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La economía española aceleró a final de año y el PIB creció un 2,5% en el conjunto de 2023
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Avanzó un 0,6% en el último trimestre

La economía española aceleró a final de año y el PIB creció un 2,5% en el conjunto de 2023

La actividad registró un inesperado repunte en el último trimestre del año empujada por el consumo público y las exportaciones. La inversión sigue siendo el gran lastre de España

Foto: La campaña de Navidad tiró de la economía. (EFE/Fernando Villar)
La campaña de Navidad tiró de la economía. (EFE/Fernando Villar)

La economía española mostró una inesperada fortaleza en la recta final del año con un crecimiento del 0,6% en el último trimestre de 2023 según los datos adelantados de la contabilidad nacional del INE. El PIB venía frenando hasta el pasado verano, con un crecimiento que había caído hasta el 0,4% en tasa trimestral. En los últimos meses del año se produjo esta importante aceleración de la actividad que estuvo asentada en el consumo público, las exportaciones de bienes y la extensión de la temporada turística. España marcó su mayor ritmo de crecimiento trimestral desde la primavera de 2022.

Esta reactivación de la economía permitió a España crecer un 2,5% en el conjunto del año 2023 respecto a 2022, superando en una décima todas las previsiones de los expertos. En parte, esta mejora se debe también a que el INE ha revisado sus cálculos del PIB desde el inicio del año. Ninguna casa de análisis se esperaba una aceleración tan importante de la actividad entre octubre y diciembre. Aun así, el crecimiento acumulado en el año fue muy inferior al de los dos ejercicios anteriores, cuando España se encontraba en plena fase de rebote posterior a la pandemia. En 2021, el PIB creció un 6,4% y en 2022, un 5,8%.

Sin embargo, la composición del crecimiento no genera tanto optimismo. El consumo de los hogares siguió creciendo, pero a un ritmo inferior en el final del año, lo que aportó apenas 0,15 puntos al crecimiento trimestral. Fue mucho más intenso el crecimiento del consumo público, que aportó casi el doble que el privado, 0,28 puntos al PIB.

Los datos de inversión siguen decepcionando y se convierten en el gran problema de España. La formación bruta de capital fijo (FBCF) sufrió una caída del 2% en el trimestre, provocada principalmente por el descenso del 5,2% de la inversión en maquinaria y bienes de equipo. Esto es, una gran caída de la inversión productiva. También se redujo la inversión en activos inmateriales, empleados también en el proceso de producción, que registró un descenso del 1,2%.

La buena noticia corrió a cargo de las exportaciones, que crecieron casi un 3% en el trimestre y aportaron un punto completo al crecimiento del PIB. Las exportaciones de bienes avanzaron un 3,7% y las exportaciones turísticas, un 2,3%. Las importaciones también crecieron, aunque a un ritmo inferior: un 2,7%. El principal motor de las importaciones fue el turismo, ya que los españoles vuelven a salir al extranjero de vacaciones, disparando su gasto en otros países un 10,5%.

Por sectores, los dos que más aportación realizaron al crecimiento económico fue la sanidad (0,47 puntos) y la industria, en especial las actividades extractivas (0,4 puntos). Por el contrario, los servicios de bajo valor añadido (comercio, hostelería y transporte), que habían liderado el crecimiento en los meses anteriores, sufrieron una caída de su producción de casi el 0,5%, lo que provocó una merma al PIB de 0,1 puntos. También las actividades financieras y las de ocio y cultura tuvieron un comportamiento negativo, restando 0,3 puntos al PIB respectivamente. Por su parte, la construcción avanzó un 0,5% a lo largo del trimestre y la agricultura aumentó su producción un 5%.

España siguió a la cabeza del crecimiento en Europa ampliando así la brecha con los principales países del continente. La eurozona evitó caer en recesión técnica (dos trimestres consecutivos de contracción), ya que la actividad se estancó en el cuarto trimestre del año. Aún así, los datos siguen mostrando una gran debilidad de la economía del continente. Alemania siguió inmersa en la recesión tras perder un 0,3% de su PIB entre octubre y diciembre; Francia se mantuvo estancada e Italia creció un leve 0,2%.

¿El final de la desaceleración?

El INE también ha revisado las cifras de PIB desde el inicio del año. En concreto, ha rebajado levemente el crecimiento del primer trimestre (0,07 puntos porcentuales menos) y ha elevado el avance del segundo y el tercero (0,07 y 0,09 puntos más). Todas estas revisiones implican también que España entra con mayor efecto arrastre en 2024 porque el crecimiento en el final del año fue más intenso de lo que se esperaba.

Con este avance, la producción de España es ya un 2,8% superior a la que tenía justo antes del inicio de la pandemia, hace ya cuatro años. El país recuperó el nivel de PIB prepandemia en el tercer trimestre de 2022 y desde entonces ha seguido creciendo. Aun así, el crecimiento acumulado en este periodo sigue siendo inferior al del conjunto de la eurozona, aunque el ritmo de los últimos trimestres de España está siendo claramente superior.

Los datos del cuarto trimestre podrían anticipar el final de la fase de desaceleración que vivía la economía española desde inicios de año provocada principalmente por la subida de los tipos de interés. El motivo es que la inflación sigue moderándose en toda la eurozona, lo que acerca el inicio de un ciclo de bajadas de los tipos de interés del Banco Central Europeo. Esto es, la coyuntura para el consumo debería ir mejorando a medida que avance el año.

Un avance anual del PIB del 2,5% supone superar ampliamente el crecimiento potencial de España. El país todavía siguió recogiendo parte de los frutos del rebote posterior a la pandemia, sobre todo en lo que se refiere a la llegada de turistas extranjeros. Una de las claves del buen desempeño de la hostelería estuvo precisamente en la extensión de la temporada turística, que cada año comienza antes, ya en primavera, y termina más tarde, bien entrado el otoño. En parte, este cambio se debe al cambio climático y la mejora de las temperaturas en el Mediterráneo, pero, en términos de actividad, permite un crecimiento del turismo en los destinos que durante la temporada alta ya están muy saturados.

La economía española mostró una inesperada fortaleza en la recta final del año con un crecimiento del 0,6% en el último trimestre de 2023 según los datos adelantados de la contabilidad nacional del INE. El PIB venía frenando hasta el pasado verano, con un crecimiento que había caído hasta el 0,4% en tasa trimestral. En los últimos meses del año se produjo esta importante aceleración de la actividad que estuvo asentada en el consumo público, las exportaciones de bienes y la extensión de la temporada turística. España marcó su mayor ritmo de crecimiento trimestral desde la primavera de 2022.

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