La pregunta es clave, y se la ha hecho el BCE. ¿Quién ha contribuido más al incremento de los precios? Su respuesta apunta a los beneficios, más que los salarios. Si antes suponían una tercera parte, han llegado a ser la mitad
La pregunta es clave, y se la ha hecho el BCE. ¿Quién ha contribuido más al incremento de los precios? Su respuesta apunta a los beneficios, más que los salarios. Si antes suponían una tercera parte, han llegado a ser la mitad
Los comestibles son un 4,3% más caros que hace un año, un punto menos que en febrero, pero la inflación sube cuatro décimas por el alza de los carburantes y del IVA de la electricidad
La persistencia de la inflación a medida que se levantan las rebajas del IVA y la ralentización de la subida salarial secan la ganancia de capacidad de compra de los trabajadores
La caída interanual de los precios de la energía se moderó al 1,8% desde la bajada del 3,7% en febrero, mientras que los alimentos frescos se abarataron un 0,4% tras subir un 2,1% en febrero
El abaratamiento de la electricidad no se nota en los precios debido a la subida fiscal y el efecto base. La tendencia desinflacionista continúa, y la subyacente se modera una décima (3,3%)
Obedeció a una caída interanual de los precios de la energía del 3,7%, mientras que los alimentos frescos se encarecieron un 2,1%, muy por debajo de la subida del 6,9% del primer mes del año
La tendencia desinflacionista se retomó en febrero tras el fin del efecto de la retirada de las medidas fiscales, aunque la subyacente solo se replegó una décima, hasta el 3,5%
El índice de precios de los alimentos, que elabora la FAO, se situó en 117,3 puntos en febrero. Esto significa ya un nivel inferior al que existía antes de que comenzará el episodio de alta inflación
El incremento de los salarios llegó a su techo el pasado verano y comenzó a desacelerar hacia el final del año. Por el contrario, la inflación repuntó al final del ejercicio