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"Madrid va a tener inflación de precios de la vivienda, porque no hay sitio para todos"
  1. Inmobiliario
CÉSAR FRÍAS, SOCIO DIRECTOR DE MORPH ESTUDIO

"Madrid va a tener inflación de precios de la vivienda, porque no hay sitio para todos"

Con el sueño imposible de levantar un rascacielos frente al Central Park de Nueva York, Frías ha salido al extranjero para soñar en grande con su trabajo y levantar, o al menos intentarlo, proyectos que en nuestro país serían imposibles

Foto: César Frías, CEO de Morph Estudio, posa para El Confidencial. (A. B.)
César Frías, CEO de Morph Estudio, posa para El Confidencial. (A. B.)
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Nadie en su familia más cercana es arquitecto y, sin embargo, siempre ha llevado la arquitectura en la sangre, ya que desde muy pequeño garabateaba sus cuadernos del colegio con los diseños que recorrían su imaginación. Quizá por ello, aunque pudo haber sido ingeniero o físico, en el último momento decidió estudiar Arquitectura en la Universidad de Valladolid a principios de la década de 1990.

Hoy, 30 años después, César Frías (Soria, 1975) cuenta con su propio estudio de arquitectura, Morph, fundado junto a otros tres socios más, y en el que ya trabajan 165 personas. A sus espaldas, más de 20.000 viviendas en toda España, más de la mitad en Madrid, pero también torres y edificaciones singulares como varios estadios de fútbol y bodegas. Y un sello muy característico en la inmensa mayoría de sus proyectos, las formas sinuosas que ya sugieren el logotipo y nombre del estudio, Morph, del griego forma, tan característico de todos ellos.

Con el sueño imposible de levantar un rascacielos frente al Central Park de Nueva York, Frías ha apostado por salir fuera de nuestras fronteras para soñar en grande con su trabajo y levantar, o al menos intentarlo, proyectos que en nuestro país serían impensables, como un rascacielos de 60 plantas.

Consciente de que en la asignatura de la sostenibilidad queda todo por hacer, aboga por incentivar a quienes apuestan por ella y lamenta que algunos de los futuros barrios de Madrid no hayan sabido entenderla y nazcan obsoletos porque, en su opinión, las ciudades necesitan un urbanismo con vocación, no solo de implementar la sostenibilidad, sino de conseguir que esta sea rentable.

Foto: Ilustración de inversión en infraestructuras. (iStock)

PREGUNTA. En un mundo como el de la arquitectura, no ha tenido que ser sencillo hacerse un hueco sin un apellido que lo respaldase. La suya es, claramente, una historia de éxito.

R. Es una historia de perseverancia, más que de éxito. Yo, de pequeño, quería ser físico teórico. Me encantaba la física, lo que pasa es que se me daba bien dibujar y me encantaba diseñar. En clase era un buen alumno, pero me pasaba la clase dibujando. Todos mis libros de pequeño están llenos de dibujos y de diseños. Recuerdo una vez, en dibujo técnico, que el profesor nos pidió diseñar unos bombones. Al día siguiente fui a clase con 23 diseños diferentes, y en ese momento dije, "qué guay es esto". Diseñar me libera dopamina.

"Una vez, en dibujo técnico, el profesor nos pidió diseñar unos bombones. Al día siguiente fui a clase con 23 diseños diferentes"

P. En su familia, sin embargo, no había ningún arquitecto.

R. En mi familia no había arquitectos, de hecho, me enteré de que existía esta profesión por un amigo mío cuyo padre era aparejador. Él, finalmente, ha sido ingeniero de caminos y el arquitecto he sido yo. Es más, mis padres querían que fuera ingeniero y soy arquitecto porque en Valladolid empezaba el curso unas semanas antes que en Zaragoza. Me habían admitido en las dos facultades, en la de Ingeniería Industrial en Zaragoza y en la de Arquitectura en Valladolid. Llamé a mis padres y les dije me quedaba en Valladolid, que eso era lo que me gustaba.

P. ¿Cuándo nace Morph?

R. Realmente, la primera empresa que monto con mis hermanos es una ingeniería. Cuando salí de la carrera no veía hueco para poder hacer proyectos. Era un mercado, como lo sigue siendo ahora, con unas barreras de entrada muy fuertes. Cuando termino la carrera, en 2001, estábamos con el efecto 2000, pensábamos que iba a ser algo terrible, y empecé a trabajar en un estudio. El hueco laboral que vi entonces era hacer los proyectos técnicos para otros y, precisamente, trabajando en los estudios me di cuenta de que, por un lado se hacían las instalaciones, por otro, las estructuras y luego, era un cirio tremendo coordinar todo eso. En una salita de casa monté un equipo con mi amigo Javi, que era calculista en Bureau Veritas y que se vino de Valladolid y con Diego, mi hermano, que estaba en una instaladora de gas en Soria y se vino a hacer instalaciones, y empezamos a hacer proyectos técnicos para otros arquitectos.

