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El plan de Sánchez para el alquiler estresa aún más la misión imposible de Sareb
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PROYECTO DE 2012

El plan de Sánchez para el alquiler estresa aún más la misión imposible de Sareb

El banco malo no cumplirá su objetivo fundacional: liquidar sus activos en 2027. Junto a las 50.000 viviendas, hay suelos en su balance de difícil traspaso en los próximos años

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), y la vicepresidenta primera, Nadia Calviño (d), en el Congreso. (EFE/J. J. Guillén)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), y la vicepresidenta primera, Nadia Calviño (d), en el Congreso. (EFE/J. J. Guillén)
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El nacimiento de Sareb a finales de 2012 estuvo marcado por polémicas ligadas al rescate bancario, cicatrices que todavía no se han superado. Y, salvo sorpresa, podría ocurrir lo mismo con su desenlace final, fijado en 2027. Los últimos anuncios hechos por el Gobierno, recordando planes en marcha del banco malo para poner en el mercado 50.000 viviendas en alquiler asequible, oficializan una realidad que hasta ahora nadie quería asumir: Sareb no cumplirá su objetivo de vender todos sus activos en los próximos cinco años.

Cuando el Gobierno de Mariano Rajoy decidió crear esta sociedad con 50.000 millones en activos de baja calidad procedentes de cajas nacionalizadas, lo hizo con dinero del rescate europeo y el compromiso de liquidar todos los activos en un plazo de 15 años. Se dio a entender entonces que una década y media era tiempo más que suficiente para desprenderse de la herencia inmobiliaria de las cajas, y que podría incluso hacerse con beneficios. Nada más lejos de la realidad.

Foto: El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/Kai Forsterling)

El ritmo de ventas llevado a cabo desde entonces ya hacía prever dificultades para cumplir estos objetivos. En dos tercios de la vida de Sareb se ha vendido menos de la mitad de los activos. Pero el cambio de estrategia desde que el Estado ha pasado a controlarla, aleja todavía más de su meta a esta sociedad, que en 2027 tendrá que ir a liquidación, dar más pérdidas (que asumirá el Tesoro) y repartir sus activos sobrantes entre instituciones públicas.

Junto a los 50.000 pisos con los que Sánchez acaparó titulares hace una semana, también hay otros activos que se ven difíciles de vender en los próximos cinco años, en especial determinados sobre una gran bolsa de suelo sobre la que todavía no se ha detectado interés, según fuentes financieras consultadas por este medio. Aunque el plan de Sareb es vender todos sus activos de aquí a finales de 2027, es una misión cada vez más imposible.

placeholder Javier Torres (i), presidente de Sareb, junto a Paula Conthe, presidenta del FROB. (APIE)
Javier Torres (i), presidente de Sareb, junto a Paula Conthe, presidenta del FROB. (APIE)

Actualmente, la cartera de Sareb está formada por activos valorados en 26.465 millones, un 59% inmuebles y suelos y un 41% préstamos con garantía. Del total de unidades, un 85% pertenecen a la cartera en liquidación de la entidad, un 12% a la de promoción inmobiliaria y un 3% a la de vivienda pública.

A esto se suma que durante los últimos 10 años Sareb ha ido vendiendo parte de los activos que más calidad y mercado tenían. Por ello, el reto en los cinco años siguientes es doble, ya que tiene que traspasar un mayor volumen de inmuebles con una calidad más cuestionable.

Parte de estos activos son los que forman parte de los 50.000 pisos a los que hizo mención Sánchez: hasta 21.000 viviendas, de las que muchas ya han estado a disposición de viviendas y ayuntamientos sin éxito; 14.000 habitadas y/u ocupadas que se están intentando regularizar, y unos 150 suelos que se van a promover a través de colaboración público-privada, dentro de un proyecto que lidera PwC.

Nacionalización

Estos proyectos están en marcha desde que el Gobierno decidió tomar el control de Sareb el año pasado, después de que Europa obligara a España a asumir la deuda y las pérdidas de la sociedad, que ya han provocado un agujero de más de 11.000 millones al déficit público. Al llegar a tomar más de un 50% del capital, el FROB (Fondo de Reestructuración) ha hecho suyas las prioridades del Ejecutivo del PSOE y Unidas Podemos, dando más importancia a buscar posibles vías de potenciar la vivienda pública —con un plan de ejecución incierta— que a rebajar las pérdidas para el Estado.

Estas se materializarán a finales de 2027 a través de la deuda que Sareb no pueda devolver. Frente a los 26.500 millones en activos que tiene, el banco malo tiene casi 30.500 millones en deuda en manos de los bancos que absorbieron cajas con problemas, que cuentan con aval del Estado. Es decir, que cada euro impagado será asumido por el Tesoro público.

Todo apunta a que las potenciales pérdidas de Sareb dentro de cuatro años y medio serán asumidas por el Gobierno que salga de las elecciones de finales de 2023. Mientras tanto, hay tiempo para apuntarse tantos.

El nacimiento de Sareb a finales de 2012 estuvo marcado por polémicas ligadas al rescate bancario, cicatrices que todavía no se han superado. Y, salvo sorpresa, podría ocurrir lo mismo con su desenlace final, fijado en 2027. Los últimos anuncios hechos por el Gobierno, recordando planes en marcha del banco malo para poner en el mercado 50.000 viviendas en alquiler asequible, oficializan una realidad que hasta ahora nadie quería asumir: Sareb no cumplirá su objetivo de vender todos sus activos en los próximos cinco años.

Sareb Nadia Calviño
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