de bloques abiertos que se penetran, que no funcionan porque no hay una clara percepción del comercio.

P. ¿Un ejemplo?

ABI. Un claro ejemplo en Madrid ha sido el fracaso que fue Azca.

PR. Y en aquel momento era una apuesta, pero claramente no ha funcionado. Y, sin embargo, la fórmula de las manzanas cerradas y alineadas con las calles del barrio de Salamanca ha demostrado que, desde el punto de vista de uso de las calles y del comercio y la restauración, funciona muy bien.

"Ha sucedido algo muy importante en Madrid que no ha ocurrido en otras ciudades y es que no se ha expulsado al uso residencial del centro"

ABI. También ha sucedido algo muy importante en Madrid que no ha ocurrido en otras ciudades y es que no se ha expulsado al uso residencial del centro. En Londres, por ejemplo, se cometió un error gravísimo en los años 50, 60 y 70. El casco urbano estaba colmatado de residencias y las empresas, primero, y los extranjeros, después, expulsaron a los propietarios. Londres no es una ciudad de los londinenses y eso no ha pasado en Madrid.

P. Pero, ¿podría pasar ante esta incipiente tendencia de cambios de uso a determinados edificios?

ABI. El éxito yo creo que radica en la compatibilidad de los distintos usos. Es decir, que el uso del comercio, el uso de la restauración, el residencial, incluso el terciario, convivan.

PR. Estoy de acuerdo. Para empezar, zonificar las ciudades produce unos problemas de interrelación y de transporte que hacen la vida muy incómoda, sobre todo en ciudades grandes y hacen que las ciudades, a determinadas horas y en determinados momentos, estén muertas. Yo creo que Madrid no ha caído en esa tentación.

placeholder Mandarin Oriental Branded Residences en Hermosilla, 47, Madrid.
Mandarin Oriental Branded Residences en Hermosilla, 47, Madrid.

P. ¿Qué les parece cómo están planteandos, a nivel urbanístico, los futuros barrios de Madrid como los desarrollos del Sureste o Madrid Nuevo Norte?

ABI. Yo creo que Madrid Nuevo Norte va a ser más exitoso de lo que han sido, desde el punto de vista urbano, los PAU, en la medida en la que está planteado con una consolidación de la trama, con compatibilidad de usos extensivos a todo el ámbito, cosa que no ocurre en los PAU, en los que hay un uso residencial y luego, puntualmente, unos locales, unos comercios... En Valdebebas, por ejemplo, donde hay un maravilloso parque, en mi opinión, se ha cometido el error de que esté al margen de la trama residencial.

"Madrid Nuevo Norte será más exitoso de lo que han sido, desde el punto de vista urbano, los PAU, es una extensión de una zona consolidada"

EBI. Además, Madrid Nuevo Norte es la extensión de una zona completamente consolidada. Si Madrid Nuevo Norte lo haces a 20 kilómetros al norte de Madrid, por muy bien que esté desarrollado y muy bueno que sea el proyecto, es imposible el tener una trama consolidada con comercio y con vida hasta que pasen muchas décadas. Es una extensión de la trama existente, no es un satélite.

P. Como los desarrollos del sureste.

EBI. Sí, son más satélites, tardarán más tiempo en consolidarse. Lo que pasa es que no siempre es posible hacer una extensión directa de la ciudad y también creo que son desarrollos necesarios. Al final hay una falta de oferta de obra nueva en la ciudad de Madrid muy importante, uno de los motivos por los que yo considero que es tan complicado el acceso a la vivienda y por lo que la vivienda es tan cara.

P. No obstante, estos desarrollos son a muy largo plazo y también son muy grandes. En 20 años, la sociedad cambia, los modelos de familia también... pero la legislación no solo sigue siendo la misma, sino que es muy poco flexible para adaptarse a las nuevas necesidades.

PR. Esa flexibilidad es complicada y el urbanismo es una ciencia muy compleja. Es decir, realmente hacer bien y con coherencia desarrollos urbanos que requieren una planificación pública, porque al fin y al cabo es potestad pública la determinación de los usos en las distintas zonas, es muy difícil.

