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El INE confirma que el PIB creció un 0,3% durante el verano y revisa al alza los salarios
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Un 1,8% interanual

El INE confirma que el PIB creció un 0,3% durante el verano y revisa al alza los salarios

La economía española siguió desacelerando durante el verano, pero todavía con tasas de crecimiento positivas. La demanda interna fue el principal impulsor de la actividad

Foto: Imagen de una camarera en Barcelona durante el verano de 2023. (EFE/Alejandro García)
Imagen de una camarera en Barcelona durante el verano de 2023. (EFE/Alejandro García)

El PIB de España creció un 0,3% en el tercer trimestre del año respecto del segundo. El INE ha confirmado este viernes el dato adelantado hace unas semanas y ratifica que la economía nacional siguió desacelerando, pero todavía con una variación positiva de la actividad. Este crecimiento fue una décima inferior al registrado en el segundo trimestre del año y tres décimas inferior al del primer trimestre. Esta desaceleración es fruto de la incertidumbre y del contagio internacional, con la eurozona en plena fase de contracción de la actividad.

Lo que sí ha revisado el INE es la evolución de la masa salarial, que creció un 8,9% en tasa interanual gracias a la creación de empleo y a la subida de las retribuciones. Este incremento es 0,7 puntos porcentuales superior al estimado inicialmente. Y también ha revisado al alza el crecimiento de los salarios en el segundo trimestre, que fue del 8,6%, una décima superior al cálculo que tenía hasta ahora.

Esto significa que los salarios en el tercer trimestre del año fueron 1.100 millones superiores al cálculo inicial, que se reparten en 820 millones de mayores salarios y 260 millones destinados al pago de las cotizaciones sociales. De esta forma, la masa salarial ya es el indicador con mejor comportamiento desde el inicio de la pandemia. En total, el montante total de salarios alcanzó los 178.000 millones de euros en el tercer trimestre del año.

Esto supone un crecimiento, desde los niveles previos a la pandemia, del 21% en precios corrientes. En este mismo periodo, el PIB ha aumentado un 16%, la recaudación un 19% y los beneficios empresariales y del capital, un 10%. Esto es, los beneficios han crecido menos de la mitad que la masa salarial.

Este buen desempeño de las retribuciones (la remuneración por asalariado aumentó un 4,8% en tasa interanual), unido a la creación de empleo durante el verano, fue el estímulo de la demanda interna. Todo el crecimiento que logró España durante el verano fue gracias al consumo, ya que las exportaciones y la inversión interna sufrieron una importante caída. Sin embargo, el efecto negativo fue el gran incremento de los costes laborales unitarios, que en el último año han aumentado nada menos que un 6,5%.

El consumo creció un 1,4% durante el verano, el mayor incremento en un año. También creció el consumo público, un 1,3%, algo más del doble que el dato adelantado. La política fiscal expansiva ha seguido impulsando la actividad económica durante todo el año 2023, pero este motor probablemente se frene a partir del año 2024 con la vuelta de las reglas fiscales.

La formación bruta de capital fijo (inversión) sufrió una contracción del 0,6%, lastrada por el parón de la vivienda y de la obra pública tras las elecciones, que vivieron una caída del 2,5%. Este descenso también supone un mal indicio para la ejecución de los fondos europeos, ya que deberían estar logrando un gran incremento de la inversión. Por el contrario, la inversión en maquinaria y bienes de equipo creció un 1,8%.

El sector exterior vivió un trimestre muy negativo como consecuencia de la crisis que vive Europa y el final del rebote del turismo posterior al covid. En total, las exportaciones de bienes y servicios sufrieron una contracción del 4,1%, el peor dato desde la pandemia. Tampoco las importaciones fueron mucho mejor, ya que registraron una caída del 2,9%, dos décimas menos que el dato adelantado.

En cuanto a la evolución por sectores, la hostelería sufrió un parón como consecuencia del final del rebote posterior a la pandemia. Además, la industria y la construcción sufrieron una contracción del 0,7%, afectadas por el contagio europeo y el impacto acumulado de la subida de los tipos de interés. Los servicios tiraron de la actividad con un crecimiento del 0,9%, muy apoyados sobre las tecnologías de la información y la comunicación, que registraron un avance del 1% en su producción. También el sector financiero cerró el trimestre en positivo, con un crecimiento del 4%, y el sector público elevó su producción un 0,8%. Por el contrario, las actividades inmobiliarias registraron una contracción del 1,4% por la ralentización del mercado de la vivienda.

Primeras señales de mejora

La economía lleva todo el año 2023 en fase de desaceleración. El año comenzó con un avance del PIB del 0,6%, posteriormente se frenó al 0,4% este trimestre y finalmente al 0,3% durante el verano. España ha sufrido el contagio de la crisis internacional, sobre todo la europea, que está ya en fase de contracción. Sin embargo, la especialización en el sector servicios ha permitido a España evitar la temida crisis económica con un crecimiento sólido.

A la luz de los últimos datos, la economía parece mostrar señales de reactivación, lo que aleja los fantasmas de la crisis. El consumo registrado en el IVA aceleró durante los meses de octubre y noviembre, con un crecimiento superior al 6% interanual. Por su parte, la afiliación a la Seguridad Social muestra un inesperado dinamismo hasta la primera mitad de diciembre, con la creación de 27.500 empleos, sumando también la segunda quincena de noviembre. La demanda interna vuelve a sostener a la economía nacional justo en el momento clave del año, la campaña navideña.

El PIB de España creció un 0,3% en el tercer trimestre del año respecto del segundo. El INE ha confirmado este viernes el dato adelantado hace unas semanas y ratifica que la economía nacional siguió desacelerando, pero todavía con una variación positiva de la actividad. Este crecimiento fue una décima inferior al registrado en el segundo trimestre del año y tres décimas inferior al del primer trimestre. Esta desaceleración es fruto de la incertidumbre y del contagio internacional, con la eurozona en plena fase de contracción de la actividad.

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