"En el mundo de la arquitectura había hueco para hacer un chalecito, pero mi primer proyecto de más de una vivienda lo firmé con 38 años"

P. ¿A qué se refiere con que no había hueco?

R. Había hueco para hacer un chalecito, pero mi primer proyecto de más de una vivienda, igual lo firmé con 38 años. En el momento del boom se vendía cualquier cosa, y ¿por qué iba una promotora a cambiar de arquitecto? Fue en el momento de la crisis cuando empecé a ver el hueco, porque ahí sí que empezó a ser diferencial el valor de la arquitectura a la hora de vender, pasamos de tener mercado de demanda a un mercado de oferta y se empezó a plantear cómo construir para hacerlo atractivo y para que sea fuera producto reconocible. Y eso se ha quedado. Entonces, yo trabajaba en el estudio de Rafael Pradillo y, aparte, tenía Suma, la empresa de ingeniería que he comentado antes. En 2014, el estudio de arquitectura tenía menos volumen de trabajo que la ingeniería, y le propuse a Miguel, el hijo de Rafael, juntar las dos empresas y crear un estudio con vocación multidisciplinar, de tal manera que nuestra ventaja competitiva sería ofrecer todo in house. Te voy a dar un proyecto, lo voy a calcular yo, lo voy a diseñar yo... Con esa idea, y con el BIM implantado en la oficina, empezamos. La sorpresa fue cuando nos empezaron a llamar a concursos de arquitectura y empezamos a ganarlos por el diseño y por las soluciones que ofrecíamos.

placeholder Foto: A. B.
Foto: A. B.

P. ¿Qué proyecto les puso en el punto de mira?

R. Las Terrazas del Lago, de Inmoglaciar, fue importantísimo porque fue el primer edificio que se hizo aterrazado en Valdebebas, frente al parque. Se estaban haciendo bloques exactamente igual que en el resto de sitios y nosotros lo que hicimos fue generar terrazas con vistas en el edificio. Terrazas del Lago ganó varios premios, entre ellos, el Premio Internacional de Porcelanosa. Luego hicimos Prado Pozuelo, que también fue muy importante. Una cooperativa, integrada en la naturaleza, con formas curvas. Ambos proyectos definieron un poco la imagen que tienen de nosotros los clientes. A partir de ahí empezaron a llamarnos y nos dimos cuenta de que la gente conocía nuestros proyectos, pero no nos conocía a nosotros y lo que hicimos fue intentar que la gente nos conociera a nosotros. A partir de ahí, en 2014, constituimos la marca Morph y pasamos de ser 14 personas a 65 en 2018, a alcanzar las 100 antes del covid y las 165, actualmente.

"Hemos diseñado siete de las 50 torres más altas de España, muchas de ellas en construcción"

Empezamos con el residencial, pero hemos ido diversificando y ahora hacemos de todo, diseñamos estadios, bodegas, torres... Nuestras primeras torres también marcaron un hito, como las Torres de Martiricos. Además, hemos diseñado siete de las 50 torres más altas de España, muchas de ellas, actualmente, en construcción. También hemos hecho un camino casi inverso al de otros estudios y estamos haciendo obra pública, por ejemplo, estamos con un centro de investigación súper chulo todo de madera que nos fue adjudicado hace unas semanas en Jaén, con Typsa. Y estamos desarrollando la modificación del estadio de La Rosaleda. También hemos dado el salto a nivel internacional. Tenemos mucha presencia en el Caribe y estamos licitando muchas cosas en Oriente Medio.

P. ¿Por qué Morph?

R. Propuse 32 nombres. No queríamos que fuera un apellido, sino una marca. Morph significa forma en griego. Era muy corto y, en aquel momento, no sabíamos por dónde nos iba a llevar la vida, y queríamos un nombre que si, por lo que fuera, dábamos el salto internacional, no fuera una palabra española. De esos 32 nombres, Morph fue el que más gustó.

P. Una década después, Morph es uno de los 100 estudios más grandes del mundo.

R. En la lista WA100, que elabora una empresa inglesa todos los años, aparecemos en el puesto 81. Ha sido muy laborioso, porque en un taller trabajas codo con codo con todos los trabajadores en el día a día, es una familia. Cuando tienes un gran volumen de trabajo, tienes que delegar la gestión de muchas cosas, pero también tienes que preocuparte de no delegar lo esencial porque, si no, pierdes tu esencia. Es un proceso complicado y duro ya que no había una tradición de trabajar con un gran estudio. Yo había trabajado con dos arquitectos, Yustas y Rafael Pradillo y el estudio más grande era de seis personas. No tienes ese know how y tienes que aprenderlo. De hecho, me formé e hice un MBA.

P. ¿Tener un apellido ayuda?

R. Nosotros no queríamos personalizar. Somos varios socios en el estudio. Está Miguel Pradillo, que viene de esa fusión con el estudio Pradillo. Diego y Nacho, que son mis hermanos. Javier Belloso, el calculista que vino de Valladolid, y está también Quim Araújo, que fue el primer BIM Manager que fichamos. Además, se va a incorporar como socia Raquel Dueñas. Y habrá un plan para nuevas incorporaciones.