"Hacer bien y con coherencia desarrollos que requieren planificación pública es muy difícil"

ABI. Curiosamente, han sido más exitosos los crecimientos que lo han hecho de una manera natural y a veces hasta caótica, que los que han sido planificados. Brasilia es un perfecto ejemplo. No hay un proyecto arquitectónico ni urbanístico más brillante que el que hicieron Lucio Costa y Oscar Niemeyer en la ciudad brasileña. Y fue un fracaso absoluto. Desde el punto de vista urbanístico, conceptual y arquitectónico es una maravilla. Sin embargo, otros crecimientos menos ordenados, más espontáneos, han funcionado mejor. Creo que tiene que ver con lo que ha dicho Edgar, es mucho más fácil crecer como extensión de una trama preexistente que en un nuevo ámbito.

EBI. La arquitectura es un oficio en el que hay que tener mucha paciencia. Desde el día que dibujas la primera línea de un proyecto hasta que se materializa, pasa mucho tiempo. Y con el urbanismo hay que tener todavía más paciencia. En una planificación a largo plazo y un proceso delicado donde se tarda tanto, no tanto por la inoperatividad de la administración, sino porque son procesos muy largos, suponen grandes inversiones, requieren movilizar la población para ocupar esos barrios, desarrollar infraestructuras, servicios, dotaciones deportivas, comerciales... Y hacer eso coherente y equilibrado, realmente, por mucha ciencia urbanística que se le ponga, es una apuesta que unas veces funciona y otra es incierta.

P. Y todo eso, ¿cómo se corrige?

ABI. Difícil, es muy difícil.

P. ¿Hay un exceso de protección del patrimonio?

PR. Todo es muy subjetivo y muy opinable, pero si hablamos de protección, me parece menos opinable. La protección, ¿se queda corta o larga? A mí me parece que la ciudad, en tanto que es de todos, las corporaciones municipales tienen la obligación y el derecho de velar por mantener lo que todos disfrutan y lo que todos sufren. En ese sentido, la protección de las fachadas de edificios que consolidan una trama que tiene ya su personalidad reconocida, tiene todo el sentido. Ahora bien, cuando esos niveles de protección se extienden al interior de los edificios, y muchas veces sin valor patrimonial, sin valor ninguno de escaleras, portales, patios que no significan nada, se convierte en un error tremendo.

"Cuando esos niveles de protección se extienden al interior de los edificios, como patios sin ningún valor, se convierte en un error tremendo"

Por varias razones. Una, para mí, conceptual. Que la ley te obligue a proteger algo de lo que participan todos, como puede ser la visión de la ciudad, me parece bien, pero que la ley se tenga que meter en lo que haces tú dentro de tu casa, no me parece bien, porque va más allá, produce un gran problema técnico. Es decir, cuando a un edificio podría dársele una nueva vida si solo se protegiese la fachada, tendrías la capacidad de cambiarlo interiormente absolutamente y hacer una estructura nueva y un desarrollo funcional nuevo y adaptarlo a los nuevos usos y hacer buena arquitectura, pero cuando te encuentras con que a ese edificio, la ley le da una rigidez tremenda porque no solo está protegida toda la fachada, sino elementos interiores como escaleras y patio que te impiden rehacer ese edificio por dentro, se produce un freno tremendo a la rehabilitación de la ciudad y a la renovación de la ciudad, ya que impide reconocer el valor otra vez ese edificio. Incluso produce accidentes.

P. ¿Por qué?

ABI. Hay algunos aspectos de la normativa que restringen de una manera a veces irracional. Por ejemplo, la norma impone el mantenimiento de la edificabilidad existente, siempre y cuando se conserve la estructura. En el momento en el que la estructura es demolida, ese derecho de vuelo desaparece y eso tiene como consecuencia que se han llegado a producir varios accidentes serios y en otros muchos un encarecimiento desorbitado del proyecto y la consecución de un resultado peor del que se podía haber obtenido sin esa restricción, mediante la cual te obligan a mantener una estructura que no tiene ningún otro valor que el estrictamente cumplimiento normativo. Cuando yo empecé a conducir había un parque móvil que era aproximadamente una cuarta parte del actual y, sin embargo, el número de siniestros que había era cinco veces mayor. Eso, al margen de la mejora del parque móvil, ha sido fundamentalmente consecuencia de una mejora de las infraestructuras y unas inversiones en carreteras. Pero esas carreteras, en ningún caso se han hecho con la imposición de seguir el trazado de las calzadas romanas, se han hecho con absoluta libertad. Sin ir más lejos, Pinar 4 fue una reestructuración. Tuvimos que mantener una estructura preexistente cuyo valor era nulo, porque el edificio no tenía ningún valor arquitectónico.

