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El estancamiento de la productividad se come el efecto positivo del pacto de rentas
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Suben los costes laborales unitarios

El estancamiento de la productividad se come el efecto positivo del pacto de rentas

Aunque hogares y empresas han realizado un esfuerzo para repartirse los costes de la crisis inflacionista, las ganancias de competitividad se han colado por el sumidero de la productividad

Foto: La vicepresidenta de Trabajo, Yolanda Díaz. (EFE/J.J. Guillén)
La vicepresidenta de Trabajo, Yolanda Díaz. (EFE/J.J. Guillén)
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En su último informe trimestral, el Banco de España señala tres grandes lacras económicas de España: el alto desempleo, el déficit permanente y el estancamiento de la productividad. Tres problemas de los que cuelgan casi todos los males económicos que sufre el país. El último de ellos, la baja productividad, es un problema que se arrastra desde mediados de los noventa y sigue sin superarse. Su estancamiento ha provocado que se hayan perdido los efectos positivos que consiguió España gracias al pacto de rentas y la contención de los salarios. Durante meses, el pacto de rentas fue uno de los temas centrales del debate político, pero ahora, cuando se pueden medir sus resultados, está completamente ausente.

Empresas y hogares realizaron un esfuerzo para repartir el impacto de la crisis inflacionista y así evitar la entrada en una espiral de precios y costes. Aunque la evolución de márgenes y retribuciones ha sido desigual por sectores, en el conjunto de la economía se ha producido un reparto de esfuerzos, que se consolidó con la firma del Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) entre sindicatos y patronales. Este reparto permitió contener la inflación y mejorar la competitividad de la economía española respecto del resto de países de la eurozona.

Sin embargo, las ganancias conseguidas con el ajuste de los salarios se han perdido por el pobre comportamiento de la productividad. La productividad por ocupado en el tercer trimestre del año era todavía un 2% inferior a la de 2019, mientras que en el conjunto de la Unión Europea esta brecha ya se ha cerrado. Por su parte, la productividad por hora trabajada en España es un 1,2% superior a la existente antes de la pandemia, pero en la UE ha crecido un 2,2%, esto es, un punto más.

El resultado es que, aunque los salarios se han contenido, el pobre comportamiento de la productividad ha provocado que los costes laborales unitarios de España hayan crecido mucho más rápido. En otras palabras, al no aumentar la producción por trabajador, las ganancias conseguidas por la contención de los salarios se han perdido.

Los costes laborales unitarios que soportan las empresas españolas por cada trabajador son un 17,5% más altos que los del año 2019, mientras que el crecimiento experimentado por la UE ha sido del 15,1%. Y los costes laborales por hora trabajada han aumentado un 16%, mientras que en el conjunto de la UE el crecimiento fue del 14,7%.

"Los costes laborales unitarios vienen mostrando un elevado crecimiento a pesar de que se mantiene un repunte moderado en los salarios negociados", señala el Banco de España en su informe trimestral. En el último año, por ejemplo, los convenios colectivos contemplan una subida salarial inferior al 4%, sin embargo, los costes laborales unitarios han subido más de un 6,3%.

Una parte de este desequilibrio entre salarios y costes laborales para las empresas es consecuencia de las subidas de las cotizaciones sociales que se han aprobado en los últimos años para contrarrestar el coste de la indexación de las pensiones al IPC. Se han subido las bases mínimas (con el SMI), las bases máximas y las cotizaciones con la creación del MEI para financiar el déficit de la generación del baby boom.

Foto: El primer gran centro comercial de Asturias, conocido como "el Pryca", que abrió sus puertas en 1977. (Asturias fotos de ayer)

"Este crecimiento de la remuneración, en un entorno de incremento de los costes laborales no salariales (por ejemplo, cotizaciones sociales) y débil comportamiento de la productividad, implica aumentos de los costes laborales unitarios por encima de los observados en el resto de países de la eurozona desde el inicio de la pandemia, lo que podría acabar afectando a la competitividad-precio de las empresas españolas", señala el Banco de España.

En definitiva, se ha producido un encarecimiento generalizado del factor trabajo que está disociado de la producción que genera cada trabajador. Esto explica que la competitividad/precio no esté creciendo, a pesar de los esfuerzos que están realizando los trabajadores. Mientras el esfuerzo se concentre en repartir costes y no en mejorar la producción, cualquier aumento de los salarios vendrá aparejado de un coste laboral adicional. Y esto implica menor inversión (como viene arrastrando España en la última década) y menor crecimiento potencial a futuro. Lo que explica, por ejemplo, las últimas previsiones de la OCDE, que apuntan a que 10 países adelantarán a España en las próximas décadas en PIB per cápita.

En su último informe trimestral, el Banco de España señala tres grandes lacras económicas de España: el alto desempleo, el déficit permanente y el estancamiento de la productividad. Tres problemas de los que cuelgan casi todos los males económicos que sufre el país. El último de ellos, la baja productividad, es un problema que se arrastra desde mediados de los noventa y sigue sin superarse. Su estancamiento ha provocado que se hayan perdido los efectos positivos que consiguió España gracias al pacto de rentas y la contención de los salarios. Durante meses, el pacto de rentas fue uno de los temas centrales del debate político, pero ahora, cuando se pueden medir sus resultados, está completamente ausente.

Salarios de los españoles Empleo
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