El precio de los alimentos no se normalizará hasta mediados de 2024
Los precios de los alimentos se han desacelerado en los últimos meses. Pero la normalización tardará en llegar. Esto es lo que revela un informe de Arcano
El informe lo han elaborado los analistas de Arcano, una firma de gestión de activos, y su principal conclusión es que el precio de los alimentos, que todavía crece a ritmos de doble dígito, aunque ya en clara desaceleración, no se normalizará hasta mediados del año que viene. Por esas fechas, los alimentos crecerán alrededor del 2-3%, una tasa que está en línea con el objetivo de inflación del Banco Central Europeo (un 2% en el medio plazo).
La causa de este descenso tiene que ver con la ralentización que se está produciendo en el mercado de las materias primas agrícolas. Pero también con el hecho de que el gas y el petróleo, igualmente, que son un componente clave para el precio de la electricidad, también están bajando de forma significativa, lo que afecta tanto al transporte como al procesamiento de alimentos.
La experiencia dice, sin embargo, que estas reducciones "tardarán en repercutir" en el bolsillo de las familias, lo que explica, según los analistas de Arcano, que “los márgenes de muchos agentes del sector aún pueden verse beneficiados”. Esta conclusión se complementa con el reciente informe del Observatorio sobre márgenes empresariales, que estima que en 2021 y 2022 el encarecimiento de las materias primas tuvo "un impacto muy negativo" sobre los márgenes de los sectores de la cadena alimentaria. Se estima, en concreto, una caída de cerca del 25% de sus márgenes, "reflejo de un aumento en los precios de venta más moderado que el incremento de costes", sostiene el informe, elaborado por técnicos del Banco de España y de los ministerios de Economía y Hacienda. Ahora bien, estos márgenes se habrían recuperado recientemente, aunque todavía permanecen en niveles inferiores a su media histórica.
Las previsiones de los analistas de Arcano coinciden, básicamente, con las que hace Funcas, que estima que el precio de los alimentos no elaborados permanecerá en niveles próximos al 10% durante los próximos meses. A partir de 2024, comenzarán a bajar, hasta situarse entre el 3,5% y el 5% durante los meses de julio, agosto y septiembre. Por lo tanto, ya más cerca del objetivo de inflación del banco central.
Cesta de la compra
Hay que tener en cuenta que los precios de los alimentos son un factor clave para el control de la inflación, toda vez que se trata de la rúbrica que más pesa en el IPC. En el caso de España, los alimentos y las bebidas alcohólicas ponderan un 19,5%, es decir, algo más que en la media europea. Pese a ello, el incremento de los precios de los alimentos en España no ha sido particularmente distinto al registrado en el área del euro, aunque su contribución a la inflación general ha sido más intensa debido al mayor peso de los alimentos en la cesta de la compra española.
El informe de Arcano recuerda que si la inflación general en el conjunto de la eurozona se sitúa en el 5,5% y la subyacente (sin energía, comida, alcohol y tabaco) en el 5,4%, los alimentos han aumentado en términos anuales un 12,5%, prácticamente el doble que en EEUU.
Esta tendencia bajista está en línea con el índice de precios de los alimentos que elabora la FAO, la agencia de Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura, que se sitúa ya un 22% por debajo del máximo histórico que alcanzó en marzo de 2022. Los últimos descensos tienen que ver, fundamentalmente, con las caídas de los precios de los aceites vegetales, los cereales y los productos lácteos, mientras que, en sentido contrario, suben el azúcar y la carne.
El futuro precio de los alimentos, en todo caso, incorpora importantes dosis de incertidumbre. Por ejemplo, la intensidad del fenómeno climático conocido como El Niño, que tiene que ver con el calentamiento del océano Pacífico, y que afecta a buena parte del planeta. La ONU, de hecho, acaba de avisar de que, después de siete años, El Niño ha comenzado a observarse, lo que provocará un aumento de la temperatura global. Esto, lógicamente, afectaría al precio de los productos agrícolas.
El futuro precio de los alimentos incorpora importantes dosis de incertidumbre
En sentido contrario, otra de las incertidumbres es que el invierno de 2023-24 sea más frío de lo habitual, lo que podría provocar un fuerte aumento del gas y la electricidad, cuyo impacto sobre productos como los fertilizantes es muy elevado.
Mirando al pasado más reciente, lo que se sabe es que el año pasado la sequía tuvo una fuerte incidencia en el precio de los alimentos. Eurostat ha estimado que, en el caso español, el rendimiento (toneladas por hectárea) de las cosechas cayó alrededor de un 18% en 2022, un porcentaje que está en sintonía con la caída en el volumen de precipitaciones anuales, que, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), se situó un 16% por debajo del promedio histórico.
Los analistas de Arcano ven el futuro con mayor optimismo en la medida en que Europa es cada vez más autosuficiente de la energía rusa. En particular, por los proyectos de aprovisionamiento de gas licuado procedente de Qatar y EEUU, que han hecho cuantiosas inversiones. Y si la energía es más barata, los precios de los alimentos tenderán a reducirse.
El informe lo han elaborado los analistas de Arcano, una firma de gestión de activos, y su principal conclusión es que el precio de los alimentos, que todavía crece a ritmos de doble dígito, aunque ya en clara desaceleración, no se normalizará hasta mediados del año que viene. Por esas fechas, los alimentos crecerán alrededor del 2-3%, una tasa que está en línea con el objetivo de inflación del Banco Central Europeo (un 2% en el medio plazo).
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