PR. Incluso aunque puedas mantener la edificabilidad, el hecho de tener que conservar elementos interiores del edificio te obliga en muchas ocasiones, por ejemplo, a conservar la típica estructura de viguería de madera que está completamente carcomida, que es imposible consolidar. Pero si no puedes tirar ni el patio ni la escalera, no puedes tirar la estructura... se llegan a hacer intervenciones de rehabilitación peligrosas que han provocado accidentes.

placeholder Planos en la sede de Bueso-Inchausti & Rein Arquitectos en Madrid. (G. G. C.)
Planos en la sede de Bueso-Inchausti & Rein Arquitectos en Madrid. (G. G. C.)

P. ¿Todo eso se traduce en mayores costes para el promotor y que no siempre resulte rentable acometer un proyecto de rehabilitación?

ABI. Es más costoso y además con un resultado bastante discutible,

PR. ¿Y a quién beneficia que en ese edificio por dentro se mantenga un patio formado por cuatro paredes desconchadas de ropa tendida y que encima te 'rigidiza' las posibilidades del edificio? No obstante, también es cierto que en Madrid se han demolido, especialmente durante la década de los años 60 y 70, una cantidad de edificios de enorme valor. Por eso hay que proteger lo que todos ven. También es indiscutible que hay edificios que, interiormente tienen un enorme patrimonio artístico que hay que preservar, pero no es de lo que estamos hablando. Y no es lo normal.

P. La queja generalizada de promotores y arquitectos apunta directamente hacia la lentitud en la tramitación de licencias.

ABI. Hay que decir que en el caso del Ayuntamiento de Madrid se ha agilizado mucho y ha habido algo muy positivo que son las ECU, que inicialmente tenían la concesión de licencias restringido al ámbito terciario, y desde hace ya un año, año y medio se han hecho extensivas a la intervención, concesión y tramitación de licencias en residencial. Eso, sin duda ha agilizado, indudablemente. Y los pasos que están tomando los ayuntamientos, y en concreto de Madrid, son todos en beneficio de la agilidad.

"Al promotor es muy difícil convencerle de que, en lugar de hacer dos viviendas adicionales, haga unas zonas comunes muy buenas"

EBI. Por un lado está la agilidad y luego está la normativa, creo que han comenzado un camino que creo que es bastante favorable, que es pensar un poco en el usuario final y en la calidad de los espacios finales. Es verdad que se podría haber ido un poco más allá. Cuando tú tienes un edificio que tiene 40, 50 o 60 viviendas, realmente el que tenga unas dotaciones comunes generosas va en favor de los usuarios finales. Lo que pasa es que al promotor es muy difícil convencerle de que, en lugar de hacer dos viviendas adicionales, haga unas zonas comunes muy buenas o de mucha calidad o un acceso más digno.

PR. Al final, como el promotor quiere vender metros cuadrados, las zonas comunes quedan restringidas a la mínima expresión, porque por mucho que te pongas, no da lo mismo la repercusión de un portal generoso que el metro de tu salón. Eso lo han cambiado, de una manera tímida, en la modificación del plan general. Empieza a haber una voluntad y se empieza a pensar en el usuario final y en la calidad de los espacios. Lo mismo pasó con el tema de las terrazas, es decir, con el plan del 97. En Madrid desaparecieron las terrazas, porque el hecho de que una terraza compute en edificabilidad al 100%, por muy agradable y estupenda que sea, más aún a raíz de la pandemia, no vale lo mismo un metro cuadrado de terraza que un metro interior de vivienda. ¿Eso qué provocó? Que desaparecieran las terrazas en Madrid, lo cual es una verdadera pena.

