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Gonzalo García: "El control de precios no funciona frente a la inflación"
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ENTREVISTA AL SECRETARIO DE ESTADO

Gonzalo García: "El control de precios no funciona frente a la inflación"

La economía española ha entrado en una nueva fase. Atrás han quedado las consecuencias de la pandemia, y aunque la inflación es todavía muy elevada, tiende a normalizarse, pero con bajo crecimiento respecto de su media histórica

Foto: Entrevista al secretario de Estado de Economía, Gonzalo García Andrés. (Ana Beltrán)
Entrevista al secretario de Estado de Economía, Gonzalo García Andrés. (Ana Beltrán)
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A Gonzalo García Andrés, el secretario de Estado de Economía, le ha tocado vivir una época difícil. No lleva mucho tiempo en el cargo, apenas dos años, pero por su despacho han pasado en tan corto periodo asuntos tan peliagudos como vivir una inflación que no se conocía en 40 años, una subida de tipos nunca vista, la salida de Ferrovial, los problemas de los jóvenes para encontrar vivienda o la distribución de miles de millones de euros procedentes de Europa. Como la mayor parte del equipo que rodea a la vicepresidenta Calviño, es técnico comercial del Estado, y anteriormente fue socio director de AFI (Analistas Financieros Internacionales). Este viernes, en una sala contigua a su despacho, se mostraba seguro de que hay cambios estructurales en la economía española. El tiempo lo dirá.

PREGUNTA. El Gobierno debe presentar el Programa de Estabilidad a Bruselas en los próximos días. ¿Cuáles serán las líneas maestras y qué lo diferencia del anterior?

RESPUESTA. Lo fundamental es que es el último de la legislatura y nos sirve para hacer un balance de los resultados de la estrategia de política económica. Esta legislatura ha estado marcada por acontecimientos externos y vamos a enfatizar que se ha conseguido una mejora estructural de la economía. Hemos seguido avanzando en la reducción del déficit y de la deuda pública, pero con responsabilidad fiscal, más empleo y mejores rentas salariales. Al cierre de 2022, los ingresos públicos están 3,7 puntos por encima del nivel de 2019.

"Creo que las bases para seguir en esa senda de reducción de la deuda pública son muy sólidas"

P. En esa estrategia fiscal, sí que habrá una novedad. La Unión Europea ya ha anunciado las líneas generales de las nuevas reglas fiscales, que, en principio, pueden estar operativas ya en 2024. ¿Cómo afecta eso al escenario presupuestario a medio plazo del Gobierno de España?

R. Claro que estamos teniendo en cuenta las orientaciones que ha dado la Comisión Europea para la evaluación de los programas de estabilidad. Es cierto que vamos hacia un escenario híbrido en el que todavía no se han aprobado las nuevas reglas fiscales y por tanto están vigentes las anteriores. Pero, en línea con lo que viene defendiendo España, nos parece fundamental ir incorporando ya esa visión o esos principios de las nuevas reglas fiscales. Nuestro desempeño macroeconómico se refleja ya en la evolución del gasto y de los ingresos, lo que nos va a permitir cumplir con esas orientaciones. Pero, sobre todo, creo que el caso español es un ejemplo muy bueno de por qué la orientación que está defendiendo la Comisión Europea y que nosotros defendemos para las nuevas reglas fiscales es una aproximación más inteligente a este problema, porque uno de los elementos es ligar la política fiscal y la supervisión multilateral a las reformas estructurales y a las inversiones.

P. En los últimos informes de todos los organismos multilaterales se da por hecho que el endeudamiento público no bajará del 100% del PIB hasta la próxima década. ¿Ese es el escenario que maneja el Ministerio de Economía?