P. ¿El objetivo es seguir creciendo?

R. El objetivo es hacer una torre en Nueva York, mirando al Central Park. Nos queda aún.

"El objetivo es hacer una torre en Nueva York, mirando al Central Park"

P. ¿Qué es más complicado, hacer un edificio, una torre o un estadio?

R. Una cooperativa de viviendas [risas]. Por la idiosincrasia de una cooperativa. Al final, un cliente de un estadio o de unas oficinas es un cliente único, al que tienes que satisfacer, con el que tienes interlocución directa, que puede incidir e influir en el proyecto. Una cooperativa, en cambio, son muchas voluntades con voz y voto, con las que muchas veces no tienes una interlocución directa, sino indirecta y que tampoco son profesionales y cuando llegan situaciones anómalas como la inflación brutal de materiales que hemos tenido o problemas de mano de obra en las obras, resulta difícil manejar sus expectativas.

P. Pero han hecho unos cuantos proyectos de cooperativa.

R. Sí, pero, como te digo, tienen su complejidad.

P. Hablando de inflación y falta de mano de obra, ¿cómo les han afectado ambos factores?

R. A nosotros nos afecta, quizás, más que a nadie. Todos nuestros proyectos acaban entrando en precio. Cualquier proyecto nuestro que veas, entra en el presupuesto que tenía el promotor o éste ha logrado cobrar más para poder construirlo. ¿Qué sucede? Hay edificaciones en las que el plan de negocio se ha hecho antes de ese proceso inflacionario y se tienen que adaptar. Por ejemplo, acabas dando soluciones como llevar el aparcamiento a superficie porque tiene menos costes o la fachada, que suele ser la primera contra la que se dispara, quitamos un material y utilizamos otro.

"La inflación de los materiales y la falta de mano de obra nos afectan más que a nadie. Todos nuestros proyectos acaban entrando en precio"

Yo siempre hago la broma de que en algún momento los fabricantes de SATE me van a regalar un crucero, porque acaba siendo el material socorrido, es económico, aísla y entra en precio, por lo que acabamos haciendo muchas cosas en SATE. Y cuanto más largo es el proceso, más sujeto estás a todo esto, porque cuando nosotros hacemos un proyecto entra en precio y cuando llega la licitación ha habido una inflación y ya no entra en precio. Pero también lo sufrimos cuando el proyecto entra precio con calzador, porque cuando suceden estos procesos inflacionarios durante la obra, tienes que estar renegociando con la constructora, viendo de qué manera ayudar en colaboración con promotora y constructora para que la producción sea viable. El trabajo se multiplica para nosotros.

P. El escenario actual obliga a trabajar con una inflación disparada, ¿va a seguir siendo la piedra en el zapato para el sector promotor?

R. Desde mi punto de vista, el problema este año va a ser otro. El problema ahora es de calidad y cantidad de mano de obra, y esto se va a agravar en 2024, lo tengo clarísimo. La gente experta se va jubilando y va abandonando el sector y hay un problema grave, por eso todo el sector está mirando hacia la industrialización. Lo que pasa es que la industrialización, a día de hoy y salvo contadas excepciones, sigue siendo más cara y no penetra de la forma que debería.

P. Al menos, en este contexto de elevada inflación, ha acompañado el ciclo alcista de los precios de la vivienda. De hecho, comentaba antes que los promotores han podido compensar el incremento de costes con las subidas de precios.

R. Esto nos ha pasado varias veces y yo creo que es nuestro mayor valor. Puedes obsesionarte con cumplir tu plan de negocio con los costes o puedes decir no, a mí lo que me tiene que salir es un saldo de tanto. Si nosotros conseguimos, yo que sé, mil metros de terrazas no computables, tienes un margen mayor y a lo mejor eso te puede permitir, dentro de que un edificio con terrazas siempre va a ser más atractivo que uno sin ellas, subir un pelín tus costes o absorber ese colchón. Ahora hay un problema grave y es que no hay donde rascar y seguimos rascando. Hay un tipo de promotor que sí que sabe cuándo parar y que sí que sabe cuándo pierde valor. El promotor ha cambiado los últimos años y en muchos casos es un experto en economía.

P. En algunos casos, ¿demasiado financiero?

R. Exacto. Hay promotores para quienes, y además te lo dicen sin vergüenza, su promoción es una inversión financiera. Y es más, normalmente hay un fondo detrás que le dice al promotor dame tanto dinero y tienen que salir las cuentas y no les cuentes más historias. Hay otros promotores que sí que valoran el valor añadido de una buena arquitectura y también los hay que quieren dejar un legado. Es decir, promotores que dicen quiero hacer este proyecto y lo quiero hacer de esta manera porque quiero dejar un legado. Yo tengo un promotor amigo que me dice, César, ¿para qué estamos aquí? Para ganar dinero y para pasárnoslo bien. Si no pasa una de las dos cosas no merece la pena. Cuando nos olvidamos de hacer algo chulo, algo diferente... al final acabamos teniendo ciudades aburridas.

placeholder Oficinas de Morph Estudio en Madrid. (A. B.)
Oficinas de Morph Estudio en Madrid. (A. B.)

