El IPC subyacente bate récord en la eurozona y Lagarde descarta bajadas de tipos hasta 2025

La inflación de la eurozona se moderó una décima en febrero, hasta el 8,5%, pero la subyacente, la que más preocupa al Banco Central Europeo (BCE), volvió a batir un nuevo récord, al escalar hasta el 5,6%, tres décimas más que en enero. El fantasma de la espiral de precios no desaparece, y el discurso duro de la institución con sede en Fráncfort tampoco. Su presidenta, Christine Lagarde, ha descartado este jueves en una entrevista en Antena 3 cualquier bajada del precio del dinero antes de que la inflación se haya estabilizado en línea con la meta del 2%, algo que no espera que suceda antes de 2025: "Los tipos de interés no volverán donde estaban hace unos años".

Las palabras de Lagarde llegan en un día con noticias agridulces. Según la oficina estadística de la Comisión Europea, Eurostat, el índice de precios de consumo (IPC) de los 20 países de la moneda única se atemperó en febrero por cuarto mes consecutivo, y ya está muy lejos de los récords de octubre, cuando llegó a alcanzar el 10,6% anual. La moderación de los precios de la energía, especialmente por la bajada del gas natural durante las últimas semanas —ya ha vuelto a niveles previos a la guerra en Ucrania— es la clave: ha pasado del 18,9% de enero al 13,7%.

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Sin embargo, la inflación subyacente, que elimina el peso de los elementos más volátiles, como la propia energía o los alimentos frescos, sigue su imparable ascenso, lo que demuestra que el proceso de contagio de la crisis energética en el conjunto de la economía continúa. De hecho, tanto el índice general como el subyacente suben ocho décimas en su dato mensual.

En ese contexto, Lagarde ha reiterado que "es muy probable" que los tipos de interés de la eurozona suban en marzo otros 50 puntos básicos. Y, lo más importante, que, al igual que la inflación tardará en normalizarse, la senda de corrección de la política monetaria también tardará en llegar. Si bien Lagarde ha señalado que "los tipos no se mantendrán altos para siempre", ha advertido de que solo podrán reducirse cuando la tasa de inflación de la región del euro se haya estabilizado en torno al 2%. Esta meta, que forma parte del mandato del BCE, no llegará, según su presidenta, hasta 2025.

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En este sentido, la banquera central ha defendido la importancia de asegurarse de cumplir el objetivo de devolver la inflación al nivel de estabilidad de precios de una manera sólida para evitar bajar los tipos y tenerlos que subir de nuevo. "Eso es lo que no queremos", ha afirmado. Asimismo, Lagarde ha indicado que es posible que la institución continúe subiendo el precio del dinero, en función de los nuevos datos de precios. "Haremos lo que sea necesario para que la inflación retorne al 2%", ha resumido.

Los alimentos siguen subiendo

De momento, lo que no da síntomas de relajación son los alimentos. Los frescos se encarecieron un 13,6% en febrero respecto al mismo mes del año anterior, frente al 11,3% de enero. Asimismo, los servicios subieron un 4,8% interanual, cuatro décimas más que en enero, y los bienes industriales no energéticos se encarecieron un 6,8%, una décima más que en el mes anterior. Al excluir del cálculo el impacto de la energía, la tasa de inflación interanual de la zona euro se situó en febrero en el 7,7%, frente al 7,3% de enero.

El nivel de la subyacente refuerza al BCE para otra subida de tipos de 50 puntos básicos

De este modo, a pesar de que la tasa general de inflación acumula cuatro meses seguidos a la baja, el elevado nivel de la inflación subyacente refuerza la postura del BCE de acometer una nueva subida de 50 puntos básicos en su reunión del próximo 16 de marzo, cuando publicará sus nuevas proyecciones macroeconómicas para la zona euro.

Entre los países de la zona euro, que desde enero incorpora también a Croacia, las mayores subidas de los precios en febrero correspondieron a Letonia (20,1%), por delante de Estonia (17,8%) y de Lituania (17,2%). En el extremo opuesto, las subidas más moderadas se observaron en Luxemburgo (4,8%), Bélgica (5,5%) y España (6,1%). De este modo, el diferencial de precios favorable a España se situó en febrero en 2,4 puntos porcentuales, tres décimas menos que en enero.