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La inflación se modera seis décimas (2,8%) tras el fin del efecto de la retirada de las medidas
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DATO ADELANTADO DE FEBRERO

La inflación se modera seis décimas (2,8%) tras el fin del efecto de la retirada de las medidas

Los precios vuelven a niveles del verano gracias al abaratamiento de la electricidad. El indicador subyacente también se repliega dos décimas (3,4%), en mínimos del inicio de la guerra

Foto: Un mercado de frutas. (EFE/Carlos Ortega)
Un mercado de frutas. (EFE/Carlos Ortega)

El proceso de desinflación es una tendencia consolidada en España. La subida de enero, cuando el índice de precios de consumo (IPC) repuntó tres décimas, fue solo un paréntesis, motivado por el fin de algunas medidas para hacer frente a la crisis inflacionista o la modificación de otras, como el IVA del gas y de la electricidad, que están volviendo progresivamente a sus valores habituales. En febrero, ha desaparecido este efecto, ya que el nuevo paquete, vigente desde el inicio del año, no ha cambiado. Y los resultados se hallan a la vista: la inflación se ha moderado seis décimas, hasta el 2,8%, según el dato adelantado este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Es la primera vez desde el verano que se sitúa por debajo de la barrera del 3%, y el mayor repliegue desde junio.

La espectacular caída de los precios de la electricidad, motivada por el incremento de la producción eólica ante los trenes de borrascas que han atravesado la Península es las últimas semanas, se anticipa como la principal explicación de este buen registro, a falta de los detalles que ofrecerá el INE en su revisión de mediados de mes. La estabilidad en los precios de los alimentos, a los que les está costando replegarse, pero que al menos han frenado su espiral alcista, es otra de las variables que hay que tener en cuenta. "En sentido contrario, destacan los carburantes, cuyos precios aumentan, mientras que bajaron en febrero de 2023", destaca el INE en su nota de prensa.

En cualquier caso, todos ellos son elementos especialmente volátiles, por lo que no se introducen en la ecuación a la hora de calcular el dato subyacente, que es el que se encuentra subrayado en rojo en todos los documentos de los bancos centrales, a la espera de las ansiadas bajadas de los tipos de interés. Este indicador es la verdadera referencia para tomar la temperatura a los precios sin fijarse en gripes pasajeras. Y es el que mejor noticias está dando últimamente: se sitúa ya en el 3,4%, el registro más bajo de los últimos dos años. Para encontrar un dato tan bueno hay que remontarse a marzo de 2022, en el inicio de la guerra en Ucrania.

Subidas mensuales

Los datos son muy positivos, como está ocurriendo en todo el continente, con una economía exhausta ante el endurecimiento de la política monetaria, y liberada por fin del principal factor inflacionista del último trienio: los precios de la energía. Sin embargo, España está en una posición diferente, ya que sigue creciendo. Hacerlo mientras se pone coto al encarecimiento de los precios lo sitúa como uno de los alumnos aventajados de la eurozona.

Foto: Frutas y verduras envasadas con plástico en un supermercado. (iStock)

Pese a todo, también hay factores amenazantes en el horizonte. Las cifras conocidas este jueves podrían estar condicionadas por el llamado efecto base: dado que la lectura interanual de febrero del año pasado fue al alza, ahora la comparación con ese momento favorece que la curva de precios vaya a la baja.

Sin ir más lejos, los registros mensuales son malos: el IPC general repuntó tres décimas en los últimos 29 días, seguramente condicionado por el incremento de los combustibles —circunstancial y, en cualquier caso, motivado por factores externos, como la subida del petróleo en los mercados internacionales—. Y, lo que es más preocupante: el subyacente aumentó medio punto, como no lo hacía desde junio.

En otras palabras: los precios suben cada vez más lentamente si se comparan con los de hace un año, pero la vida es más cara que hace un mes. La batalla contra la inflación todavía dará sustos, aunque la tendencia de fondo sigue siendo positiva.

El proceso de desinflación es una tendencia consolidada en España. La subida de enero, cuando el índice de precios de consumo (IPC) repuntó tres décimas, fue solo un paréntesis, motivado por el fin de algunas medidas para hacer frente a la crisis inflacionista o la modificación de otras, como el IVA del gas y de la electricidad, que están volviendo progresivamente a sus valores habituales. En febrero, ha desaparecido este efecto, ya que el nuevo paquete, vigente desde el inicio del año, no ha cambiado. Y los resultados se hallan a la vista: la inflación se ha moderado seis décimas, hasta el 2,8%, según el dato adelantado este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Es la primera vez desde el verano que se sitúa por debajo de la barrera del 3%, y el mayor repliegue desde junio.

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