P. Como lo que sucedió durante el boom, ¿no? Cuando solo valía construir, construir, construir.

R. Claro, y al final ganas tu dinero, pero ojo, quizás no inviertes en tu marca. También hay clientes que tienen su marca consolidada, pero necesitan ciertos hitos para acabar de consolidarse. Es una pena porque hay otros sectores que tienen clarísimo el valor del diseño. El ejemplo de Mini me parece buenísimo. ¿Por qué compra la gente un Mini. Si comparas lo que consume, la cilindrada del motor, el confort... no te lo comprarías en la vida, pero es tan chulo que quieres tenerlo.

"La industrialización, a día de hoy, salvo contadas excepciones, sigue siendo más cara"

P. Eso está pasando en la promoción. ¿Hay gente que dice "vivo en una vivienda Morph"?

R. Una vez nos llamó una señora y nos dijo que había comprado un piso nuestro. Nos llamaba para preguntarnos qué más proyectos teníamos porque quería comprar otro, quería invertir. De eso se trata. Los tangibles los conocemos todos, pero los intangibles, no.

P. ¿Ha cambiado la manera de trabajar de los arquitectos con los promotores?

R. Depende. Entre ciertos promotores se está imponiendo el modelo colaborativo. Eso es cada vez más habitual, sobre todo en obras grandes. Hay modelos en los que acaba contratándote la constructora, pero no son mayoritarios. Con los promotores tradicionales, bueno, cuando te van conociendo, vienen con un encargo directo, lo trabajas, te lo validan, pero vienen con su programa, saben lo que quieren, te orientan un poco en cuanto a costes para que tú le eches mucha o poca salsa al guiso... Con los promotores tradicionales pasa eso, mientras que los gestores de fondos son más complicados, ya que vienen con proyectos muy grandes y no tienen una orientación de producto tan clara. Lo único que saben es que tienen que sacar una rentabilidad y creen que esa rentabilidad va a salir en función de un estudio que les ha hecho una consultora que les dice cuántas unidades tienen que construir y de qué tamaño.

"Los gestores de fondos son más complicados, no tienen tan claro el producto, lo único que saben es que tienen que sacar una rentabilidad"


P. Comentaba antes que corremos el riesgo de tener ciudades aburridas, ¿qué opina de Madrid Nuevo Norte o de los nuevos desarrollos del sureste? Son los futuros barrios de Madrid.

R. Nacen obsoletos. Totalmente. Madrid Nuevo Norte no, creo que es una excepción. Al final, la calidad de una ciudad son servicios, transporte, densidad... Yo siempre pongo de ejemplo el barrio en el que estamos (distrito Retiro). No hay una calidad de vida como en este barrio. Yo he viajado por el mundo y en pocos sitios hay una calidad de vida como aquí. Hay muchísima densidad, una alta capacidad adquisitiva, los negocios persisten, hay sitio para negocios especializados, puedes ir andando al colegio... ¿Qué pasa con los nuevos desarrollos? Los desarrollos del sureste nacen ya obsoletos en todo el enfoque de sostenibilidad. Sigue siendo una retícula que, desde mi punto de vista, es un modelo fracasado de ordenación de las ciudades. Hablamos de la ciudad de los 15 minutos, pero diseñamos cuadrículas. No tiene ningún sentido.

"Los desarrollos del sureste nacen obsoletos, hablamos de la ciudad de los 15 minutos, pero diseñamos cuadrículas. No tiene sentido"

Nosotros tenemos un enfoque bastante disruptivo en cuanto al urbanismo y cuando hacemos masterplanes en España y fuera de España, nos fijamos mucho en las ciudades que más calidad de vida tienen del planeta, que son las ciudades que te encuentras en Italia, los pueblecitos que te encuentras en las sierras andaluzas... Hay ciertos sitios en los que la ciudad ha crecido de una forma orgánica en torno a polos, y nosotros concebimos que las ciudades tienen que crecer en torno a puntos de interés o por puntos magnéticos. Antes pasaba así.

P. ¿Ahora se hace la casa por el tejado? Primero las casas y luego los servicios, las escuelas, el transporte...

R. Ahora mismo se hace como una retícula, se planifica todo mucho. Por ejemplo, este bulevar va a concentrar todo el comercio. No haces una simulación real del comportamiento de las personas que van a vivir allí. En Sanchinarro, por ejemplo, sigue habiendo manzanas enteras con locales vacíos que se están reconvirtiendo en lofts. El ayuntamiento se ha dado cuenta de que no puede predecir completamente el futuro. Si dejas cierto grado de flexibilidad, tranquilo, el mercado y el promotor van a saber qué hacer con ello.

