Coca-Cola teme el deterioro del bolsillo de los españoles tras prever más inflación el resto del año

Coca-Cola Europacific Partnes (CCEP), la embotelladora presidida por Sol Daurella, teme que el deterioro del poder adquisitivo de los consumidores españoles pueda acabar teniendo un impacto en el negocio de la compañía. Este vaticinio se da después de prever que el aumento generalizado de los costes seguirá golpeando la economía de las familias.

"Las condiciones económicas en nuestros mercados siguen siendo desafiantes y se espera que los aumentos de la inflación y las tasas de interés continúen durante el resto de 2023", advierte la compañía en reciente documentación enviada a sus inversores. "Esto puede generar problemas de asequibilidad para los consumidores y presión sobre los precios por parte de los clientes minoristas", añade la firma, que entiende que la elevada inflación puede tener como consecuencia la potencial reducción de la demanda.

No solo lo anterior, sino que esa pérdida de poder adquisitivo pueda acabar derivando en quejas de sus clientes minoristas (supermercados, hostelería, etc.) y los poderes públicos para que no traslade los costes y los lleve contra sus márgenes. "Seguimos bajo presión de clientes y autoridades para mantener los precios bajos a pesar del aumento de los costos. Nuestros equipos comerciales continúan trabajando positivamente con los clientes para mitigar este riesgo", detalla la multinacional. En este sentido, cabe destacar los mensajes del Gobierno ahora en funciones frente al sector de la alimentación para que contuviera sus precios. La vicepresidenta segunda en funciones, Yolanda Díaz, llegó a plantear que se toparan algunos precios por decreto.

Todo esto se da, además, mientras la empresa tiene que asumir que ese entorno de precios cada vez más altos aumenta su base de costes, en la que tiene que incluir gastos energéticos, materias primas, salarios y la fiscalidad, que desde este año también ha aumentado en España con el impuesto al plástico. Previamente, recibió un gravamen al azúcar y ahora trata de mitigar potenciales tasas frente a los productos edulcorantes que utiliza.

"En lo que respecta a nuestros productos, continúan las discusiones sobre posibles impuestos a los refrescos y al plástico en diferentes países de nuestros territorios, incluidos España, Países Bajos, Indonesia y Suecia. Basándonos en nuestra experiencia, participamos en debates abiertos y colaborativos con las autoridades y otras partes interesadas. También estamos evaluando y respondiendo adecuadamente a informes recientes en relación con los edulcorantes, considerando el riesgo de regulación, litigios y daños a la reputación", explica la embotelladora a sus inversores.

La elevada inflación prevista por Coca-Cola está en línea con los últimos vaticinios que están haciendo los expertos. El dato adelantado de agosto ya confirma ese cambio de tendencia al alza tras meses de moderación. Tampoco en Europa logran aplacar el incremento de precios. Según Eurostat, la subida de precios en agosto en la zona euro fue del 5,3%. El fin del efecto base apunta a que las tasas que miden el coste de la vida seguirán aumentando pese al fuerte incremento de los dos últimos años. El reciente repunte de los combustibles está precipitando el cambio de tendencia. Pese a todo lo anterior, Coca-Cola Europacific Partners logró aumentar su beneficio un 14% gracias, precisamente, a la buena marcha de su negocio en España y Portugal.

Mira de reojo a la sequía

Una de las causas detrás del aumento de precios es la sequía, que está sacudiendo con fuerza al sector alimentario y es la principal causante del incremento de costes básicos que deben asumir las familias. La cuestión está siendo tratada al más alto nivel. Este mismo jueves, la vicepresidenta primera y ministra de Economía en funciones, Nadia Calviño, era preguntada en la Cadena SER por los elevados precios del aceite, de los que argumentaba que estaban afectados por las malas cosechas.

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La escasez de agua es también un factor de riesgo recogido por Coca-Cola, compañía intensiva en su uso para elaborar sus bebidas. La firma mira la falta de este recurso de reojo. "La escasez de agua ha sido un problema en esta primera mitad del año, en particular en Francia y España, donde las autoridades han emitido planes de contingencia. Además de sólidas rutinas de gestión del agua, un equipo multifuncional ha estado utilizando la planificación de escenarios para evaluar el impacto potencial. A día de hoy, consideramos que el riesgo es bajo. Mantenemos buenas relaciones con las autoridades locales, basadas en la credibilidad de nuestra estrategia de gestión del agua y la estricta disciplina que aplican nuestros equipos de planificación de la demanda para la priorización y racionalización", explica la firma para tratar de calmar al mercado.

Precisamente este mismo jueves, la Federación de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), la voz del sector agroalimentario, alertaba del impacto de la sequía en el suministro de alimentos y bebidas. "La Federación advierte de que la situación puede provocar escasez de productos y pide un nuevo Plan Hidrológico, así como planes de inversión en infraestructuras de almacenamiento y de riego", señalaba en un comunicado en el que pedía medidas de racionalización para disponer de más agua.

"Es imprescindible que la industria de alimentación y bebidas reciba un tratamiento especial en estas circunstancias tan graves y que tenga un acceso preferente al agua para poder garantizar un suministro estable y seguro de alimentos y bebidas", afirma Mauricio García de Quevedo, director general de FIAB.