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El respiro de los combustibles y los alimentos mantiene la inflación en el 3,5%
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DATO DE OCTUBRE REVISADO POR EL INE

El respiro de los combustibles y los alimentos mantiene la inflación en el 3,5%

La subyacente se modera seis décimas, hasta el 5,2%, y los comestibles un punto, hasta el 9,5%. Los datos mensuales no son tan buenos: la vida es un 0,3% más cara que hace 30 días

Foto: Frutas y vegetales en un mercado. (EFE/Bienvenido Velasco)
Frutas y vegetales en un mercado. (EFE/Bienvenido Velasco)

Los combustibles y los alimentos, dos de los factores que más han impulsado la inflación durante la actual crisis inflacionista, la han mantenido a raya en octubre. El índice de precios de consumo (IPC) interanual se congeló el mes pasado en el 3,5%, después de tres subidas consecutivas, según el dato revisado este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). No hay novedades respecto a las cifras adelantadas hace dos semanas. Tampoco para la inflación subyacente, que elimina el efecto de los elementos más volátiles, como la energía y los alimentos no elaborados, y es la que utilizan los bancos centrales como referencia para decidir las subidas de tipos de interés: en octubre se moderó seis décimas, hasta el 5,2%, su dato más bajo desde junio del año pasado.

Estas buenas noticias no significan que los precios estén bajando, ya que están fuertemente influidas por el indicador empleado. Al compararse el coste de la vida con el de hace año, la imagen que ofrece el dato interanual incorpora la información de los últimos 12 meses, cuando se han producido importantes oscilaciones a causa de un sesgo estadístico conocido como efecto base. Sin embargo, el indicador mensual, mucho más representativo de lo que ocurre a corto plazo, sigue dando señales preocupantes: el IPC general subió tres décimas en octubre, y el subyacente, cuatro décimas. En definitiva: la vida es más cara que hace 30 días, mientras los salarios no están subiendo al mismo ritmo, y volverán a perder poder adquisitivo en 2023.

El dato de inflación acumulada es el más útil para detectar lo que realmente está pasando. Como se puede apreciar en el gráfico, la curva continúa siendo ascendente. Los precios siguen subiendo, aunque no al mismo ritmo que a principios de 2022, durante lo peor de la crisis energética.

En términos interanuales, el respiro sí se empieza a sentir en la principal preocupación de los ciudadanos durante los últimos meses. Los alimentos por fin dan señales claras de moderación, y ya no registran crecimientos de dos dígitos por primera vez en año y medio. Son, pese a todo, un 9,5% más caros que hace 12 meses, tras moderarse un punto en octubre. "Esta evolución se debe, en su mayor parte, a que los precios de las legumbres y hortalizas, la leche, huevos y queso, la carne y las frutas han subido menos que en octubre del año pasado. Cabe señalar, aunque en sentido contrario, que los aceites y grasas aumentan sus precios más que el mismo mes de 2022", destaca el INE en su nota de prensa.

El dato mensual de los comestibles, en cambio, se sitúa en el 1,3%, lo que indica que la espiral continúa. La fruta, por ejemplo, se ha encarecido un 8% en solo 30 días, y los aceites y grasas, un 5%. De las tres décimas que ha aumentado la inflación mensual, dos y media se deben a los alimentos. El vestido y calzado, que se disparó un 8,6% al inicio de la temporada de otoño-invierno, aporta otras tres décimas. Ambos fueron, en octubre, los principales motores de la inflación mensual, que no subió más gracias al contrapeso del transporte (-0,9%), el ocio y la cultura (-1,3%) y la vivienda (0,7%). En los dos últimos casos, las causas están muy claras: el abaratamiento de los paquetes turísticos tras la temporada de verano y la caída de la luz y el gas, en un momento sin temperaturas extremas, pero de gran producción solar (primera quincena) y eólica (segunda).

Mención aparte merece el apartado del transporte, muy condicionado por el abaratamiento de los combustibles. En agosto y septiembre, la extensión del recorte de la producción de petróleo acordado entre Rusia y Arabia Saudí impulsó los precios del crudo, que llegó a rozar los 100 dólares por barril. El estallido de la guerra entre Israel y Hamás hizo saltar todas las alarmas el 7 de octubre, y el temor a un nuevo agravamiento de la crisis energética empezó a tomar forma. Sin embargo, la realidad, de momento, dista mucho de las previsiones más catastrofistas.

Según el Boletín Petrolero de la Unión Europea, el precio de la gasolina lleva seis semanas consecutivas a la baja. Como consecuencia, los carburantes se desplomaron un 2,2% en los últimos 30 días, restando más de una décima de inflación mensual en octubre. En el caso del dato interanual, la incidencia todavía resulta más acusada: pese a que el transporte sigue más caro que hace un año (1,4%), se ha moderado dos puntos y medio respecto a septiembre. Al igual que los alimentos, resta unas tres décimas a la inflación. Sin embargo, esta se mantiene estable en los últimos 12 meses por culpa de la vivienda, que aporta ocho décimas como consecuencia, principalmente, de los precios de la electricidad y del gas, que descienden, pero menos que octubre de 2022. Un caso de libro de cómo el efecto base altera la medición de la realidad.

En definitiva: los combustibles y los alimentos han anclado el IPC interanual en el 3,5%, pero lo cierto es que los precios de los segundos siguen subiendo. Más allá de las percepciones engañosas causadas por los sesgos estadísticos, todavía queda un largo camino por recorrer para vencer la inflación.

Los combustibles y los alimentos, dos de los factores que más han impulsado la inflación durante la actual crisis inflacionista, la han mantenido a raya en octubre. El índice de precios de consumo (IPC) interanual se congeló el mes pasado en el 3,5%, después de tres subidas consecutivas, según el dato revisado este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). No hay novedades respecto a las cifras adelantadas hace dos semanas. Tampoco para la inflación subyacente, que elimina el efecto de los elementos más volátiles, como la energía y los alimentos no elaborados, y es la que utilizan los bancos centrales como referencia para decidir las subidas de tipos de interés: en octubre se moderó seis décimas, hasta el 5,2%, su dato más bajo desde junio del año pasado.

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