Pero serán perdurables en la medida en que tengan una razón de ser porque “la arquitectura no es para siempre. La arquitectura es para que esté el tiempo que se la necesita”. Y Garriga sabe de lo que habla porque desde el inicio de su trayectoria ha abarcado todas las áreas, desde el interiorismo al urbanismo, sin perder de vista que la arquitectura define nuestro entorno y contribuye a la felicidad de la gente.

Para esta arquitecta del estudio AV62 de referencia internacional y con sedes en Barcelona y Bilbao desde 1996, los edificios “se mueven permanentemente a medida que nosotros los recorremos”. “¡Y no te digo nada cuando envejece con nosotros!”, añade. Todo depende del ángulo en que nos ubiquemos, de si enfocamos la mirada hacia una u otra dirección. Y esa vocación de adaptarse a un mundo en constante mudanza es la que define su forma de vivir y de trabajar.

“Cuando va pasando el tiempo, vas viviendo y te van pasando cosas, te vas dando cuenta que lo que te interesa en realidad es lo que pasa entre esos muros y cómo desde tu trabajo y desde tu conocimiento puedes contribuir en cierta forma a mejorar la vida de las personas que van a ocupar esos espacios”, explica Garriga.

“Un edificio no tiene sentido si no forma parte de nuestra vida, de nuestro tiempo”

Porque, apunta la arquitecta, “un edificio no tiene sentido si no forma parte de nuestra vida, de nuestro tiempo”. Solo si le concedemos el valor que se merece al tiempo podremos evolucionar para que el segundo que viene sea mejor que el anterior.

Desde Deutsche Bank tienen claro que las personas deben invertir su tiempo en lo que realmente importa y por eso han puesto el foco en las personas. Descubre el valor de un segundo en elvalordeltiempodb.com