P. Los futuros barrios no están precisamente cerca del centro de la ciudad.

R. Sí, claro. Son desarrollos que van a estar lejos por lo que el tema del transporte hay que pensarlo muy bien. A lo mejor merecía la pena meter un tren que conecte rápido el centro de estos desarrollos con Chamartín, pero un tren de 10 minutos. Es increíble cómo funciona Tokio, con 38 millones de habitantes. Puedes caminar por el centro, no ves atascos, no oyes un claxon. Yo creo más en el crecimiento orgánico de las ciudades y en la flexibilidad para que los arquitectos que le dedican 100 veces más de tiempo al desarrollo de ese lugar que un urbanista, acaben los proyectos. En Sanchinarro, por ejemplo, te encuentras con que no es capaz de abrir una manzana para que entre el sol. Nosotros lo hicimos en el bulevar de Sanchinarro, tenemos un edificio en el que logramos abrir una esquina de forma piramidal, a costa de hacer un fondo bastante grande de 16 metros y a costa de hacer unos techos de 2,95 para que nos cupieran todas las alturas en la altura máxima que había puesto el urbanista. Eso no puede ser. Me tienes que dar aire.

P. ¿El urbanismo es demasiado estricto?

R. Determinista. ¿Y qué hemos conseguido con el urbanismo cerrado? No hemos conseguido nada. Este urbanismo tan cerrado, tan poco flexible, primero, ni es resiliente, porque cuando la demanda cambia de lo que pensaste hace 20 años, tu edificio no se adapta y, segundo, está tan ceñido el volumen edificatorio que cuesta meter la arquitectura, la metes con calzador.

"Madrid va a tener inflación de precios de la vivienda, porque no hay sitio para todos y no se está construyendo al ritmo que se debería"

P. Y si el objetivo es construir vivienda asequible, la cosa se complica aún más.

R. Madrid es un país y el resto tiene otro rollo. Barcelona, Málaga, Valencia o Sevilla no tienen nada que ver. La Comunidad de Madrid ha crecido de forma sostenida, 75.000 habitantes por año desde hace 30, 40 años. Y el año 2019, 100.000 personas nuevas vinieron a vivir a Madrid. Es decir, va a tener inflación de precios de la vivienda, porque no hay sitio para todos y no se está construyendo al ritmo que se debería. La demanda se está satisfaciendo a través de vías alternativas de vivienda que deberían flexibilizarse todavía más como los hoteles, apartahoteles, microliving y coliving que se está desarrollando en el centro de Madrid y que están ofreciendo solución a un problema que no está dando el desarrollo de suelo. Y no están mal ya que hay un público muy feliz en un coliving y un público muy feliz en un apartamento.

P. ¿Qué opina de las normas urbanísticas? ¿Ayudarán a paliar las deficiencias del mercado?

R. Las nuevas normas urbanísticas han sido mayoritariamente un paso hacia adelante. Por ejemplo, han despenalizado las terrazas, que antes computaban al 100%. La modificación del plan va a introducir un cambio según el cual las terrazas a doble altura no van a computar y éste, el de las terrazas, es un espacio demandado, de calidad y que mejora la calidad de la gente. Sí creo, por ejemplo, que han metido la pata con la dotación de aparcamientos.

placeholder Logo de Morph Estudio. (A. B.)
Logo de Morph Estudio. (A. B.)

P. ¿En qué sentido?

R. La dotación de aparcamientos ha aumentado casi el 50% en algunos ámbitos y no tiene ningún sentido. Hoy por hoy, con un transporte público como tiene Madrid, con el carsharing, los patinetes, las bicis... es un error. No han entendido lo que es la sostenibilidad. El nuevo plan general tiene que tener la vocación de implementar sostenibilidad y de hacer que la sostenibilidad sea rentable, porque como no sea rentable, no lo va a hacer nadie.

"Las alternativas de vivienda están ofreciendo solución a un problema que no está dando el desarrollo de suelo"

P. ¿En qué sentido dice que no han entendido qué es la sostenibilidad?

R. La gente sigue entendiendo sostenibilidad como consumir poca calefacción y eso es un 20% del consumo de una vivienda. Te estás olvidando del 80% del consumo de huella de carbono de una vivienda.

P. ¿Hablamos del proceso constructivo de una vivienda?

R. Claro. Europa se ha puesto un plan ambiciosísimo en 2030 y 2050. El de 2030 empieza como Michael J. Fox en Regreso al Futuro, empieza a borrarse de la foto, pero 2050 es un propósito firme de cero emisiones en Europa, lo cual es una locura con los sistemas constructivos que tenemos ahora. Si tengo un examen gordo en 2030 no podremos estudiar ya, ¿no?, porque si no, no voy a sacar buena nota. Pues, hoy por hoy, el mercado está más preocupado con la carestía de los materiales, con la carencia de mano de obra, con los problemas aparejados a la inestabilidad de los tipos de interés, que con todo esto, que va a tener un impacto como el del meteorito que cayó en México. No puede ser que alguien que construye con una estructura de madera, ligera, con un bajo consumo energético, tenga 100 de edificabilidad y alguien que construye de la forma más chabacana posible, tenga también 100 de edificabilidad. Tienen el mismo derecho cuando uno ha hecho las cosas muchísimo mejor que otro.

