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El IPC se desploma hasta el 3,3% y los alimentos se estancan en el 16,5%
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DATO REVISADO DEL INE EN MARZO

El IPC se desploma hasta el 3,3% y los alimentos se estancan en el 16,5%

La caída de los combustibles y la electricidad un año después de la guerra explican la cifra. Sigue preocupando la inflación subyacente, que solo se suaviza una décima, hasta el 7,5%

Foto: Un supermercado, en Bilbao. (EFE/Luis Tejido)
Un supermercado, en Bilbao. (EFE/Luis Tejido)

El índice de precios de consumo (IPC) ha pasado del 6% de febrero al 3,3% gracias a la caída de la electricidad y los carburantes, que se comparan con el momento álgido de la guerra de Ucrania. Los alimentos, estancados en el 16,5% (una décima menos) apenas han contribuido al alivio general, según se desprende del dato revisado este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Además, la cifra de la inflación subyacente, que es la que más tienen en cuenta los bancos centrales para calcular las subidas de tipos, solo se suavizó una décima desde febrero, y se sitúa en el 7,5%, muy cerca de sus máximos históricos.

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No es la primera vez en esta crisis que se moderan los precios de los alimentos. Ya lo hicieron en noviembre y enero, pero solo una y tres décimas, respectivamente. El dato de marzo también arroja una única décima menos, y está influido por el llamado efecto base: se comparan las cifras con las de hace 12 meses, elevadísimas debido al estallido del conflicto en el este de Europa. De momento, no se ve la luz al final del túnel que sufren muchas familias y preocupa al Gobierno.

De hecho, el dato mensual, que permite eliminar el escalón producido por la guerra, no resulta tan halagüeño. La vida es un 0,4% más cara que hace un mes, un guarismo que se une al incremento del 0,9% en febrero, y que dibuja un difícil inicio de año para las familias (en enero el IPC solo bajó un 0,2%, como es tradicional por el fin de la temporada navideña y las rebajas). En ese encarecimiento, los alimentos siguen jugando un papel fundamental, y han subido un 1,1% en el último mes. El incremento de los comestibles, especialmente intenso en las legumbres, hortalizas y carnes, explica la mitad del repunte mensual de la inflación.

En cambio, la fotografía mejora si se amplía el foco a los últimos 12 meses. Aunque las legumbres y hortalizas aceleran, el pescado, la leche, el queso, los huevos y los aceites se incrementan a un ritmo menor que en febrero. A excepción del primero, el resto de productos se ha beneficiado de las rebajas de IVA aprobadas por el Gobierno. Sin embargo, su influencia en la moderación de 2,7 puntos que ha experimentado el IPC, la mayor de la historia, es muy limitada.

Todos los productos, sin excepción, se han encarecido durante el último año, y 52 de los 61 lo han hecho a doble dígito. Las mayores subidas son para el azúcar (50%), el aceite de oliva (32%), la leche (30%) o los huevos (25%). En cambio, las carnes y los pescados presentan alzas menos espectaculares, lo que explica que el Ejecutivo no haya optado, de momento, por rebajar el impuesto a estos comestibles, como piden las distribuidoras.

Así se ha moderado la inflación

Lejos de los alimentos, la verdadera clave de la moderación de la inflación ha estado en la energía y los combustibles, que se desbocaron en marzo de 2022 por el estallido de la guerra. La comparación con entonces explica esos 2,7 puntos, pero puede resultar engañosa. En abril del año pasado, por ejemplo, se aprobó el descuento de 20 céntimos para los carburantes, por lo que lo normal es que estos vuelvan a subir en tasa interanual en abril de este año. De hecho, se han abaratado un 9,5% en los últimos 12 meses, pero en el último mes se han disparado un 5,7%, debido a la escalada del precio del petróleo.

La luz, en cambio, muestra una tendencia descendiente mucho más constante, gracias al desplome del precio del gas: es un 7,5% más barata que hace un mes. Se trata del elemento que, actualmente, más tira a la baja de la inflación, ya sea anual o mensual.

Foto: Una frutería en Bilbao. (EFE/Luis Teijido)

Poco le importa al Banco Central Europeo. Más allá de la coyuntura energética, que ahora es favorable, el dato más relevante para frenar o no las alzas de tipos de interés es el de la inflación subyacente. Esta muestra hasta qué punto la espiral ha contagiado al conjunto de la economía, ya que no tiene en cuenta la evolución de los elementos más volátiles, como la propia energía o los alimentos frescos. Y no ofrece signos de mejora.

El alivio de una décima es coyuntural, por el citado efecto base. De hecho, el dato mensual arroja una subida de siete décimas. Como el de los comestibles, el IPC subyacente se enquista, hace que las rebajas del IVA se prorroguen automáticamente hasta el 30 de junio —al situarse por encima del 5,5% interanual— y pone el contrapunto al optimismo del Ejecutivo.

El índice de precios de consumo (IPC) ha pasado del 6% de febrero al 3,3% gracias a la caída de la electricidad y los carburantes, que se comparan con el momento álgido de la guerra de Ucrania. Los alimentos, estancados en el 16,5% (una décima menos) apenas han contribuido al alivio general, según se desprende del dato revisado este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Además, la cifra de la inflación subyacente, que es la que más tienen en cuenta los bancos centrales para calcular las subidas de tipos, solo se suavizó una décima desde febrero, y se sitúa en el 7,5%, muy cerca de sus máximos históricos.

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