Hacienda pierde un pleito de 995 millones contra Santander por créditos fiscales

Banco Santander gana una batalla clave a Hacienda en un momento determinante. La primera entidad financiera española ha conseguido que los tribunales le den la razón en un pleito que mantenía con la Agencia Tributaria por créditos fiscales valorados en 995 millones de euros, según fuentes financieras consultadas por El Confidencial. Desde Hacienda lo confirmaron y señalaron que "analizaremos la situación para ver cómo actuamos", mientras que desde Santander no quisieron hacer comentarios.

Esta victoria llega en un momento de alta tensión entre el Gobierno y el sector financiero, tras el impuesto que aprobó el año pasado. Todas las grandes entidades lo han recurrido después de la primera liquidación del mes de febrero. Este tributo, cuyo impacto ascenderá a unos 3.000 millones en dos años, ha hecho que algunas entidades vean penalizado su resultado del primer trimestre, con consecuencias en bolsa, como las de Unicaja.

TE PUEDE INTERESAR

La banca tiene 60.000 M en créditos fiscales para amortiguar el golpe fiscal de Sánchez

Jorge Zuloaga

En este contexto, ha llegado el resultado de esta batalla entre Hacienda y Santander. La sentencia se ha producido recientemente en el Tribunal Económico-Administrativo Central (TEAC). Desde Hacienda no aclaran si habrá recurso.

Esta disputa se originó por la conversión de unos créditos fiscales de Banco Popular en activos corrientes (deducibles) en 2017, a lo que la Agencia Tributaria se opuso, según explicaba Santander en sus últimas cuentas: "Banco Popular consideró que se habían convertido en crédito exigible frente a la Administración parte de sus activos monetizables en la declaración del impuesto sobre sociedades del ejercicio 2017 por darse, al cierre de ese ejercicio, las circunstancias que determinaban dicha conversión por importe de 995 millones de euros. La Administración tributaria española, si bien confirmó su condición de monetizable, consideró que al cierre de 2017 no se daban las condiciones para su conversión, sin perjuicio de que esta tenga lugar en ejercicios futuros. Este criterio administrativo está siendo discutido en los tribunales".

Según las fuentes consultadas, Hacienda consideraba que Banco Popular no podía aplicar estas deducciones al pasar a formar parte de grupo Santander en junio de ese año. El banco presidido por Ana Botín ha defendido, con éxito, que Popular fue gran parte del año independiente, por lo que había margen de convertir esos créditos fiscales en activos corrientes.

Las fuentes consultadas no aclaran cuándo podrá usar estos 995 millones Santander una vez la sentencia sea firme. Añaden que estos activos ya estaban en el balance del banco como créditos fiscales monetizables, que son impuestos que se adelantaron en su momento y que no afectan a la cuenta del resultado del grupo en España. Así, la entidad seguirá reflejando el mismo impuesto sobre su beneficio, lo único que podrá usar este crédito de 995 millones con Hacienda para saldar cuentas.

En el caso del impacto para el Estado, desde Hacienda señalan que el posible efecto sobre el déficit se aplicaría retroactivamente a 2017. En ese año, Santander pagó 1.159 millones de euros por Sociedades en España, tras una devolución de Hacienda a popular de 65 millones, que según el fallo del TEAC podría haber sido mayor.

Los créditos fiscales diferidos son deducciones fiscales generadas por las empresas por pérdidas en el pasado —ligadas principalmente a la crisis inmobiliaria en el caso de los bancos— que tienen derecho a usar durante los próximos años, mejorando así su factura fiscal. Hay parte que está garantizada por el Estado —monetizable, por la que se paga una tasa anual— y parte que no. Y se pueden usar cada año con límites estrictos.

Estas normas hicieron que los créditos fiscales de los bancos españoles apenas bajaran de 63.150 millones a 60.800 millones durante 2022, a pesar de que se trató de un año de resultado récord por la subida de tipos de interés. De estos, más de 40.000 millones son monetizables, por lo que el Estado los garantiza en cualquier circunstancia.

El rescate de 2014

Desde la banca recuerdan que estos créditos fiscales son dinero que se ha adelantado a Hacienda, y que, por tanto, se tiene que recuperar en el futuro. En 2014 se convirtieron parte en monetizables para evitar una crisis al sector financiero, ya que desde Europa se cuestionó que pudieran computar como capital, lo que hubiera dejado a algunos bancos por debajo de los mínimos de solvencia exigibles. Desde algunos ámbitos se consideró esta medida un rescate encubierto. El entonces ministro de Economía, Luis de Guindos, pactó con las entidades una tasa anual que pagan por esta garantía, para evitar que desde Bruselas se considerara ayudas de Estado.

TE PUEDE INTERESAR

Banco Santander se ahorrará 5.000 millones en impuestos gracias a la compra del Popular

Eduardo Segovia Javier G. Jorrín

El Gobierno decidió que el tributo que creó el año pasado fuera con la figura de prestación patrimonial en parte para evitar estas deducciones, a las que los bancos habrían podido acceder en caso de se hubiera aplicado como una subida del impuesto de sociedades. Desde los bancos calificaron el tributo de arbitrario, injusto y desproporcionado. Por ello, lo han recurrido y están a la espera del resultado.

Las entidades han asumido ya en sus cuentas del primer trimestre el impacto del impuesto de todo 2022, a pesar de que todavía solo han pagado a Hacienda la mitad. Esto ha penalizado en gran medida los resultados de las filiales españolas, con caídas del beneficio como la de Unicaja, del 43%. En el caso de Santander, su resultado mejoró apenas un 1%, lejos del 10% que lo hubiera hecho sin el tributo.