El IRPF 'rasca' en la subida de los salarios y genera la mitad de la recaudación hasta julio

El Estado recaudó casi 152.000 millones de euros en los siete primeros meses del año. Se trata de la mayor cifra nunca registrada, un 4% más que en el mismo periodo de 2022. Se aprecia, sin embargo, una ralentización en el crecimiento. Por ejemplo, un año atrás, la recaudación crecía a tasas históricas del 18% y cerró 2022 con un aumento de los ingresos del 14%. En 2023, el crecimiento de la recaudación se ha ralentizado por el menor dinamismo de la economía y por el frenazo de la inflación. Sin embargo, hay un tributo que no afloja, el IRPF.

En los siete primeros meses del año (meses que ya incluyen la campaña anual de la renta), el IRPF ha generado casi 76.000 millones de euros de recaudación. Esto significa que la mitad de los ingresos impositivos procede de este tributo, una cifra histórica si se exceptúa el año de la pandemia (2020). Solo en el mes de julio, el IRPF generó unos ingresos brutos de 27.300 millones de euros, lo que supone un tercio más que antes del covid.

Pero, más allá de la liquidación del año 2022, el gran crecimiento de este tributo es consecuencia de la subida de los salarios. Según los últimos datos del INE, los costes laborales de las empresas están creciendo por encima del 6%, dato pocas veces registrado en la historia reciente. Este aumento de los salarios compensa la ralentización del empleo, ya que aumenta la base imponible y, además, se están produciendo saltos de tramo por la llamada progresividad en frío del tributo. Esto ocurre cuando los empleadores revalorizan las retribuciones para adaptarlas a la inflación, pero ello implica un salto de tramo en el IRPF hacia otro superior, lo cual aumenta la presión fiscal sin que el trabajador haya ganado capacidad de compra.

Las retenciones del IRPF en el mes de julio alcanzaron los 14.500 millones de euros, la cifra más alta registrada. De hecho, se trata del segundo mes en la historia en que se superan los 14.000 millones de ingresos, el primero fue enero de este año. Los ingresos por retenciones siguen creciendo a ritmos de doble dígito anual, y eso a pesar de que el PIB ya está creciendo menos de un 2% en términos reales. Las retenciones de julio fueron un 10,4% superiores a las del mismo mes de 2022 y un 34% superiores a las de julio de 2019.

Este IRPF disparado explica que la recaudación siga creciendo a un ritmo elevado pese a la desaceleración de la economía y de la inflación. Por el contrario, el IVA apenas ha aumentado un 2% en los siete primeros meses del año, una quinta parte que el IRPF. Y si se aíslan los tres últimos meses disponibles (desde mayo hasta julio), la recaudación que generaron fue inferior a la del mismo periodo de 2022.

Pero el IRPF se sobra y se basta para mantener la recaudación al alza aunque el resto de tributos pinche. El peor dato se lo lleva el impuesto sobre sociedades, cuya recaudación se hunde este año un 40%. Este descenso se debe principalmente a las devoluciones de la liquidación de 2021. Los pagos a cuenta que realizaron en esos ejercicios las empresas fueron superiores a los beneficios obtenidos finalmente, lo que le ha costado a la Agencia Tributaria más de 9.000 millones de euros desde el inicio del año. De esta cuantía, 1.000 millones se van directamente al Banco Santander, que ganó un pleito a Hacienda por créditos fiscales procedentes del Banco Popular.

Si se descuentan las devoluciones a las empresas, la Agencia Tributaria ingresó 3.800 millones de euros con el impuesto sobre sociedades, lo que arroja esa caída de casi el 40% respecto al mismo periodo del año anterior.

Solo el IRPF genera ingresos suficientes como para contrarrestar la caída del resto de tributos. Si no fuese por el impuesto sobre la renta, la recaudación de los siete primeros meses del año habría sido 1.000 millones inferior a la del año anterior. De esta forma, se consolida como el gran impuesto de España, al generar ya la mitad de la recaudación de este periodo.

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Desde que comenzó la pandemia, el peso de este tributo sobre la recaudación total ha crecido en casi cinco puntos porcentuales, dejando el IVA ya a 15 puntos de distancia. Este aumento de la tributación directa implica un sistema fiscal más progresivo, ya que pagan más quienes más ganan. Este sistema se potenció en 2021 con la creación de un nuevo tramo del IRPF para los salarios de más de 300.000 euros.

Es previsible que este impuesto siga ganando relevancia en el sistema tributario español a medida que los salarios sigan subiendo. Además, la resistencia del empleo impide que su base imponible se desinfle por la vía de la caída del número de contribuyentes. De hecho, en la actualidad es el único impuesto que va por encima de las previsiones que el Gobierno incluyó en los presupuestos generales del Estado de 2023. En concreto, estima que la recaudación anual será un 7,7% superior a la de 2022, pero en los primeros siete meses del año el crecimiento está cerca del 10%. De esta forma compensa el pinchazo del IVA y sociedades, ya que ambos van por debajo de las expectativas.