P. ¿De cuál de todos vuestros proyectos os sentís especialmente satisfechos?

PR. A todas las obras les pones mucho cariño desde el principio. Son como hijos. ¿A quién quieres más, a uno o a otro? Los quieres a todos igual. Y luego depende de cómo te lleves con él, con el desarrollo de la obra... Sin embargo, una buena obra también necesita un buen cliente, Es, absolutamente, indispensable.

"Un proyecto es como un hijo, ¿a cuál quieres más? A todos los quieres por igual"

ABI. El arquitecto es, indudablemente, importante para un buen resultado de una buena obra, pero no lo es menos el cliente. En nuestro caso, el nivel de satisfacción que el estudio ha tenido con la obra ha estado muy ligado con la relación y la confianza depositada por el cliente en el estudio. Ahora bien, evidentemente, las obras también tienen su momento y su época. Por ejemplo, fue muy importante cuando Pablo, Jorge y yo éramos muy jóvenes, y te estoy hablando de hace 40 años, e hicimos la primera obra dentro de la M-30 en Madrid, muy cerca de nuestro estudio, unas casitas de ladrillo. Esa obra la hicimos con enorme ilusión y fue muy importante en aquel momento para nosotros. Luego ha habido obras posteriores, de las que quedamos muy satisfechos a pesar de que las iniciamos con muchas dudas por dónde estaban situadas, como por ejemplo, un edificio de la calle Pradillo hace 12 o 14 años, premiado con el Premio Asprima en su momento. Cuando lo iniciamos teníamos bastantes dudas sobre si el entorno y el producto eran adecuados. Allí lo que pasó fue que el cliente era buenísimo.

EBI. El cliente es importante hasta tal punto para nosotros que ahora mismo en el estudio estamos abordando proyectos de todos los tipos y escalas. Estamos haciendo desde torres de 100 metros de altura, una universidad, viviendas en el centro de barrio Salamanca y viviendas unifamiliares en La Moraleja y en La Finca. No diría yo que tenemos mayor dedicación en una torre de 100 metros que en una vivienda unifamiliar. Depende más del cliente y de cuánto confía en ti y cuánta dedicación te deje tener, porque al final, nosotros estamos dispuestos, como dice siempre Pablo, a diseñar hasta la cubertería y el último detalle de un proyecto, si nos dejan.

P. Habrá clientes con los que resulte más sencillo trabajar que con otros.

ABI. La ilusión con la que acometemos cualquier proyecto es, yo creo, siempre la misma, pero es verdad que a veces el entusiasmo y el reconocimiento del cliente acrecienta esa ilusión. Y hay veces que el freno y el exceso de intervenciones por parte del cliente, las restricciones, las limitaciones, no económicas, sino a la creatividad, hace que a veces uno pierda un poquito de empuje y la ilusión inicial.

"Al arquitecto es muy difícil hacerle perder la ilusión, porque somos muy cabezones"

PR. Al arquitecto es muy difícil hacerle perder la ilusión, porque somos muy cabezones. Pero cuando ejecutas una obra, pueden surgir miles de problemas y el cliente puede empezar a introducir lo que nosotros llamamos, en broma, peoras en vez de mejoras, y cuando te pone tantas barreras quieras o no, tu nivel o tu listón de ilusión, desciende. A nosotros, afortunadamente nos ocurre poco. Hemos llegado hasta el final con mucha ilusión y conseguimos estar bastante orgullosos de casi todas ellas. Somos conscientes de que muchos estudios de arquitectura tiran la toalla y se dedican a hacer lo que pueden y a salvar los muebles de la forma más digna posible, pero pierden la ilusión. Este trabajo es muy, muy, muy delicado. Requiere una dedicación, un empeño y un esfuerzo que es difícil de ver. Sin la ilusión por el proyecto y por llevarlo al final en la forma en la que estás convencido, es muy difícil el mantener el nivel de compromiso que requiere ese esfuerzo y esa dedicación.

placeholder Foto: G. G. C.
Foto: G. G. C.

