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El cambio climático disparará el precio de los alimentos hasta un 60% en 2035 según el BCE
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Ya es una gran amenaza económica

El cambio climático disparará el precio de los alimentos hasta un 60% en 2035 según el BCE

Un estudio de la entidad estima que la sequía del pasado verano provocó una cuarta parte de la inflación de los alimentos. Entre otros efectos, provocará que las hipotecas sigan siendo caras

Foto: Tierra cuarteada debido a la sequía en Ourense. (EFE7Brais Lorenzo)
Tierra cuarteada debido a la sequía en Ourense. (EFE7Brais Lorenzo)
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El calentamiento global se ha visto tradicionalmente como un riesgo futuro para la humanidad. Se teme que en algún momento, el efecto acumulado de las pequeñas subidas anuales de la temperatura será suficiente como para provocar cambios significativos en la actividad cotidiana. Malas noticias: ese momento futuro ya ha llegado. El Banco Central Europeo advierte de que el cambio climático fue uno de los motivos del episodio inflacionista que ha vivido Europa en el último año junto con la guerra de Ucrania. Es más, advierte de que durante los próximos años será una de las mayores amenazas a la estabilidad de precios.

El estudio, elaborado por Maximilian Kotz, Friderike Kuik, Eliza Lis y Christiane Nickel pone números a la crisis climática que ya está golpeando a Europa. La investigación combina las series históricas de inflación y clima en los países europeos para detectar el efecto sobre los precios que tienen los episodios de temperaturas elevadas. A partir de estos datos, realizan una proyección del impacto que tendrá el cambio climático hasta el año 2035 utilizando las previsiones de cambio climático actuales.

Foto: Los incendios descontrolados son cada vez más frecuentes por la sequía. (EFE/Adra Pallon)

Los datos son contundentes: si las previsiones climáticas pesimistas terminan cumpliéndose, el precio de los alimentos en España llegará a dispararse hasta un 60% hasta el año 2035. La subida de las temperaturas podría provocar un alza del precio de los alimentos de casi 4 puntos cada año, esto es, el doble del objetivo de estabilidad de precios del BCE. Esto sin contar otros fenómenos inflacionistas adicionales, como la transición ecológica, el envejecimiento o las guerras comerciales. España está en ese abanico de países europeos más afectados, que recorre todo el sur del continente, desde la Península Ibérica hasta Turquía. Cuando un kilo de pechuga de pollo cueste más de 12 euros, o un kilo de pasta, más de 2 euros, piense en el cambio climático.

placeholder Impacto de un cambio climático severo sobre la inflación general y la de alimentos, según el BCE.
Impacto de un cambio climático severo sobre la inflación general y la de alimentos, según el BCE.

El efecto de la acumulación de la inflación implica que los precios irán acelerando a lo largo de los años. Por ejemplo, una subida acumulada del 3% para un producto que cuesta 100 euros es de 4 euros en el primer año, pero ya es de 4 euros una década después. Para comprender la magnitud de este proceso basta con saber que una subida del 4% significa que los precios se duplican cada 19 años.

Pero el BCE también señala que no es necesario esperar hasta la próxima década para esperar el efecto del cambio climático sobre la inflación. El estudio publicado señala que una buena parte de la crisis inflacionista del último año es consecuencia del incremento de las temperaturas y la sequía. El calor y la falta de precipitaciones está generando malas cosechas que encarece desde los productos frescos en el supermercado hasta productos intermedios que se utilizan en las cadenas de producción. Por ejemplo, la subida de precios del trigo o de la cebada ha disparado los costes de producción de la carne y la leche.

El BCE ha analizado el impacto que tuvo la ola de calor y sequía que se produjo entre junio y agosto de 2022 en Europa. Según sus cálculos, el precio de los alimentos en España y otros países del sur del continente subió casi un 3% por el episodio continuado de calor y tuvo una incidencia de algo más de un 1% sobre el IPC general. En esos momentos, la inflación de los alimentos estaba próxima al 14%, lo que significa que casi una cuarta parte del alza fue consecuencia de la ola de calor.

Este escenario que dibuja el BCE aleja cualquier esperanza de que el precio de los alimentos vuelva en el futuro a los niveles previos a la invasión de Ucrania. Aunque algunos costes intermedios sí se estén abaratando, como es el caso de la energía, el cambio climático introducirá una presión inflacionista que será difícil de doblegar. De hecho, este 2023 ya se están generando muchos problemas de cosechas por la sequía, lo que provoca que el precio de los alimentos haya seguido subiendo.

La inflación de los alimentos afecta principalmente a los hogares con rentas más bajas, ya que son quienes más gastan en estos bienes básicos. Según la encuesta de condiciones de vida, los hogares situados en el 30% con menos ingresos destinan a la alimentación el 25% de su gasto. Serán, por tanto, los perdedores de la inflación causada por el cambio climático.

Foto: El precio de los hoteles se disparó en 2022. (Reuters/Nacho Doce)

Pero una inflación alta de forma recurrente también obligará al BCE a mantener los tipos de interés elevados durante más tiempo. Si el calentamiento climático provoca más de un punto de inflación durante la próxima década significa que se comerá la mitad del margen que tiene el eurobanco de tolerancia a la subida de precios. Porque además de este estímulo inflacionista hay otros muy relevantes ya funcionando, como los costes de la transición ecológica, la subida de los salarios o la guerra comercial. En definitiva, el cambio climático provocará que las hipotecas sigan siendo caras para los hogares, y también la financiación para las empresas.

Esta subida de los precios será desigual en Europa, ya que todos los países no tienen la misma vulnerabilidad al cambio climático. Los países del sur del continente son los más afectados, ya que el incremento del termómetro implica también perder una buena parte de sus escasas precipitaciones. Así, mientras que en el sur de Europa la inflación provocada por el cambio climático pueda llegar al 2% anual, en los países del norte podría ser la mitad, del 1%.

Para España, este efecto desigual de la inflación provocado por el cambio climático supone un riesgo de pérdida de competitividad/precio para su tejido productivo. Sin embargo, también tiene oportunidades en este horizonte temporal, ya que España es uno de los países con mayor potencial para aprovechar las energías renovables, tanto la solar como la eólica. De esta forma, podría convertirse en un polo generador de energía y rebajar así los costes de producción, compensando la subida de los precios de la alimentación.

El calentamiento global se ha visto tradicionalmente como un riesgo futuro para la humanidad. Se teme que en algún momento, el efecto acumulado de las pequeñas subidas anuales de la temperatura será suficiente como para provocar cambios significativos en la actividad cotidiana. Malas noticias: ese momento futuro ya ha llegado. El Banco Central Europeo advierte de que el cambio climático fue uno de los motivos del episodio inflacionista que ha vivido Europa en el último año junto con la guerra de Ucrania. Es más, advierte de que durante los próximos años será una de las mayores amenazas a la estabilidad de precios.

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