R. La evolución reciente yo creo que es muy alentadora. El año pasado hemos terminado con una rebaja de cinco puntos en la deuda pública. El crecimiento del cinco y medio en los dos últimos años nos está permitiendo rebajar rápido la deuda. Creo que las bases para seguir en esa senda de reducción de la deuda pública son muy sólidas. Un mayor crecimiento potencial del PIB es básico. La deuda de los países desarrollados tiene una tendencia ascendente. Es el envejecimiento de la población y el gasto, fundamentalmente en pensiones, lo que lo explica. La reforma de las pensiones va a hacer que el efecto del envejecimiento se suavice, junto al impulso positivo que tiene el crecimiento potencial, la mayor aportación de la productividad y del empleo. Esto nos permitirá seguir reduciendo la deuda pública.

P. Pero fíjese que la reforma de las pensiones actúa sobre los ingresos, pero no sobre el envejecimiento o sobre la demografía. Parece una contradicción.

R. La evolución del gasto en pensiones, en particular en relación al PIB y su efecto sobre las finanzas públicas, depende de varios elementos. Uno es la demografía, y tenemos proyecciones actualizadas de Estadística. Tendremos dentro de poco de Eurostat y todo el proceso de la evaluación de los informes sobre envejecimiento de la Comisión Europea. Pero también es muy importante la evolución del empleo, de los salarios, de la productividad y del crecimiento del PIB. Y una parte de la reforma, sin duda, aborda también todos los incentivos para acercar la edad de jubilación efectiva a la edad legal, que ya está teniendo frutos. De manera que un conjunto de actuaciones en distintos ámbitos nos permita suavizar ese efecto, que, por otra parte, será temporal. A partir del año 2050, habremos absorbido este impacto.

P. ¿El Gobierno ha abandonado ya la firma de un pacto de rentas?

R. No, no se ha abandonado. Seguimos pensando que un pacto de rentas y un acuerdo de negociación colectiva tiene mucho valor en un entorno como el nuestro. Y creo que el Gobierno, aparte de venir pidiendo a los agentes sociales ese acuerdo durante los últimos trimestres, ha ido contribuyendo a paliar y amortiguar el impacto que, sobre todo en el año 2022, han tenido las consecuencias de la guerra sobre la renta de los hogares. En particular, de los más desfavorecidos y también de las empresas. La bajada de la inflación en el segundo semestre de 2022 ha sido de cinco puntos y ahora se sitúa entre las más bajas de la Unión Europea. Eso rebaja la presión y puede facilitar que los sindicatos y las asociaciones empresariales se encuentren.

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P. No parece que sea el mejor momento político, con un ciclo electoral tan intenso como el de este año.

R. Sin duda, las elecciones afectan, pero creo en la fortaleza del diálogo social. Interesa a las dos partes, aunque es verdad que puede ser un elemento adicional de complicación. Será más fácil con los indicadores que tenemos. La semana que viene tendremos la primera foto completa del primer trimestre, con el avance del PIB, la inflación de abril y la EPA. Hay condiciones que quizá no son tan visibles en el debate público, pero que pueden ser favorables para que el diálogo social siga siendo fructífero.

P. Lo que no puede ayudar mucho al diálogo social es el Observatorio de Precios. A los empresarios no les gusta nada.

R. Durante este último año se ha hablado mucho de los márgenes empresariales, pero con muy pocos datos. Sobre los salarios, tenemos muchos indicadores, pero no sobre márgenes por sectores, que es un elemento fundamental para el análisis de la formación de los precios y también de la distribución de la renta. El Observatorio tiene como objetivo mejorar la información económica. Es una iniciativa de carácter técnico partiendo de los datos que tenemos de las cuentas nacionales, de la Central de Balances y de la Encuesta de actividad empresarial del Banco de España, y también de una fuente muy importante para nosotros que son las ventas y los salarios de grandes empresas y de pymes societarias que tiene la Agencia Tributaria. De lo que se trata es de utilizar estas fuentes para hacer un informe trimestral abierto.

P. Usted le da un carácter técnico, pero no negará que tiene un carácter político, sobre todo cuando desde el Gobierno, incluido el presidente, se ha sido muy crítico con los empresarios.

R. Atendiendo a los datos, lo cierto es que la situación general de las empresas, a pesar de las dificultades, es positiva. Los datos de inversión extranjera muestran que el interés de empresas por invertir en nuestro país es muy alto. Creo que es difícil pensar en una etapa en España en que las empresas hayan tenido tantas oportunidades y tanto apoyo para invertir, para transformarse, para formar a los trabajadores.

