La inflación bajó en mayo al 3,2%, pero los alimentos siguen anclados en el 12%

El INE ha confirmado este martes que la tasa de inflación en España cayó al 3,2% en el mes de mayo, tal y como había adelantado hace dos semanas. Es casi un punto inferior a la tasa del mes de abril y recupera su senda descendiente, que comenzó al finalizar el pasado verano. Con este descenso, la escalada de los precios marca su menor ritmo de incremento en casi dos años (mínimo desde julio de 2021), el momento en el que comenzó la crisis inflacionista global por los problemas de suministros.

Sin embargo, hay algunos artículos de la cesta de la compra que siguen siendo un quebradero de cabeza para los hogares, especialmente los alimentos. Aunque su escalada se ha moderado en los últimos meses, siguen anclados en el 12%, lo que supone todavía niveles muy elevados. De hecho, con esta cifra, el Gobierno se verá obligado a prorrogar la rebaja del IVA a algunos alimentos de primera necesidad más allá del 30 de junio, fecha en la que caduca la medida.

Si se compara con el mes de abril, el precio de los alimentos subió un 0,4%, una décima más que en el mes anterior. Esta inflación persistente en la alimentación afecta especialmente a los hogares de las clases bajas, ya que son quienes destinan una parte muy importante de su renta a adquirir estos bienes de primera necesidad.

TE PUEDE INTERESAR

Calviño extenderá la bajada del IVA a los alimentos "hasta que vuelvan a niveles adecuados"

J. Jorrín

En algunos alimentos el ritmo de subida de los precios sigue siendo muy elevado. Por ejemplo, la leche (y sus derivados) y los huevos han registrado una subida del 17% en comparación con el mismo mes del año anterior; el azúcar y el chocolate están un 19% más caros; las legumbres y hortalizas, un 15% más caras, y el pan y los cereales, un 12% más caros.

La inflación subyacente (la que excluye alimentos no elaborados y energía, los componentes más volátiles de la cesta de la compra) también ha seguido moderándose hasta el 6,1%. En el último mes, se ha moderado en cinco décimas y marca así la tasa más baja desde noviembre. Sin embargo, todavía se mantiene en niveles elevados, lo que indica que la inflación sigue siendo generalizada en los bienes y servicios que adquieren los hogares.

La mayor contribución a la caída del IPC la protagonizó la energía, gracias a que en los mercados internacionales sigue cayendo el precio de los hidrocarburos. Así, la electricidad está un 35% más barata que hace un año; el gas para el hogar, un 8,5% más bajo, y los carburantes para los vehículos, un 12% más bajos.

Este control de los precios de la energía explica que España esté siendo uno de los países con menor tasa de inflación de la eurozona en el último año. En concreto, la inflación de España es la mitad que la de la eurozona y una cuarta parte que la del peor país del área del euro.