"No puede ser que alguien que construye de manera sostenible tenga la misma edificabilidad que alguien que construye de forma chabacana"

P. Algo se podrá hacer.

Francia, por ejemplo, ha bonificado la sostenibilidad y San Sebastián de los Reyes es, también, un ejemplo porque ya implantó esta bonificación hace 15 o 20 años. Nosotros hemos logrado en un edificio en Sebastián de los Reyes, un 12% más de edificabilidad. La sostenibilidad hay que entenderla como huella de carbono del ciclo de vida de todo el edificio. Es decir, yo gasto CO2 cuando me pongo a construir un edificio porque los materiales cuesta fabricarlos, cuesta transportarlos y porque el proceso constructivo consume energía. Consumo cuando estoy utilizando el edificio y consumo cuando demuelo el edificio. Si en vez de demolerlo lo desmonto, consumo menos, si esas piezas, en vez de tirarlas a un vertedero y triturarlas, la reutilizo como están haciendo con las traviesas del tren, tienen una segunda vida y no tengo que emitir otra vez CO2 para fabricarlas. Esto está en las antípodas de lo que es la modificación que ha habido en el plan general y espero que esté en el nuevo plan general. Pero no sé si sí van a ser tan osados.

P. Y, si no, ya se pagará la multa correspondiente.

R. Si no, iremos por la vía de la obligación. Y cuando vas por la vía de la obligación, las cosas van más lentas, tu plan de negocio vuelve a no encajar. Yo entiendo que hay que combinar la obligación con el incentivo.

"El nuevo plan general tiene que tener la vocación de implementar sostenibilidad y de hacer que sea rentable porque si no, no lo va a hacer nadie"

P. La sostenibilidad parece el gran desafío para el sector promotor y para la sociedad, en general.

R. Lo más importante es ir preparándonos para construir de forma sostenible. Hay datos muy interesantes. El hombre emite como unas 30 giga toneladas de CO2 al año, de las cuales el 40%-38% las emitimos en nuestro sector. La temperatura está creciendo, el tiempo está raro... pero es que la Tierra está en el ciclo bajista del sol. Es decir, en teoría estamos recibiendo menos radiación solar, estamos en un equilibrio muy frágil en el que tenemos que hacer todo lo posible para reducir nuestra huella de carbono, y a lo mejor no es suficiente. Por mucho que hagamos, a lo mejor no somos capaces de revertirlo, pero tenemos que hacer todo lo posible. Y a día de hoy no hay activado ningún mecanismo en el 90% del sector, empezando por esas casas que no se rehabilitan, empezando porque cerramos el tráfico en Madrid en invierno y sigue siendo legal poner una caldera de gasóleo o cambiar la antigua. No tiene ningún sentido. Todavía hay calderas de carbón en Madrid. Creo que es urgente que la administración tome medidas ya, que dinamice el sector de la sostenibilidad con incentivos y con obligaciones, con las dos cosas. Están tardando, deberían haber salido ya esas medidas y las que han salido son claramente insuficientes.

P. En materia de sostenibilidad, tampoco ayuda tener un parque de viviendas tan obsoleto como el que tenemos.

R. Totalmente. El 99% de las viviendas ya están construidas y tenemos una estructura de propiedad que no favorece la transformación de los edificios. En mi comunidad de vecinos, por ejemplo, les propuse aislar el edificio porque teníamos un problema con la caldera, que además era muy antigua y había que cambiarla. Yo les propuse poner aerotermia, paneles fotovoltaicos, aislar la fachada y conseguir una subvención de hasta el 75%-80%. Yo me ocupaba de los trámites. Hablé con un gestor ¿y qué hizo la comunidad de vecinos? Aprobó cambiar la caldera. Lamentablemente, entre 20, 30, 100 vecinos siempre vas a tener un 20% para los que solo funcionará el cambio mediante la obligación. Y el mecanismo de la obligación todavía no lo hemos activado. En Alemania ya lo han activado y ha sido dramático. Me lo contaban unos fabricantes de aerotermia. Me decían, en Alemania, este semestre no hemos vendido nada, porque como van a prohibir las calderas, todo el mundo ha hecho acopio de calderas, se han aprovechado para cambiar su caldera por una nueva y este semestre hemos estado en blanco.

"Cerramos el tráfico en Madrid en invierno y sigue siendo legal poner una caldera de gasóleo o cambiar la antigua. No tiene ningún sentido"

P. ¿Y si no llegan las ayudas, como sucedió con los ascensores? Muchos particulares no se fían.

R. Te explico que tu piso va a valer más, te explico que vas a consumir un 25% de la calefacción que consumes ahora. ¿Vale? Y luego tú te quejarás del cambio climático. Pero vas a decir que no, porque no te fías de que vaya a llegar la ayuda o por no gastar un dinero que dices que no tienes. Tu casa tiene un valor muy superior a esta inversión que estamos haciendo. Entonces, o llegan empresas, y ese sí que puede ser un negocio, que les digan a las comunidades de vecinos que no se preocupen de nada y que les pueden pagar con lo que se ahorran en la factura de la luz, o esa transformación va a costar. En cambio, las grandes corporaciones, los grandes propietarios, sí que lo han entendido. El problema yo creo es que la población ni está educada, ni tampoco considera que el cambio climático deba ser problema suyo. Conseguir que gente que es inmovilista en este sentido invierta un céntimo en esto es complicado. Primero, aprobemos la rehabilitación energética de los edificios por mayoría simple, segundo, si hay alguien insolvente, yo le cubro o le financio con el ahorro que va a tener, el Estado no tiene por qué perder dinero, de hecho, el Estado puede prestar ese dinero y recuperarlo con el ahorro que va a tener esa persona.

