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Bruselas mantiene el crecimiento de España y recorta el de una eurozona debilitada
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Previsiones de invierno

Bruselas mantiene el crecimiento de España y recorta el de una eurozona debilitada

La Comisión Europea prevé un crecimiento del 1,7% en 2024 y del 2% en 2025 para España, como apuntó en noviembre, pero recorta las previsiones de la Eurozona

Foto: Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, junto a Pedro Sánchez, presidente del Gobierno. (Reuters/Violeta Santos Moura)
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, junto a Pedro Sánchez, presidente del Gobierno. (Reuters/Violeta Santos Moura)

La Comisión Europea confía en sus previsiones de otoño para España y las mantiene intactas en sus previsiones de invierno, apuntando que la economía española se expandirá un 1,7% en 2024 y que lo hará un 2% en 2025, y señalando que el 2023 lo cerró con una expansión del 2,5%, una décima por encima de lo previsto en noviembre. Sin embargo, el Ejecutivo comunitario no tiene tan buenas noticias para el conjunto de la zona euro, apuntan a un importante frenazo en 2024, recortando las previsiones de crecimiento del 1,2% al que apuntó en noviembre a un 0,8%. Para 2025 también prevé que la economía de la eurozona se expanda menos de lo que había anticipado, con un crecimiento del 1,5%, una décima menos de lo anunciado en noviembre.

La economía española mantiene el rumbo a pesar de la "pérdida de impulso del sector turístico y la situación económica aún débil de los principales socios comerciales de España", algo que limita “el dinamismo de las exportaciones". A nivel interno, la Comisión apunta a un "efecto retardado de las subidas de los tipos de interés" que "pesará sobre la demanda interna, especialmente a la luz de los todavía elevados, aunque decrecientes, ratios de deuda interna y externa". Esta situación hizo que los técnicos comunitarios recortaran la previsión de crecimiento para 2024 del 1,9% al 1,7% el pasado mes de noviembre.

Pero incluso con esos factores adversos, "el consumo y la inversión sostendrán la expansión económica”, en parte beneficiándose de un efecto arrastre mayor de los previsto desde 2023. Este "efecto arrastre" es clave para la Comisión Europea: una vez la economía coge velocidad, incluso aunque se esté frenando, sigue beneficiándose de la velocidad alcanzada en años anteriores. Así, tras la salida de la pandemia, cuando el PIB se hundió un 11,2%, España ha registrado muy buenos datos de crecimiento, con un 6,4% en 2021, un 5,8% en 2022 y ahora un 2,5% en 2023. Ese viento de cola está dejando de soplar, y aunque en 2024 la economía española todavía se aproveche un poco de ese impulso, dejará de hacerlo poco a poco. En 2025, cuando el crecimiento rebotará, lo hará en parte por una mejora de la demanda externa.

"La economía europea ha dejado atrás un año extremadamente difícil, en el que una confluencia de factores ha puesto a prueba nuestra resistencia. La recuperación prevista para 2024 será más modesta de lo que se preveía hace tres meses, pero se acelerará gradualmente gracias a la ralentización de la subida de precios, el crecimiento de los salarios reales y la notable fortaleza del mercado laboral", ha señalado Paolo Gentiloni, comisario de Economía, en referencia al tijeretazo generalizado en las previsiones para este curso. "Tras un 2023 agotador, la economía europea ha salido un poco más débil de lo esperado, aunque el repunte debería acelerarse gradualmente este año y en 2025", ha añadido por su parte Valdis Dombrovskis, vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea.

Los malos datos de la eurozona tienen que ver con el recorte de previsiones para todas las grandes economías de la zona euro, incluida la gran locomotora de Europa, Alemania. En noviembre, la Comisión Europea esperaba que la economía germana se expandiera un 0,8% tras haber registrado una contracción del 0,3% en 2023. Pero en las previsiones de invierno los técnicos comunitarios han metido también la tijera a las perspectivas alemanas para este curso, recortándolas hasta el 0,3%, un tajo de medio punto, y sin que eso se traduzca en un mayor rebote en 2025, para el cual la Comisión mantiene la previsión de una expansión del 1,2%.

