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El incremento de la presión fiscal en España recae sobre todo en las familias
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El incremento de la presión fiscal en España recae sobre todo en las familias

El IRPF y las cotizaciones sociales se han disparado en los últimos años hasta convertirse en el gran foco de la recaudación, con 44.000 millones de euros adicionales

Foto: Oficina de la Agencia Tributaria. (EFE)
Oficina de la Agencia Tributaria. (EFE)
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España ha salido de la pandemia recortando la gran brecha de recaudación que tenía con Europa. En el año 2019, los ingresos tributarios que generaba España se situaban en el 35% del PIB (sin contar el resto de ingresos de las AAPP por tasas, precios públicos, etc.), mientras que la media de la UE era de casi el 41%. Desde entonces, en apenas tres años, la brecha se ha recortado a la mitad, pasando a ser de 2,9 puntos del PIB y de 3,6 puntos respecto a la eurozona. Quienes han pagado buena parte de esta factura son los hogares.

Así lo muestran los últimos datos de recaudación por impuestos publicados por Eurostat correspondientes al ejercicio 2022. España ha elevado su recaudación en 2,8 puntos del PIB, mientras que en el conjunto de la eurozona apenas ha aumentado en 0,1 puntos. España es, además, el país europeo en el que más ha aumentado la carga de impuestos, por delante de Chipre, con un 2,3%; Lituania, con un 1,3% y Portugal, con un 1,2%.

La mayor parte de esta nueva presión fiscal recae sobre los hogares, ya sea a través de los impuestos sobre la renta (básicamente IRPF) o las cotizaciones sociales (en este cálculo se incluye tanto la cuota del empleado como del empleador, ya que ambos detraen salario). En concreto, el peso de los impuestos sobre la renta se ha disparado en 1,3 puntos del PIB mientras que el de las cotizaciones sociales ha aumentado en 0,5 puntos.

En total son 44.000 millones de euros más que están pagando los hogares en impuestos. Una parte de esta recaudación extra se ha conseguido gracias a la creación de empleo: en 2022 había 830.000 afiliados más a la Seguridad Social que en 2019. Sin embargo, en porcentaje este crecimiento es apenas del 4,3%, muy lejos del incremento de la recaudación del 17% con los impuestos sobre la renta y las cotizaciones sociales.

El aumento del peso del IRPF es el segundo más alto de la eurozona, solo por detrás de Malta, que lo ha aumentado en 1,5 puntos. En este incremento juega un papel clave la no deflactación del IRPF. La subida de los salarios para evitar la pérdida de poder adquisitivo provoca que algunos trabajadores suban de tramo, lo que implica un tipo marginal superior al que estaban pagando. Esto es, aunque su renta real no aumente, sí se incrementa su carga fiscal.

Este efecto se extiende al año 2023, ya que es el ejercicio en el que las empresas están subiendo realmente los salarios. Esto explica que la recaudación de las retenciones del IRPF en los tres primeros trimestres del año se haya disparado un 11%. En números absolutos son 8.000 millones más de ingresos tributarios en apenas nueve meses.

Además, el Gobierno ha adoptado una serie de medidas para aumentar la recaudación con el IRPF como la creación de un nuevo tramo superior para el IRPF sobre las rentas del trabajo a quienes ganan más de 300.000 euros anuales, y un nuevo tramo sobre las rentas del capital para quienes ganan más de 200.000 euros.

Foto: La directora general de la Agencia Tributaria, Soledad Fernández (i), y la directora del Departamento de Gestión Tributaria, Rosa María Prieto. (EFE/J.J. Guillén)

Las cotizaciones sociales también han tenido una gran aportación a la recaudación pública. En su caso, también se benefician de las subidas de los salarios, porque se aplican sobre la retribución bruta de los trabajadores. Eso sí, en su caso no hay progresividad en frío, ya que el tipo de cotización que se aplica es único para todos los trabajadores. Esto explicaría que su aumento de recaudación esté siendo inferior a la del IRPF. Hasta el año 2022 el incremento del IRPF fue del 25% frente al 12% de las cotizaciones sociales.

Eso sí, en 2023 las cotizaciones sociales están creciendo a un ritmo más intenso por la subida de las cuotas que aprobó el Gobierno. Por una parte, aprobó una subida temporal de las cotizaciones sociales de 0,6 puntos y, por otra, ha subido la base máxima de cotización un 8,6%. El resultado es que los ingresos por cotizaciones sociales han crecido un 10% hasta septiembre, lo que implica un incremento de algo más de 10.000 millones de euros.

Este aumento de la presión fiscal ha supuesto un importante drenaje de rentas para los hogares, que se ha sumado al efecto de la inflación y de los tipos de interés sobre la renta disponible. También ha aumentado la recaudación con el IVA, y eso a pesar del recorte del impuesto a la electricidad. En concreto, el IVA recaudó en 2022 13.000 millones de euros más que en 2019, lo que supone un incremento de su peso en el PIB de 0,5 puntos, pasando del 6,5% al 7%.

Foto: La inflación lastra la renta de los hogares. (EFE/Ismael Herrero)

Las empresas también han aumentado la carga de impuestos que soportan, en buena medida como consecuencia de las medidas adoptadas por el Gobierno, como la limitación de la deducción por beneficios en el extranjero. En total, los impuestos sobre los beneficios empresariales aumentaron en 0,6 puntos del PIB entre 2019 y 2022, un incremento idéntico al del conjunto de la eurozona. Esto significa que el incremento de la presión fiscal sobre las empresas no es extraordinario de España, sino que se sitúa en línea con Europa. España no consigue cerrar la brecha de recaudación en el impuesto sobre sociedades que tiene con la eurozona y que asciende a 0,6 puntos del PIB.

Por el contrario, los impuestos sobre el capital se han mantenido prácticamente estables, con un incremento del 1%. Una cifra que contrasta con el aumento del 22% en el conjunto de la eurozona. Esto significa que impuestos como patrimonio, sucesiones o donaciones están completamente estancados y la recaudación se centra sobre las rentas de las familias.

En definitiva, el gran esfuerzo fiscal que está realizando España recae directamente sobre los salarios de las familias. Aunque las rentas más altas son las que más contribuyen por la creación de los nuevos tramos del IRPF y la subida de las bases máximas de cotización, todos los hogares están soportando un esfuerzo adicional para cerrar la brecha de recaudación con Europa.

España ha salido de la pandemia recortando la gran brecha de recaudación que tenía con Europa. En el año 2019, los ingresos tributarios que generaba España se situaban en el 35% del PIB (sin contar el resto de ingresos de las AAPP por tasas, precios públicos, etc.), mientras que la media de la UE era de casi el 41%. Desde entonces, en apenas tres años, la brecha se ha recortado a la mitad, pasando a ser de 2,9 puntos del PIB y de 3,6 puntos respecto a la eurozona. Quienes han pagado buena parte de esta factura son los hogares.

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