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El BCE ultima otra subida de los tipos de interés pese a la moderación del IPC
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DOS CONSEJEROS LO DAN POR HECHO

El BCE ultima otra subida de los tipos de interés pese a la moderación del IPC

El aterrizaje de la inflación avanza. Eso no significa, sin embargo, que el BCE afloje. Ultima un nueva subida de tipos que los situará ya cerca del 4%. Lo que preocupa es la inflación subyacente

Foto: Christine Lagarde, presidenta del BCE. (Reuters/Heiko Becker)
Christine Lagarde, presidenta del BCE. (Reuters/Heiko Becker)
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El aviso lo ha dado Philip R. Lane, uno de los consejeros más influyentes del BCE, durante una entrevista con Le Monde: los tipos de interés seguirán subiendo. O expresado con sus propias palabras: "Todavía no es el momento adecuado para parar", lo que quiere decir que el próximo 4 de mayo el Banco Central Europeo (BCE) dará una nueva vuelta de tuerca a su política monetaria.

Lane, hay que recordar, pasa por ser uno de los consejeros considerados palomas, y, por lo tanto, menos agresivo que otros colegas a la hora de elevar los tipos de interés. Otra de las consejeras más influyentes, la alemana Isabel Schnabel, alineada también con las posiciones moderadas de Lane, ha dicho prácticamente lo mismo: los tipos de interés volverán a aumentar en una semana. Lo único que se desconoce es la intensidad de la subida. Es decir, si el BCE optará por un cuarto de punto o por medio punto, lo que situaría el tipo de interés oficial en un 3,75% o un 4%. Por lo tanto, dentro del rango en que hoy se mueve el euríbor a un año (3,86%).

En la última reunión del Consejo de Gobierno, celebrada el pasado 16 de marzo, la presidenta Christine Lagarde dio una señal mixta. Por un lado, quiso dejar claro que la inflación "seguirá siendo demasiado alta durante demasiado tiempo", lo que sugiere nuevos incrementos, pero, al mismo tiempo, al contrario que en las anteriores reuniones, optó por no pillarse los dedos y no dio referencia alguna. El argumento para esconder su posición es el mismo que ofrece en aquellas ocasiones en que el Consejo de Gobierno del BCE puede estar dividido: dependerá de los datos que se conozcan hasta un día antes de la reunión.

Y lo que ha sucedido en los últimos meses es una rebaja sostenida de la inflación, que ha pasado de un máximo del 10,6% de octubre de 2022 al 6,9% de marzo de este año, todavía muy lejos del 2% que se ha puesto el BCE como objetivo de política monetaria a medio plazo. Durante ese tiempo, los precios energéticos también han bajado, en este caso, por un frenazo de la demanda, a lo que ha contribuido un invierno inusualmente benigno en lo meteorológico. El Brent se mueve en torno a los 80 dólares, mientras que el gas en el mercado holandés, que sirve de referencia, marca un precio de alrededor de 40 dólares, ya por debajo de los niveles previos a la invasión de Ucrania.

Viejos achaques alemanes

El BCE, igualmente, ha podido observar que el comportamiento de la economía europea, pese a la agresividad de la subida de tipos (del -0% al 3,5% en menos de nueve meses), ha sido mejor de lo esperado. Incluida la antigua locomotora alemana, hoy con viejos achaques derivados de su dependencia energética de Rusia, pero que ha sido capaz de escapar de la recesión en el primer trimestre con un avance modesto del PIB, según el Bundesbank, aunque por el momento no lo ha cuantificado.

Foto: Manuel Menéndez, CEO de Unicaja Banco. (EFE/Javier Lizón)

La reducción de la inflación, sin embargo, es más aparente que real, lo que explica la persistencia del BCE a la hora de encarecer el precio del dinero. La inflación subyacente en la eurozona, que elimina los componentes más volátiles, energía y alimentos no elaborados, alcanzó en marzo el 7,5%, la tasa más elevada desde que nació el euro. Es decir, bastante más del doble que el nivel de hace justamente un año (3,2%), lo que da idea de cómo ha empeorado el corazón la inflación, que se ha colado por las arterias del sistema productivo.

Lo que preocupa, ni más ni menos, es que todavía no ha tocado techo, lo que obligaría al BCE a ser más exigente con los precios. Entre otras razones, porque tiene más margen de maniobra, a la vista de que la subida de tipos no está teniendo consecuencias tan negativas para la economía como inicialmente cabría esperar. Es verdad que el crecimiento de los préstamos bancarios (en particular, los destinados a hipotecas) se está moderando o que el avance del agregado monetario más amplio, en última instancia la liquidez, se está desacelerando, pero eso es, precisamente, lo que quería el BCE: construir un círculo virtuoso. Es decir, subir de forma brusca los tipos de interés sin que este endurecimiento tenga efectos dramáticos sobre el crecimiento económico y el empleo.

Ni la aceleración de los incrementos salariales ha tenido un efecto muy relevante en la eurozona

Ni siquiera la aceleración de los incrementos salariales, en muchos países del euro, por encima del 5%, ha tenido un efecto muy relevante en la eurozona. La región no ha entrado en recesión, como se llegó a barajar hace algunos trimestres. Los costes laborales, en concreto, subieron en el cuarto trimestre de 2022 un 5,7%. Esos incrementos, en todo caso, están por debajo de lo que ha crecido la inflación, lo que hace más difícil que se produzca una espiral de precios. Los salarios están perdiendo poder adquisitivo.

Aterrizaje suave

El BCE, por el momento, está consiguiendo un aterrizaje suave de la inflación, salvo en la subyacente. Entre otras razones, porque la subida tan agresiva de los tipos de interés ha apreciado de forma notable el euro, lo que sirve para moderar la inflación. El euro se ha apreciado un 10% desde los mínimos alcanzados en noviembre del año pasado. Tampoco parece que la crisis bancaria desatada en EEUU —el último caso es el del First Republic— vaya a alterar la hoja de ruta del BCE.

Otro de los factores con que cuenta el BCE para hacer aterrizar la inflación tiene que ver con los saldos fiscales de los gobiernos, que durante cuatro años han aprovechado la inexistencia de reglas fiscales para compensar la caída de rentas derivada de la pandemia, primero, y, posteriormente, de la inflación. Su reintroducción parece próxima, y esto explica que los consejeros del BCE recuerden a los gobiernos cada vez con más asiduidad que es hora de reducir los estímulos. Si le hacen caso, ayudará a moderar los precios.

El aviso lo ha dado Philip R. Lane, uno de los consejeros más influyentes del BCE, durante una entrevista con Le Monde: los tipos de interés seguirán subiendo. O expresado con sus propias palabras: "Todavía no es el momento adecuado para parar", lo que quiere decir que el próximo 4 de mayo el Banco Central Europeo (BCE) dará una nueva vuelta de tuerca a su política monetaria.

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