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España adelanta finalmente a la eurozona en la recuperación del PIB tras la pandemia
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Supera en un 3,6% el máximo de 2019

España adelanta finalmente a la eurozona en la recuperación del PIB tras la pandemia

El PIB de España acumula un crecimiento del 3,6% desde los máximos prepandemia frente al 3,3% de la eurozona. En el último año España ha crecido seis veces más que Europa

Foto: La fuente de la Cibeles iluminada con la bandera de España. (EFE/Ballesteros)
La fuente de la Cibeles iluminada con la bandera de España. (EFE/Ballesteros)
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Una de las explicaciones del crecimiento diferencial que ha conseguido España respecto de la eurozona en los últimos años es el efecto rebote. El desplome del PIB que sufrió España fue uno de los más profundos de todo el mundo, por lo que tenía mucho margen para rebotar. Esta convergencia hacia los niveles de actividad existentes antes de la pandemia ha sido una ayuda, sin duda, pero finalmente este argumento ha quedado superado. En el primer trimestre de este año, España adelantó a Europa en crecimiento acumulado desde los máximos previos a la pandemia.

En concreto, la economía española acumula un crecimiento del 3,6% desde el último trimestre de 2019 hasta el primero de 2024. En este periodo el conjunto de la eurozona ha registrado un avance del 3,3%. Por primera vez desde que comenzó la pandemia el crecimiento acumulado de España es superior al europeo.

España ha logrado cerrar una brecha de 8 puntos con la eurozona en los últimos cuatro años. En el primer confinamiento el PIB español sufrió un desplome del 22% frente al 14% del conjunto de la eurozona. Este comportamiento tan diferente de la economía nacional fue consecuencia de su especialización productiva, con una gran dependencia de los servicios que requieren interacción social, y de la dureza del primer confinamiento por el alto número de contagios que sufrió el país.

El escenario cambió cuando Rusia comenzó la invasión de Ucrania. De pronto, lo que había sido una debilidad económica de España se convirtió en una fortaleza: su dependencia de los servicios y su escasa dependencia de la energía procedente de Europa. Sin la crisis geopolítica desatada, es muy probable que España siguiese aún por debajo de la eurozona en recuperación del PIB. De hecho, durante varios meses este fue el escenario que manejaban los expertos. Las previsiones económicas del FMI en el otoño de 2021 anticipaban que España no conseguiría cerrar esta brecha ni siquiera en 2026 y que la brecha se estabilizaría por encima del punto porcentual.

Finalmente no fue así. La crisis energética y comercial con Rusia golpeó con dureza a los países del este de Europa, generando un parón en la mitad del continente. Alemania se ha convertido en el enfermo de Europa, hasta el punto de que su economía lleva dos años estancada en niveles similares a los de finales de 2019. Desde los mínimos de la pandemia, el PIB alemán ha crecido un 12,5%, mientras que el español se ha disparado un 33%. Actualmente, España está creciendo más del doble en tasa trimestral que la eurozona (un 0,7% frente a un 0,3%) y seis veces más en tasa interanual (un 2,4% frente a un 0,4%). Esto es, a partir de aquí España tiene un amplio margen para ganarle terreno a Europa.

Fin del rebote

Es cierto que ese crecimiento de España se debe al rebote de la actividad tras la pandemia, pero no solo. De hecho, hay sectores que todavía no han completado su rebote. La producción de la construcción sigue un 8% por debajo del máximo alcanzado en 2019; el sector primario está un 14% por debajo y las actividades de ocio y cultura, un 2%.

Por el contrario, los servicios de alto valor añadido han registrado una gran expansión en este periodo que nada tiene que ver con un rebote. Las actividades de la información y las comunicaciones acumulan un crecimiento del 20%, la banca suma un 15% y las actividades profesionales, científicas y técnicas, un 10%.

Para España, el crecimiento de estos sectores está íntimamente ligado con el auge de las grandes ciudades, en especial Madrid, Barcelona y Málaga. El surgimiento de estos grandes polos que ofrecen economías de escala para las empresas de servicios es ya parte de su especialización productiva. Para los territorios despoblados es su condena definitiva, pero para el conjunto del país es una garantía de crecimiento.

Sin embargo, el crecimiento experimentado por España no es extraordinario. De hecho, no se encuentra muy lejos de la media europea. Otros países del sur del continente, igualmente especializados en el sector servicios, han logrado un crecimiento similar. El mejor ejemplo es el de Italia, cuyo PIB acumula un crecimiento un punto superior al de España desde los máximos de 2019. Se trata de un movimiento similar en todos los países europeos, por lo que es necesario esperar aún unos años más para determinar quiénes son los ganadores y los perdedores.

Una de las explicaciones del crecimiento diferencial que ha conseguido España respecto de la eurozona en los últimos años es el efecto rebote. El desplome del PIB que sufrió España fue uno de los más profundos de todo el mundo, por lo que tenía mucho margen para rebotar. Esta convergencia hacia los niveles de actividad existentes antes de la pandemia ha sido una ayuda, sin duda, pero finalmente este argumento ha quedado superado. En el primer trimestre de este año, España adelantó a Europa en crecimiento acumulado desde los máximos previos a la pandemia.

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