Miles de autónomos y pymes recurren al ICO para tratar de sobrevivir a la sequía y la inflación

El Instituto de Crédito Oficial (ICO) se ha visto obligado a salir al rescate de miles de pymes y autónomos castigados por la sequía de 2022 y el aumento de costes provocado por la invasión de Rusia. Los avales para combatir la crisis del covid en 2020 y 2021 han dejado paso en 2022 a la ayuda financiera para empresas dañadas por la falta de lluvias y los altos precios.

Según consta en documentación oficial de la entidad financiera pública, durante el pasado año se dio "especial atención a sectores más afectados por el contexto económico actual, sequía y guerra de Ucrania".

En este sentido, el ICO detalla que más de la mitad de los fondos prestados a través de líneas ICO de Mediación, intermediadas por la red de la banca privada y destinadas en gran parte a aportar liquidez para el día a día de empresas y autónomos, han ido "a aquellos sectores más afectados por las consecuencias de la sequía en España, como la agricultura, ganadería y pesca, así como aquellos más afectados por las consecuencias del contexto económico actual y la guerra en Ucrania".

El sector primario, el que más sufrió el pasado año los daños por la falta de agua, ha sido también el que ha copado más disposiciones ICO Mediación. 128 millones de euros, más del 10% del total (1.268 millones), en 2.325 operaciones, que son casi el 20% de las 12.388 financiaciones que ha hecho el ICO en este tipo de créditos para circulante.

Fuentes del banco público señalan que las ayudas del Gobierno también han contribuido al aumento de estas operaciones. Ya a mediados del año pasado, con la escasez de precipitaciones haciendo estragos en el campo, el Ministerio de Agricultura, el propio ICO y la Sociedad Anónima Estatal de Caución Agraria (Saeca) firmaron un convenio para facilitar el acceso al crédito con el objetivo de paliar la pérdida de rentabilidad del campo causada por la sequía.

El pasado año se dio "especial atención a sectores más afectados por el contexto económico actual, sequía y guerra de Ucrania", según el ICO

La operativa contemplaba financiaciones de hasta 100.000 euros, donde el departamento aportaba subvenciones por un valor total de 12,7 millones de euros, compatibles con las líneas de avales por casi tres millones aportadas por MAPA-SAECA. Todo ello para desembolsar en total hasta 130 millones de euros a devolver en 15 años.

La constante subida de precios y, sobre todo, la sequía cada vez más aguda y generalizada en 2023 han forzado al Gobierno a intervenir con sucesivas ampliaciones de este plan de ayudas desarrollado por el ICO, que ahora se extenderá hasta octubre, señalan desde la entidad.

Se agudiza el problema

Y es que la sequía, lejos de amainar en 2023, se ha agudizado. Abril ha sido el mes menos lluvioso desde que hay registros, que parten de 1961. Los últimos datos del sector aportados por el Ministerio de Industria y de Agricultura, Red Eléctrica, la patronal alimentaria (FIAB) o el Banco de España reflejan un fuerte retroceso de la actividad de la industria agroalimentaria.

TE PUEDE INTERESAR

La sequía y la inflación tumban la actividad y las exportaciones de la industria agroalimentaria

Juan Cruz Peña

Fuertes caídas de la exportación de cereales, hortalizas, frutas, legumbres, aceite o tabaco al inicio de 2023. Retroceso del consumo eléctrico en la industria agroalimentaria, lo que indica menor actividad. También se dan advertencias sectoriales y macroeconómicas de que la situación aún puede empeorar más, con mayores incrementos de precios de los alimentos y un descenso del consumo fruto de los encarecimientos. Esto ya se nota en los supermercados. La cesta de la compra es lo que más sube, con incrementos de más del 16%, según los datos del INE. Todo ello genera una espiral viciosa que lleva a que el menor consumo por las peores condiciones también acarree una menor actividad agraria y ganadera.

Los expertos ya prevén pérdidas de empleo en el campo y menor contribución al PIB nacional. La falta de lluvias de esta primavera hace que buena parte de la cosecha ya esté perdida, sobre todo en el sur, y hay una amenaza real de que lo mismo pueda suceder en el norte si no llegan las precipitaciones.