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La OCDE advierte de que el gasto público se dirige a las pensiones a costa del crecimiento
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MEJORA SU PREVISIÓN PARA ESTE AÑO

La OCDE advierte de que el gasto público se dirige a las pensiones a costa del crecimiento

El organismo pide inversiones para aumentar la productividad y un plan de consolidación fiscal para afrontar el aumento de los desembolsos que se avecina en las próximas décadas

Foto: Unos jubilados y un joven, en Bilbao. (EFE/Luis Tejido)
Unos jubilados y un joven, en Bilbao. (EFE/Luis Tejido)

Es uno de los debates de fondo que tendrá que abordar en algún momento la economía española, y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) lo acaba de poner sobre la mesa. Una sola frase, pero hasta ahora inédita en las fichas sobre España de su Economic Outlook, las previsiones que el club de los países ricos publica periódicamente. Con eso basta: "El gasto se inclina fuertemente hacia las pensiones en detrimento del crecimiento, y el gasto relacionado con el envejecimiento aumentará".

En los últimos informes, la OCDE se limitaba a alertar de este último punto, una advertencia que España compartía con otros países —especialmente europeos— por razones obvias, y que compromete, dicen los expertos del organismo con sede en París, la necesaria consolidación fiscal. Ahora, en cambio, presenta por primera vez una dicotomía que numerosas voces ya habían puesto sobre la mesa: con un presupuesto público limitado, lo que se destina a pensiones no se destina a otro tipo de políticas que permiten aumentar la productividad y, por tanto, el crecimiento económico.

Esa controversia la cerró —antes ni siquiera de que se abriese— el exministro de Seguridad Social José Luis Escrivá, con una reforma del sistema que garantizó el poder adquisitivo de las pensiones, fuese cual fuese la inflación (en 2023 subieron un 8,5%), a costa de un incremento de los ingresos por la mayor presión sobre las cotizaciones sociales, como reflejaron los datos publicados la semana pasada por el club de los países ricos. Instituciones como el FMI, la Comisión Europea —a través del Ageing Report, conocido recientemente— y la propia OCDE han advertido de que las cuentas no cuadran, pero hasta ahora esta última había evitado entrar en el fondo de la cuestión.

No hay que olvidar que las revalorizaciones desde la entrada en vigor de la nueva norma (2022, 2023 y la prevista para 2024) alcanzan los 26.000 millones de euros, por lo que en solo un trienio ya han superado al gasto anual en Educación Primaria. Este tipo de comparaciones, a menudo calificadas como demagógicas por los defensores de la reforma, parten del mismo principio que avala la OCDE en su Economic Outlook: con unos recursos limitados, y dado que la revalorización de las pensiones sale de las arcas públicas, ese gasto supone un coste de oportunidad de destinar fondos a otras políticas, especialmente las dirigidas al crecimiento.

Foto: El exministro de Seguridad Social José Luis Escrivá. (EP/Eduardo Parra)

Pensiones e intereses de la deuda ya suponen prácticamente la mitad del gasto público, e instituciones como el Banco de España han advertido de que el esfuerzo presupuestario se centra especialmente en este ámbito, mientras fracasa a la hora de impulsar el PIB y reducir la desigualdad. "El envejecimiento de la población, el lento crecimiento de la productividad y la escasa inversión lastran el potencial de crecimiento de España", asegura, en la misma línea, la OCDE.

El club de los países ricos muestra el camino de cuáles deberían ser las prioridades para acabar con esta situación: "Para impulsar el crecimiento sostenible, es necesario aumentar la productividad, potenciando la innovación, mejorando las cualificaciones y reforzando los resultados de la educación. Es necesario renovar las políticas activas del mercado laboral para mejorar la eficacia de la adecuación de la mano de obra a las cualificaciones. La aplicación efectiva del plan de recuperación también aumentaría las perspectivas de crecimiento". En definitiva: es necesario emprender las reformas pendientes e incrementar la inversión.

Una consolidación "fuerte y sostenida"

Sin embargo, esto no resultará sencillo mientras las prioridades de gasto sean las actuales, especialmente en un escenario de recuperación de las reglas fiscales europeas. En ese sentido, la OCDE advierte —esto sí es un clásico en sus informes— de que la ratio de deuda pública es elevada, y será necesaria una consolidación fiscal "fuerte y sostenida" en el medio plazo para cumplir con Bruselas y crear espacio para futuras prioridades de gasto, especialmente las relacionadas con el envejecimiento y el crecimiento, como se ha explicado.