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P. ¿No ha ido demasiado lejos el Gobierno en el asunto Ferrovial, una empresa privada sin participación pública?

R. Lo que ha hecho el Gobierno cuando conocimos la información tras la reunión del consejo de administración es analizar con el supervisor del mercado de valores y con Bolsas y Mercados Españoles si efectivamente teníamos en nuestro marco institucional un elemento de desventaja para las empresas que pudiera justificar una decisión como la que ha acabado adoptando Ferrovial. Y en eso nos hemos centrado. El resultado muestra que efectivamente no existe esa dificultad. Ese camino está abierto y vamos a estar activos para facilitar si alguna empresa quiere cotizar directamente en EEUU. Por otro lado, respeto absoluto a la decisión que ha tomado la junta general de accionistas de Ferrovial.

P. ¿Va a poner algún obstáculo para que se materialice ya la marcha de la sede social a Países Bajos?

R. Reitero que lo que hemos hecho y lo que seguimos haciendo es trabajar para que las condiciones de las empresas sean las mejores posibles para crecer, como lo ha hecho Ferrovial, y seguiremos trabajando en esa dirección, con respeto absoluto a las decisiones que tomen las empresas, pero defendiendo el interés general.

P. ¿Eso significa que no se va a poner ningún obstáculo? ¿No se va a aplicar la cláusula de interés general? ¿Ferrovial podrá situar su sede en Ámsterdam sin trabas?

R. Ferrovial, como otras empresas, ya lo ha señalado la propia empresa, va a mantener aquí su actividad, será una sucursal y, por lo tanto, seguirá estando sujeta a todas las normas y procedimientos legales habituales que tienen las empresas en España. Y, por tanto, todo seguirá con normalidad una vez que ya ha tomado la decisión.

P. Creo que hay dos meses para que hable el Gobierno.

R. Ya hemos dicho que hemos estudiado toda la operación desde todas las dimensiones. Seguirá su curso y, por supuesto, todos los procedimientos que sean necesarios. Pero, de nuevo, nuestro interés, una vez que se ha tomado la decisión, es seguir trabajando para que ese camino, el que quiera recorrer, pueda hacerlo.

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P. ¿Hacia dónde va la Sareb?

R. La Sareb ha tenido un coste significativo para todos los contribuyentes, casi 35.000 millones de euros, y desde que pasó al ámbito público lo que estamos haciendo es trabajar para que el proceso de liquidación de activos avance con el menor coste adicional para el contribuyente, pero utilizando al máximo esos activos para una finalidad social. Esto es lo que está detrás de esas 50.000 viviendas que se van a utilizar para el alquiler. El primer imperativo de la acción pública con Sareb es que no nos cueste más dinero.

P. ¿Qué le parece la propuesta del Partido Popular de dar avales a los jóvenes que quieren adquirir una vivienda? Parece razonable.

R. La verdad es que la política de vivienda que venimos aplicando desde el año 2018 es totalmente diferente de la que se había aplicado por los gobiernos anteriores y creo que sus resultados a la vista están. El impulso al alquiler es fundamental, y lo es porque si miramos otros países llama la atención que tenemos muy poco parque público de viviendas en alquiler. Nuestra política es remediar esa situación y tener más vivienda en alquiler, también alquiler social, porque eso también favorece la movilidad laboral. En breve, se aprobará la ley de vivienda, que es la primera de la democracia, y lo que trata es de favorecer la estabilidad de los contratos de los alquileres. Es fundamental.

P. Aunque los datos son todavía muy iniciales, parece que el plan de alivio de los deudores hipotecarios no está cubriendo las expectativas de hogares que podrían acogerse a sus beneficios.

