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El IPC sube una décima (3,3%), pero la inflación subyacente ya está por debajo (2,9%)
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DATO ADELANTADO DE ABRIL

El IPC sube una décima (3,3%), pero la inflación subyacente ya está por debajo (2,9%)

Las cifras mensuales siguen preocupando: los precios se encarecieron un 0,7% en los últimos 30 días, debido al inicio de la temporada turística y al alza de la gasolina

Foto: Un mercado de frutas. (EFE/Chema Moya)
Un mercado de frutas. (EFE/Chema Moya)

Por primera vez en año y medio, la inflación pegajosa ya está por debajo de la inflación general. El índice de precios de consumo (IPC) subió una décima en abril, hasta el 3,3%, pero el subyacente, que no tiene en cuenta el efecto de los elementos más volátiles —como la energía o los alimentos no procesados— se retrajo cuatro, hasta el 2,9%, según el dato adelantado este lunes por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Se trata de una excelente noticia, ya que indica que las tensiones de fondo sobre los precios, que son las que más tienen en cuenta los bancos centrales a la hora de decidir la política monetaria, están aflojando. Las subidas de índice general se dan por factores más coyunturales, mientras que la inflación subyacente es más útil para entender cuál es la tendencia de fondo, y, por tanto, si hay efectos de segunda ronda por las subidas de salarios (el hecho de que estas retroalimenten la espiral). He aquí el factor clave que está sobre la mesa del Banco Central Europeo (BCE) para iniciar en junio los esperados recortes de los tipos de interés.

"Esta evolución es debida, principalmente, a la subida de los precios del gas, frente a la bajada de abril de 2023, y al aumento de los precios de la alimentación, mayor que el del año pasado. También, aunque en menor medida, a la electricidad, cuyos precios bajan, pero menos que en el mismo mes del año anterior. En sentido contrario, destaca la bajada de los precios de ocio y cultura, que subieron en abril de 2023", destaca el INE en su nota de prensa.

En definitiva: alimentos y gas —que en abril ha regresado al tipo habitual de IVA del 21%, desde el 10% anterior— son más caros, pero la electricidad, a pesar de ser más barata, suma inflación, debido a que experimentó un abaratamiento más importante a estas alturas del año pasado. Se trata de un sesgo estadístico conocido como efecto base. Para conocer más detalles sobre los factores que han influido en esta variación de precios habrá que esperar al 14 de mayo, cuando el INE ofrecerá el dato revisado.

Malos datos mensuales

Pese al esperado cruce de las curvas, no todo son buenas noticias. Como ya ocurrió en marzo, la evolución mensual de la inflación sigue preocupando. El índice general subió siete décimas. En otras palabras: la vida es un 0,7% más cara que hace 30 días. Se trata del cuarto incremento consecutivo, y llega después de otro repunte muy relevante en marzo (0,8%). En aquella ocasión, el encarecimiento del transporte y de los servicios turísticos estuvo entre las causas, debido a la subida de la gasolina —que acumula una racha alcista de tres meses por las tensiones geopolíticas— y el inicio de la temporada alta.

Más allá de la cuestión de la energía, que es un factor coyuntural, preocupa el incremento del precio de los servicios, muy determinado por la recuperación del poder adquisitivo tras lo peor de la crisis inflacionista. De hecho, la inflación subyacente, que no tiene en cuenta el gas ni los carburantes, también registró un mal dato mensual: se incrementó un 0,6%. Es su tercera alza consecutiva y, junto a marzo, la mayor subida del último año.

Por primera vez en año y medio, la inflación pegajosa ya está por debajo de la inflación general. El índice de precios de consumo (IPC) subió una décima en abril, hasta el 3,3%, pero el subyacente, que no tiene en cuenta el efecto de los elementos más volátiles —como la energía o los alimentos no procesados— se retrajo cuatro, hasta el 2,9%, según el dato adelantado este lunes por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

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