Al frenazo en la eurozona ha contribuido también la otra locomotora europea. Francia tenía previsto un crecimiento del 1,2% en 2024, pero la Comisión Europea ha recortado esa previsión en tres décimas, dejándolo en el 0,9%, debido a que la economía francesa tendrá un menor “efecto arrastre” de la segunda mitad de 2023 hacia el actual curso. Italia, la tercera gran economía del euro, también registra un recorte de sus previsiones: los técnicos comunitarios ahora esperan una expansión del 0,7% del PIB, frente al 0,9% previsto en noviembre, aunque mantiene intacta su previsión para el 2025.

Foto: Frutas y verduras envasadas con plástico en un supermercado. (iStock)

"El amplio estancamiento de la economía de la UE a lo largo de 2023 se tradujo en un débil impulso en la entrada del nuevo curso. La economía de la UE se libró por poco de una recesión técnica (dos trimestres consecutivos de contracción del PIB) en el segundo semestre de 2023, y a finales de año el PIB real se situaba en líneas generales al mismo nivel que en el tercer trimestre de 2022”, explica la Comisión Europea en su análisis. En ese mismo texto, los técnicos comunitarios piden prestar "especial atención" a "una nueva escalada de las tensiones geopolíticas (...) ya que la UE está menos aislada de los acontecimientos mundiales que otras grandes economías".

Riesgos geopolíticos

Así, las perspectivas de invierno de la Comisión Europea se han hecho suponiendo que las actuales tensiones se mantienen, tanto en Ucrania como en Oriente Próximo. "Se estima que el aumento de los costes de transporte como consecuencia de las perturbaciones del comercio en el mar Rojo tendrá un impacto marginal en la inflación. A medida que las empresas se ajusten en respuesta a los retrasos en las entregas, se supone que evitarán los cuellos de botella en el suministro que ahogaron la producción e hicieron subir los precios durante el repunte posterior a la pandemia", subraya el Ejecutivo comunitario. El lunes que viene se espera que el Consejo de Asuntos Exteriores de la UE apruebe una misión europea en el mar Rojo precisamente para evitar perturbaciones en el comercio que pasa por la zona y que está siendo objetivo de los rebeldes hutíes en Yemen.

Foto: Foto: Getty/Johannes Simon.

De hecho, la Comisión Europea dedica una buena parte de su análisis a la situación en el mar Rojo. Señalan que el desvío del tráfico por la zona y por el canal de Suez ha provocado que se prolonguen "los tiempos de transporte y se disparen los costes". El tráfico por el mar Rojo ha caído un 70% mientras que a través del Cabo de Buena Esperanza ha incrementado un 30%. Además, "los costes de flete de los contenedores en varias rutas de China a Europa aumentaron en torno al 400%". Sin embargo, en general, la Comisión Europea es optimista respecto al limitado impacto que esta crisis puede tener sobre las compañías europeas.

Pero eso no significa que los técnicos comunitarios no vean en la guerra de Rusia y en la situación en Oriente Próximo el mayor riesgo para sus previsiones. "Una mayor escalada podría renovar la tensión en las cadenas de suministro, obstaculizando la producción mundial y aumentando las presiones sobre los precios", señalan, añadiendo que "la UE está especialmente expuesta a estos riesgos, debido a su proximidad geográfica a los conflictos en curso, su profunda integración en las cadenas de valor mundiales, su dependencia energética y el hecho de que una parte significativa de su comercio sigue la ruta del mar Rojo".

La Comisión Europea confía en sus previsiones de otoño para España y las mantiene intactas en sus previsiones de invierno, apuntando que la economía española se expandirá un 1,7% en 2024 y que lo hará un 2% en 2025, y señalando que el 2023 lo cerró con una expansión del 2,5%, una décima por encima de lo previsto en noviembre. Sin embargo, el Ejecutivo comunitario no tiene tan buenas noticias para el conjunto de la zona euro, apuntan a un importante frenazo en 2024, recortando las previsiones de crecimiento del 1,2% al que apuntó en noviembre a un 0,8%. Para 2025 también prevé que la economía de la eurozona se expanda menos de lo que había anticipado, con un crecimiento del 1,5%, una décima menos de lo anunciado en noviembre.

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