P. ¿Algún proyecto que les hubiese gustado hacer pero no salió?

ABI. Normalmente, los proyectos, cuanto más ambiciosos son, más difíciles son de llevar a buen puerto. Es lógico, cuando la inversión es muy grande, cuando los factores son muchos, cuando el proyecto requiere de determinadas circunstancias, es muy fácil que una de ellas no se produzca y al final no se haga. Pero he de decir que el ratio que tenemos de proyectos iniciados y proyectos terminados es altísimo.

"La arquitectura es un oficio tan vocacional que no hemos querido crecer y convertirnos en gestores de una firma y dejar de ser arquitectos"

P. Escuché en una entrevista en la que decían que quieren seguir siendo un estudio de arquitectura, no quieren convertirse en una firma de arquitectura. ¿Por qué?, ¿cuál es la diferencia?

PR. Es una decisión vital. Por ejemplo, un zapatero que se ha especializado en fabricar zapatos a medida y los hace y diseña, si su empresa es exitosa, empieza a vender y a vender y a crecer, seguramente acaba siendo exclusivamente gestor de su empresa y ya no tiene tiempo de entrar en el diseño de sus zapatos, ni de meterse en la fábrica, ni de dar la última puntada... Es una decisión de vida. La arquitectura es un oficio tan vocacional que nosotros, conscientemente, no hemos querido crecer. Seguramente, habríamos podido hacerlo hasta el punto de dejar de ser autores de nuestros proyectos y pasar a ser, de alguna forma, más gestores de una firma de arquitectura que arquitectos de nuestro estudio. Por eso hemos limitado nuestro crecimiento, queremos seguir siendo un estudio de arquitectura, no una firma.

P. Eso no es incompatible con haber dado el salto internacional.

EBI. Estamos en Rumanía y en Estados Unidos y el salto se ha producido por dos circunstancias distintas. Rumanía llegó de forma circunstancial. Fue un cliente al que asesoró el estudio, se comenzó a trabajar para él en un primer proyecto. Tuvimos mucho éxito al principio, porque llegamos a una ciudad, Bucarest, en donde no había estudios con mucha experiencia por las circunstancias del país. El estudio obtuvo un reconocimiento enorme, hasta el punto de ser uno de los estudios internacionales que más obra tenía en la ciudad de Bucarest, por eso se ha continuado hasta el día de hoy trabajando allí. Estados Unidos, sin embargo, ha sido una decisión más estratégica. Es un país que nos atrae mucho porque, hay muchas obras con un gran potencial, es una sociedad muy ambiciosa en cuanto a los proyectos a acometer.

"Rumanía llegó de forma circunstancial, mientras que EEUU ha sido una decisión más estratégica"

PR. Desde el punto de vista puramente empresarial, prestar servicios desde un país más rico a uno más pobre no es la mejor decisión, porque nuestros servicios en Rumanía, en principio, son caros, mientras que en Estados Unidos pasa un poco al revés.

P. ¿Miran hacia otros mercados?

EBI. Queremos internacionalizarnos por tener nuevos retos y por entrar en nuevos mercados, pero para nosotros es importante no perder ese sello de estudio, de arquitectura, con lo cual también tenemos que medir nuestras fuerzas para poder seguir siendo autores de nuestros proyectos. En Estados Unidos, por ejemplo, también nos hemos asociado con el estudio Lamela, con quien tenemos una excelente relación y bueno, nos vamos acompañando mutuamente en esta aventura en la que estamos poniendo mucha ilusión. Y vamos a empezar a trabajar en un primer proyecto.

P. ¿Cuál es ese proyecto?

ABI. Es un proyecto de infraestructuras de ampliación aeroportuaria, un proyecto menor, pero la vocación es intentar implantar ahí una mayor actividad. En Estados Unidos, en el estado de California.

Llevan casi medio siglo dejando su huella en algunos de los proyectos inmobiliarios más importantes de la capital y su firma la llevará también el que será el gran proyecto residencial de lujo de Madrid, Hermosilla 47, llamado a romper todos los registros en cuanto a precios y calidad de sus viviendas.

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