El crédito a empresas para inversión se desploma más de un 50% ante el parón

Malos augurios económicos entre las empresas. El tejido empresarial español ha reducido en 2023 la petición de préstamos para la inversión a uno de los niveles más bajos de la historia. Siguieron firmando créditos para financiar sus necesidades de corto plazo (circulante), pero apenas para acometer proyectos a medio y largo plazo.

Las últimas estadísticas del Banco de España reflejan que las empresas españolas pidieron préstamos por valor de 16.108 millones entre enero y julio con un vencimiento superior a un año. Esta cifra supone un desplome del 55% frente al mismo periodo de 2022, un año en que ya hubo dudas entre las empresas por la guerra de Ucrania y el repunte de los precios energéticos.

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Solo ha habido un año en el que las peticiones de préstamos a más de un año han estado por debajo de las cifras de 2023 (entre enero y julio): fue en 2014, cuando las empresas solicitaron 12.408 millones (ver gráfico) en este periodo, en un ejercicio en el que los bancos estaban desapalancándose tras el rescate y tenían el grifo del crédito cerrado.

Las entidades consultadas resaltan varios factores que explican esta tendencia. En primer lugar, la incertidumbre económica. Las previsiones apuntan a un frenazo severo en las economías europeas en los próximos meses, según vaticinó la semana pasada el Banco Central Europeo (BCE) al bajar sus previsiones del PIB (producto interior bruto) de la eurozona del 0,9% al 0,7% este año y del 1,5% al 1% el próximo. Aunque la Comisión Europea (CE) mejoró las perspectivas para la economía española, al 2,2% en 2023 y el 1,9% en 2024, la previsión de un frenazo a nivel continental contagia el ánimo de las compañías.

Otro factor se deriva también de las decisiones del BCE, con las subidas de tipos que ha llevado en los últimos meses, culminando por el momento en el 4,5% al que se situaron el pasado jueves. Esto hace que la financiación de las empresas se haya encarecido, de media, del 2,5% al 5,5% en el último año, lo que no anima a endeudarse.

Hay un tercer factor, explican los bancos consultados: el parón electoral, por dos razones. La primera es que hay muchas empresas que frenan su actividad cuando hay posible cambio de Gobierno, ya sea porque su negocio depende del BOE (Boletín Oficial del Estado) o por la incertidumbre de no saber quién va a dirigir el país en los siguientes cuatro años.

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La segunda es el retraso que está habiendo en el despliegue de los fondos europeos, ya sea las inyecciones directas de capital o los préstamos (94.000 millones) cuya letra pequeña sigue sin cerrarse tras meses de parón, como adelantó este medio. "Pasar varios meses sin un Gobierno en pleno funcionamiento podría retrasar la implementación de los fondos del NGEU [Next Generation EU`]", expuso hace algunos días CaixaBank Research.

Por tipos de empresas, el mayor parón en el último año es el que han registrado las grandes, con un 60% menos de créditos de inversión que hace un año. Pero es más significativo el frenazo que vienen registrando las pymes, con la cifra más baja de la historia este año. Pidieron algo menos de 3.000 millones entre enero y julio, un 29% menos que hace año y la cifra más baja desde que hay registros en el Banco de España.