P. Y en obra nueva, el problema es que esa sostenibilidad tiene un sobrecoste para el comprador final.

R. Desde luego, no podemos pretender que el cliente final no pague la sostenibilidad, no puedes obligar al promotor a que la pague él. Por eso, incentiva a los buenos alumnos dándoles mejor nota que a los malos alumnos. Esto está inventado. Repito, en San Sebastián de los Reyes hay más geotermia que en ningún sitio porque te bonifican. Hay que poner mecanismos para que al peor promotor le salga un poquito rentable lo de la sostenibilidad, porque a igualdad de precios sí que dices dame la casa sostenible, pero con un 1% más de coste, no con un 20% más. Hay trabajo por hacer.

P. ¿La irrupción de la inteligencia artificial ha sido una ayuda para los arquitectos?

R. Tenemos proyectos con inteligencia artificial de investigación con la Comunidad Europea, tenemos BIM BOT para hacer encajes de bloques de viviendas con inteligencia artificial, incluso la distribución interior de las viviendas, está muy accesible para redactar documentos, para generar diseños... pero nosotros no la utilizamos demasiado porque hay que revisar todo lo que hace. Hay mucho copia y pega, no hay un criterio de selección previo... pero es una herramienta. Con datos críticos no puedes hacerlo. Pero, por ejemplo, imagina el Plan General de Cádiz, tienes que hacer un encaje para mañana. Sí que puedes coger la inteligencia, meterle el documento, que lo analice, que extraiga datos y te dé una orientación súper rápida. Obviamente, hacer un proyecto, no, eso es una temeridad, porque a veces inventa cosas, porque a veces el dato lo coge erróneo. Y le falta criterio. Nos sirve para algún interior, es un Pinterest al que le puedes dar alguna instrucción. Es una herramienta que, por supuesto, hay que utilizarla, pero somos más partidarios de los algoritmos.

"Nosotros no utilizamos demasiado la IA porque hay que revisar todo lo que hace. Hay mucho copia y pega y le falta criterio"

P. El sector promotor se va a enfrentar a un importante problema de falta de mano de obra. ¿Los arquitectos también?

R. Nosotros tenemos muchísima suerte porque tenemos 165 personas que confían en nosotros y que están con nosotros. A la hora de captar talento se encuentran perfiles muy buenos, muy preparados y jóvenes, que tienen muchas más salidas que nosotros. Quizás hay más un problema generacional, pero hay arquitectos con mucha experiencia que se unen a nosotros y te sientes honrado porque alguien con esa experiencia y con ese background y buenas referencias se una a tu equipo, siempre es un halago, porque nuestro mercado al final está muy depauperado. Si hacemos el cálculo de lo que se construye y lo que se factura por diseñar, es decir, entre el número de arquitectos que hay, a mí me salen unos 25.000 euros de ingresos por arquitecto. Con eso no pagas un sueldo en condiciones.

P. Un gran pastel para unos pocos.

R. Si coges los estudios que más facturan, los más exitosos de España, a lo mejor tienen una ratio de 90.000 euros por empleado, pero hay muchísima gente que es autónoma, que es que está haciendo pequeñas obras... Eso es así. Hay talento muy bueno, muy sólido, como son los perfiles de los arquitectos españoles más multidisciplinares. Entre los jóvenes, todos saben inglés, tienen todo el mundo para trabajar, tienen todos los sectores para trabajar... Ya no es como antes, cuando solo veías tener tu estudio o sacarte una plaza de profesor o de funcionario. Ahora mismo tienen la posibilidad de trabajar para fondos, para promotoras, para constructoras... De hecho, las promotoras contratan más arquitectos que antes.

placeholder César Frías posa para El Confidencial. (A. B.)
César Frías posa para El Confidencial. (A. B.)

P. Un arquitecto ya no solo diseña edificios.

R. Totalmente. Nosotros también tenemos esa ventaja, hay pocos sitios en los que puedes hacer lo que haces aquí. Es decir, si eres paisajista, puedes dedicarte al paisajismo y solo al paisajismo. Si te gusta el interiorismo, si lo que te gusta es modelar y diseñar, si te gusta hacer detalles constructivos... por tamaño, tenemos una especialización alta en todas estas áreas. Si te quieres dedicar a concursos, tenemos un departamento que solo se dedica a concursos. Todo esto, al final, nos posibilita captar muy buen talento. Cuesta mucho la rama más técnica, lo que es ingeniería, mediciones... porque, al final, tu competencia es muy fuerte. Tenemos ingenierías internacionales con renombre mundial y son tus rivales a la hora de captar talento técnico. Y eso en nuestro sector no lo aceptamos, pero es así.

P. Se han abierto internacionalmente. ¿Qué objetivos o qué planes de expansión tienen a nivel internacional?, ¿es un plan B por si se tuercen las cosas en España?