R. Ese plan era preventivo, de anticipación a los problemas que podían tener aquellos hogares en una situación más vulnerable en términos de rentas para afrontar no adaptarse a esa subida de los tipos de interés. Las estimaciones que realizamos conjuntamente con el Banco de España son dinámicas. Y lo cierto es que desde que empezamos a hacer este trabajo, en otoño, ha subido el salario mínimo, las pensiones, el empleo se ha acelerado, también la actividad… Es decir, que la población objetivo va cambiando. Creo que esa evolución económica favorable permite que haya más familias que puedan hacer frente a esta subida de los tipos de interés con sus condiciones de renta. En todo caso, nuestro interés es que los códigos se apliquen con toda diligencia.

P. ¿Por qué se han equivocado tanto los gobiernos, los organismos multilaterales y, sobre todo, los bancos centrales con la inflación?

R. Hay una razón muy clara que no se podía anticipar: el impacto de la guerra y el efecto sobre los precios de las materias primas energéticas. Creo que ese es uno de los elementos fundamentales. Hay otros que tienen que ver con la recuperación tras la pandemia y con factores de demanda. También hay un elemento adicional y que estamos viendo ahora, que tiene que ver con los precios de los alimentos. Hay factores climáticos que están detrás de la evolución de los precios de los alimentos, lo que lo hace más complicado. Creo que lo importante es asegurarse de que las expectativas de inflación siguen contenidas.

P. ¿Qué va a hacer el Gobierno para evitar que la sequía, que ya está aquí, pueda influir de manera perjudicial en los precios agrarios?

R. Hay medidas de apoyo directo a los agricultores, no solo por la sequía, también por otras cuestiones como el aumento de los precios de los fertilizantes. También estamos apoyando la renta de los agricultores y hay otras vías más estructurales que tienen que ver con cómo tratar de adecuar los cultivos a las necesidades del agua haciéndolos más resilientes. Hay otros elementos que tienen que ver, por ejemplo, con el seguro agrario. Necesitamos un conjunto de medidas, algunas coyunturales, pero otras estructurales, para facilitar la adaptación del sector a un entorno en el que claramente el estrés hídrico va a ser un elemento cada vez más persistente.

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P. ¿El control de precios está descartado, tal como propone su socio de Gobierno?

R. La inflación que tenemos muestra que la estrategia del Gobierno ha sido muy eficaz a la hora de abordar un problema muy difícil. El objetivo fue centrarse en los precios de la energía, porque era el elemento que luego trasladaba la inflación al resto de los costes y creo que está siendo muy, muy efectiva. Creo que la experiencia nos muestra que frente a un fenómeno tan complicado como la inflación, el control de precios no suele funcionar. Hay que perseverar en el origen de los problemas. Aquí creo que la competencia funciona. Ha habido ya también anuncios de iniciativas de rebaja de precios de distribuidores, y no solo de distribuidores.

P. ¿Por qué España es el único país que no ha recuperado los niveles de PIB previos a la pandemia?

R. Se debe claramente a la intensidad del golpe que supuso la pandemia en la economía española. No fue la de otros países, de manera que cuando pase el tiempo tendremos la foto real de cómo ha evolucionado el PIB. Estamos ya a punto de alcanzarlo. Creo que tenemos que mirar el comportamiento de la economía con un foco más amplio. Y si miramos los demás indicadores, muchos están ya por encima: un millón más de afiliados, los ingresos públicos están 3,7 puntos por encima, las exportaciones están más de 100.000 millones de euros por encima. Es decir, creo que la situación de la economía hoy es mucho más sólida. En breve, se conocerá la Encuesta de condiciones de vida, no solo respecto a la renta, sino también respecto a la desigualdad y a la reducción de la pobreza. De manera que yo creo que estamos ahora en una situación más sólida, más sostenible y más inclusiva que antes de la pandemia.

P. Algunos expertos sostienen que el PIB está infraestimado.

R. El PIB es un indicador sintético de elaboración muy compleja, con muchos indicadores. Y la verdad es que en estos dos últimos años las convulsiones que ha experimentado la economía trimestre a trimestre han sido muy grandes. Hay ámbitos donde claramente hay discrepancias entre la evolución del empleo y la evolución del valor añadido. Se produce en la construcción y en otros ámbitos. Por eso es bueno poner el foco más amplio que la situación coyuntural.

