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No persigas al gestor estrella de los fondos: su éxito acabará antes de lo que piensas
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No persigas al gestor estrella de los fondos: su éxito acabará antes de lo que piensas

Para los inversores a largo plazo, no tiene mucho sentido seguir a ese gestor de fondos famoso si abandona su fondo actual para dirigir otro diferente

Foto: Bolsa de Nueva York. (Reuters/Lucas-Jackson)
Bolsa de Nueva York. (Reuters/Lucas-Jackson)
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Para los inversores a largo plazo, no tiene mucho sentido seguir a ese gestor de fondos famoso si abandona su fondo actual para dirigir otro diferente. Esa es la conclusión de un amplio estudio publicado recientemente por Morningstar.

El documento, Fund Managers Switching Firms-Should You Tag Along?, examinó 30 años de datos de rentabilidad de fondos domiciliados en Europa y EEUU "para ver si los gestores de fondos que dejaron su empresa por otra de la competencia fueron capaces de replicar su éxito inversor". La respuesta fue afirmativa para los tres primeros años, pero no más allá del primer lustro.

El éxito se midió por el "alfa bruto", que es el rendimiento superior del fondo respecto a su índice de referencia —como el índice S&P 500— después de ajustar su riesgo o volatilidad en relación con el índice de referencia. Morningstar midió el alfa bruto antes de deducir las comisiones del fondo, en lugar del alfa neto después de comisiones, ya que estas se imponen y no miden la capacidad de selección de valores del gestor.

Foto: (Reuters/Kim Kyung-Hoon/EC)

El alfa bruto medio a tres años del 1,36% para los gestores que cambian de empresa debería cubrir con creces las comisiones de la mayoría de los fondos. La ratio de gastos medio en la categoría de fondos Large Blend de Morningstar es del 0,79%, por ejemplo.

Sin embargo, para los gestores que llevan más de cinco años en un nuevo fondo, el alfa bruto se reduce al 0,88%. Y lo que es peor, el estudio señala que la métrica del alfa tiene un sesgo positivo porque "no incluye a todos los gestores que fueron despedidos de su nueva empresa antes de cumplir cinco años de permanencia en ella porque sus resultados fueron mediocres". Alrededor del 42% de los gestores estudiados no llegó a su quinto aniversario.

Todo ello ilustra una cuestión más amplia: los gestores de fondos no obtienen resultados por sí solos. En su conclusión, el estudio señala otros factores en el éxito futuro de los gestores salientes, incluida la cultura de inversión de la nueva empresa, sus recursos analíticos y las comisiones, a pesar de que los autores se centran en las comisiones antes de impuestos.

"Si las comisiones son mucho más elevadas en la nueva gestora que en la anterior, la decisión de inversión probablemente sea una obviedad", afirma Mathieu Caquineau, director de Morningstar y coautor del estudio. "No hay que seguir a los gestores por muy buenos que sean".

Foto: Jaume Oliu, hijo del presidente de Banco Sabadell.

En términos generales, cuanto más grande es una empresa de fondos, más dependen los gestores de los recursos analíticos que no encontrarán en otras empresas. En tres de las mayores empresas de fondos con un sólido historial de gestión activa —Fidelity Investments, T. Rowe Price y American Funds— esos recursos son inmensos.

Fidelity cuenta con 400 analistas de acciones, bonos y otros tipos de análisis en todo el mundo que son vitales para el rendimiento de cada fondo. Al igual que los Bravos de Atlanta, la empresa cuenta con un amplio banquillo de lanzadores y bateadores suplentes para intervenir si algún gestor de fondos abandona el barco. Esto no quiere decir que todos los gestores que se marchen vayan a fracasar sin el apoyo analítico de su antigua empresa, sino que, en general, los inversores deberían descartar los historiales anteriores de los gestores a la hora de analizar sus nuevos fondos.