El club de los países ricos prevé que España incumpla la regla de déficit este año

Pese a todo, el organismo con sede en París reconoce que el déficit fiscal está cayendo. De hecho, mejora su estimación al respecto, y prevé que España cierre este año con un desajuste del 3,3%, que se reducirá hasta el 2,6% en el siguiente. Son, sin embargo, datos peores de los que el Gobierno envió este martes a Bruselas en su actualización de las previsiones económicas y fiscales: el Ejecutivo prevé cumplir la regla de oro del 3% en 2024 y reducir el déficit hasta el 2,5% en 2025.

Para contener los costes fiscales en el corto plazo, la OCDE propone seguir reduciendo los paquetes de ayudas de los últimos años, como está empezando a hacer el Gobierno con la recuperación, por ejemplo, de los niveles habituales del IVA del gas y la electricidad: "Las políticas destinadas a mitigar el impacto de la crisis de los precios de la energía deberían centrarse en el apoyo a los ingresos de los más vulnerables".

En el largo, aboga por actuar por la vía de la recaudación: "La consolidación fiscal debe basarse en la movilización de ingresos adicionales, ampliando gradualmente la base del impuesto sobre el valor añadido y aumentando impuestos relacionados con el medio ambiente y mejorando la eficiencia del gasto". Sin embargo, en el texto remitido a la Comisión Europea, el Ejecutivo no prevé novedades en este sentido: la reforma fiscal prometida en el plan de recuperación ni está ni se le espera.

Foto: El exministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá. (EFE/Mariscal)

Mientras tanto, la deuda pública española sigue en niveles alarmantes, y la OCDE no prevé grandes avances en este campo. En la línea de otros organismos, como la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), estima que se estancará prácticamente en los niveles actuales, con modestas reducciones de seis décimas este año (107,1%) y cuatro el que viene (106,7%). Eso a pesar de que las proyecciones dan por hecho que las medidas excepcionales de los paquetes contra la crisis finalizarán en 2024.

Revisión al alza del crecimiento

Pese a todo, el club de los países ricos sí coincide con el Ejecutivo en los aspectos básicos del escenario macro. De hecho, la OCDE prevé para el año que viene un crecimiento ligeramente superior (2%) al que el Gobierno acaba de enviar a Bruselas (1,9%). Para este año, en cambio, la previsión del Ejecutivo (2%), sigue por encima de la del organismo con sede en París (1,8%), pese a que este la ha revisado tres décimas al alza al incorporar los buenos registros de la contabilidad nacional del cuarto trimestre de 2023. La estimación no tiene en cuenta el excepcional dato del PIB del primer trimestre de 2024 (0,7%) que se conoció este martes, por lo que lo más seguro es que vuelva a actualizarse al alza en el próximo informe.

España, que ya ha superado el ritmo de recuperación prepandemia de sus vecinos europeos, seguirá basando la bonanza económica en la fortaleza del consumo privado y, muy especialmente, del público, frente a la atonía de un sector exterior todavía muy condicionado por la situación de nuestros principales socios comerciales. La inversión vuelve a ser otro de nuestros puntos débiles, aunque la OCDE vaticina que tomará impulso en 2025 por el despliegue de los fondos europeos.

La mejora de las previsiones de nuestro país va en consonancia con una revisión al alza para la economía mundial y las principales potencias del continente, entre otras razones, apunta el informe, por la mejora de los problemas de mano de obra gracias a la incorporación masiva de inmigrantes. La eurozona crecerá este año un 0,7%, una décima más de lo previsto en la estimación anterior, y el año que viene un 1,5%, dos décimas más. España sigue siendo la locomotora del continente, pero las principales economías del euro, sin excepción, registrarán por fin incrementos del PIB superiores al 1% en 2025.

El respiro de las presiones inflacionistas, en un escenario donde se empieza a hablar de bajadas de los tipos de interés, es otra de las buenas noticias que deja el Economic Outlook. En el caso de España, la mejora resulta palpable en comparación con el último informe: el índice de precios de consumo (IPC) medio previsto para este año será del 3%, tres décimas menos con respecto a la estimación anterior, y del 2,3% el que viene, dos décimas de recorte.

Como se puede apreciar en el gráfico, la trayectoria será prácticamente calcada a la del indicador subyacente, que es el que realmente tendrán en cuenta los bancos centrales para la ansiada normalización de la política monetaria. Buenas noticias para la estabilidad de la economía... y para limitar el incremento del gasto en pensiones.

Es uno de los debates de fondo que tendrá que abordar en algún momento la economía española, y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) lo acaba de poner sobre la mesa. Una sola frase, pero hasta ahora inédita en las fichas sobre España de su Economic Outlook, las previsiones que el club de los países ricos publica periódicamente. Con eso basta: "El gasto se inclina fuertemente hacia las pensiones en detrimento del crecimiento, y el gasto relacionado con el envejecimiento aumentará".

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