P. ¿Se va a revisar al alza el PIB?

R. Las revisiones las hace el INE y están regladas. Digamos que son parte del proceso normal de elaboración de las estadísticas y por tanto dependerá de los calendarios y de ir teniendo más datos. Hay revisiones quinquenales en que se incorpora nueva información y se vuelve a hacer una estimación. Cuando pase el tiempo con más perspectiva, seguro que tendremos una idea más, más clara.

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P. La crisis bancaria de hace unas semanas, ¿es agua pasada?

R. Más que una crisis bancaria, ha sido una crisis de bancos. Yo la enmarcaría en una situación de cambio muy rápido en las condiciones monetarias, no solo en los tipos de interés, sino también en la reducción de los balances, es decir, una salida muy abrupta de una situación de política monetaria excepcional. Y sabemos por la historia que esos giros rápidos en las conexiones monetarias globales producen, digamos, tensiones en el ajuste del sistema financiero a esas nuevas condiciones, no solo de precios, sino también de cantidades. Creo que la evolución de los mercados en las últimas semanas apunta a que en principio ya se ha superado esta situación, pero tenemos que seguir muy atentos a los elementos de adaptación de la economía y del sistema financiero a ese entorno de tipos de interés.

P. ¿Le ha sorprendido que la deuda privada haya bajado a niveles de hace 20 años con tipos de interés cero durante más de una década?

R. No, no me sorprende, porque veníamos de una situación en la que claramente hubo un exceso de deuda privada. De hecho, es un elemento que demuestra la solidez de la economía, que los agentes privados, tanto los hogares como las empresas, hayan aprovechado esos tipos de interés bajos para estar en una posición más sólida. El exceso de deuda privada fue una de las debilidades estructurales que tenía la economía.

P. A lo mejor, esa prudencia de la que habla tiene que ver con que los hogares ni siquiera pueden endeudarse o que los jóvenes no pueden comprar una casa.

R. Es difícil distinguir lo que son situaciones de restricción de lo que son simplemente preferencias. Es verdad que es difícil juntar los ahorros necesarios para empezar, pero también hay cambios en las preferencias y hay quien ahora prefiere no comprarse una vivienda. Estamos creando las condiciones y es una de las orientaciones fundamentales del plan de recuperación y de la política económica del Gobierno: aumentar las oportunidades y, por supuesto, que aquellos jóvenes que deseen comprar tengan acceso y quienes quieran alquilar puedan hacerlo en condiciones asequibles. El tener una deuda relativamente baja no es malo.

P. A lo mejor es que los bancos están endureciendo las condiciones financieras, como decía la última Encuesta de préstamos bancarios.

R. La subida de tipos hace más caro el crédito, pero es muy importante que se mantenga el acceso a la financiación. Por eso, estamos trabajando mucho para terminar la negociación con la Comisión Europea sobre la adenda al plan de recuperación, que nos permitirá solicitar los 84.000 millones de euros de préstamos, aparte de 10.000 millones más de transferencias que corresponden a España.

P. Ningún Gobierno de la democracia ha contado con tantos recursos como este.

R. Por eso, siempre hemos dicho que esta era una gran oportunidad y lo que estamos haciendo es seguir trabajando para aprovecharla.

A Gonzalo García Andrés, el secretario de Estado de Economía, le ha tocado vivir una época difícil. No lleva mucho tiempo en el cargo, apenas dos años, pero por su despacho han pasado en tan corto periodo asuntos tan peliagudos como vivir una inflación que no se conocía en 40 años, una subida de tipos nunca vista, la salida de Ferrovial, los problemas de los jóvenes para encontrar vivienda o la distribución de miles de millones de euros procedentes de Europa. Como la mayor parte del equipo que rodea a la vicepresidenta Calviño, es técnico comercial del Estado, y anteriormente fue socio director de AFI (Analistas Financieros Internacionales). Este viernes, en una sala contigua a su despacho, se mostraba seguro de que hay cambios estructurales en la economía española. El tiempo lo dirá.

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