El gestor David Eiswert, del fondo T. Rowe Price Global Stock (PRGSX), que obtiene los mejores resultados, es muy franco sobre la importancia de los analistas de T. Rowe. Su fondo suele tener 75 valores, de los cuales entre 30 y 50 proceden directamente de las recomendaciones de los analistas de la firma en un momento dado, afirma. T. Rowe cuenta con un total de 937 profesionales de la inversión, incluidos 404 analistas de investigación.

Foto: Foto: EC Diseño.

Eiswert afirma que los gestores que abandonan un sistema de apoyo tan grande por una estructura más pequeña no tendrían más remedio que cambiar su estrategia, centrándose más en la negociación de grandes temas macro en lugar de valores individuales. "Si no tuviera ninguna ayuda, sería muy importante que captara el espíritu del año en curso", afirma. "¿Es el crecimiento o la inversión en valor, la energía o la tecnología lo que va a ir bien? Tendría que acertar en esa decisión [macroeconómica] sin la capacidad de hacer el tipo de trabajo en profundidad que hacemos".

Las decisiones macroeconómicas tan audaces rara vez funcionan en todos los entornos de mercado. El gestor más famoso que abandonó una gran empresa de fondos fue Bill Gross, de Pimco Total Return (PTTRX) en 2014. Su fondo posterior, ahora rebautizado como Janus Henderson Absolute Return Income Opportunities (Jucax), resultó ser un fracaso, y se retiró en 2019. Las grandes apuestas de Gross sobre la subida de los tipos de interés y la caída de los bonos alemanes no dieron resultado.

En lugar de tratar de conseguir un gran home run, los gestores de las grandes empresas de fondos a menudo tratan de avanzar una o dos bases con un gran conjunto diversificado de selecciones de acciones validadas por analistas. Esto proporciona resultados más consistentes. En consecuencia, el 73% de los fondos activos de T. Rowe batieron a sus índices de referencia en los últimos 20 años, frente a solo el 47% de sus competidores activos.

Foto: Inversores, en la Bolsa de Nueva York. (Getty/Spencer Platt)
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"Estamos realmente centrados en si podemos repetir el alfa en diversos entornos de mercado", afirma Eiswert. "A menudo se puede encontrar un gestor que esté particularmente acoplado con el entorno actual". Pero cuando el entorno cambia, el fondo del gurú solitario "salta por los aires". ¿Qué ocurre con las pequeñas boutiques de fondos con menos recursos analíticos? En estas empresas existe un mayor riesgo de que el gestor abandone su puesto. Los inversores deberían sopesar seriamente si seguir al gestor.

Un ejemplo de boutique de éxito que señala Caquineau es Rajiv Jain, quien, tras abandonar Vontobel Asset Management en 2016, fundó los fondos GQG Partners. Jain era director de inversiones de Vontobel y gestor de Virtus Vontobel Emerging Markets Opportunities (HEMZX) con un pequeño grupo de analistas. Ahora cuenta con 20 analistas y cogestores que le ayudan en el GQG Partners Emerging Markets Equity (GQGPX), que tiene una ratio de gastos del 1,16%, inferior al 1,56% de Vontobel Emerging. GQG ha batido a Vontobel por un amplio margen.

En el otro lado del espectro está American Funds, que ha tenido una estructura multigestor para sus fondos desde 1958. Además, sus 211 analistas gestionan directamente una parte de cada fondo. Normalmente, los fondos de renta variable tienen más de 10 cogestores. El impacto de una salida es tan difícil de medir en estos casos que Caquineau excluyó de su estudio los fondos con más de dos gestores. No tiene sentido perseguir a esos gestores.

*Contenido con licencia de Barron’s.

Para los inversores a largo plazo, no tiene mucho sentido seguir a ese gestor de fondos famoso si abandona su fondo actual para dirigir otro diferente. Esa es la conclusión de un amplio estudio publicado recientemente por Morningstar.

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