R. Como te decía, el objetivo es hacer un rascacielos en Nueva York [risas] y, obviamente, eso no se puede hacer en España. El objetivo es doble. Por un lado, el estudio está diversificándose mucho. Estamos haciendo edificios de oficinas, estadios, un centro de investigación... Y por otro lado, al final, el mercado español no deja de ser un mercado sujeto a crisis, a vaivenes... También es cierto que si quieres hacer algo realmente especial, aquí hay menos oportunidades que, por ejemplo, en China o en los países árabes, que ahora mismo están en la misión de crear ese gran destino turístico, con iniciativas que están bien orientadas y otras que son un dislate. Y eso es muy divertido y muy enriquecedor.

"Si quieres hacer algo realmente especial, en España hay menos oportunidades que, por ejemplo, en China o en los países árabes"

Cuando trabajas fuera, por ejemplo, en el Caribe, te das cuenta de que el residencial está mucho más avanzado que aquí en España. También pasa en Nueva York y en Londres. Las zonas comunes tienen un tirón real, la gente las aprecia. ¿Por qué? Porque le da una expansión a su casa, que a lo mejor es pequeñita, porque puede montar en el cumple de los niños, porque se puede olvidar de los niños un rato. Me contaban el caso de un coliving que tenía una sala de cine y los inquilinos se quejaban de que el alquiler era caro. Los propietarios propusieron hacer dos dormitorios más en la sala de cine a cambio de bajar el alquiler y los inquilinos dijeron que no. Aquí sucumbimos a sacar diez unidades más. Tengo 200, pero sácame diez más en vez de tener una sala de cine o un coworking. Allí, en el Caribe, por ejemplo, tienes que atraer capital extranjero, tu comprador no está cruzando la calle y le tienes que atraer con material muy visual. En República Dominicana tenemos ya como diez proyectos en marcha.

P. Y en Oriente, ¿qué proyectos tienen en marcha?

R. Tenemos en licitación dos proyectos de juzgados en Qatar, un par de desarrollos residenciales en Doha, una torre en Riad de 60 plantas, algo que aquí es imposible, con un jardín vertical, que saldrá o no saldrá, pero la oportunidad de proponer y de hacer cosas distintas la tienes. Y luego están los masterplanes, zonas enteras de ciudades, que paradójicamente, son bastante más avanzados que estos desarrollos del este que son urbanismo de tráfico puro. Son oportunidades de hacer cosas completamente distintas, locas y con más presupuesto. Al final, nosotros, con toda la plantilla que tenemos, tenemos una responsabilidad enorme de mantener esos empleos y necesitamos tener varias patas en el negocio, tanto sectoriales como de localización para poder tener este equipo estable especializado y fijo, con el que poder producir de una manera más eficiente y poder centrarnos cada vez más en lo que nos gusta y nos va bien, que es el diseño como solución de problemas o de retos.

P. Y en estos países, ¿tienen que ir siempre de la mano de algún socio local?

R. Sí. En República Dominicana necesitamos técnicos locales que firmen, pero estamos homologando ya perfiles allí. Yo tengo que hacer unos exámenes para que me convaliden el título. Ahí tenemos socios locales, porque siempre es conveniente tener a alguien que conoce la idiosincrasia. Consultores de estructuras, de instalaciones que saben lo que se vende, lo que se mantiene bien, lo que es regulatorio... En Arabia, tenemos la gran suerte de que ya hay varias ingenierías españolas establecidas allí, que tienen un enorme prestigio y tenemos socios con estas ingenierías. Y de ser un equipo que se dedicaba sobre todo a residencial, pasamos al hotelero, y ahora estamos haciendo proyectos de toda índole y además es donde más cómodos estamos. Tienes mayor grado de libertad, tienes más presupuesto. Aprendes más cada vez. Pero sin abandonar el residencial que nos apasiona.

P. ¿Teletrabajo, flexibilidad o vuelta a la oficina?

R. La motivación es el 60-70% de tu productividad y para estar motivado te tiene que gustar lo que estás haciendo. Creo que el roce con la gente enriquece. Creo más en el equipo que en la persona, pero por eso, porque hay un proceso de enriquecimiento continuo, personal y laboral. Además, la productividad es engañosa. Este año no vamos a producir lo mismo que en 2023, porque seguramente en nuestros proyectos tengamos que empezar a calcular la huella de carbono de nuestros edificios. Esto es inminente. ¿Tú crees que eso va a tener una partida aparte en mis honorarios? No. Por lo tanto, voy a tener que echar unas horas más para calcular la huella de carbono y, aunque estamos desarrollando un sistema que de forma automática nos la calcule, vamos a tener más tareas con los mismos honorarios.

Nadie en su familia más cercana es arquitecto y, sin embargo, siempre ha llevado la arquitectura en la sangre, ya que desde muy pequeño garabateaba sus cuadernos del colegio con los diseños que recorrían su imaginación. Quizá por ello, aunque pudo haber sido ingeniero o físico, en el último momento decidió estudiar Arquitectura en la Universidad de Valladolid a principios de la década de 1990.

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