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PRECIOS DESORBITADOS DE LOS ALIMENTOS

Europa sale de la crisis energética, pero entra en otra alimentaria

Los precios de los alimentos siguen subiendo a un ritmo vertiginoso, sorprendiendo a los bancos centrales y presionando a los gobiernos endeudados

Foto: Un supermercado en Tarleton, Reino Unido. (Getty/Christopher Furlong)
Un supermercado en Tarleton, Reino Unido. (Getty/Christopher Furlong)
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Recién salidos de una crisis energética, los europeos se enfrentan a una explosión de los precios de los alimentos que está cambiando las dietas y obligando a los consumidores de toda la región a apretarse literalmente el cinturón.

Esto está teniendo lugar a pesar del descenso de la inflación gracias a la bajada de los precios de la energía, lo que plantea un nuevo reto político a los gobiernos que el año pasado destinaron miles de millones en ayudas para mantener a flote a empresas y hogares durante la peor crisis energética en décadas. El miércoles se publicaron nuevos datos que muestran que la inflación en el Reino Unido cayó bruscamente en abril al enfriarse los precios de la energía, siguiendo una evolución similar en Europa y Estados Unidos.

La subida continuada de los precios de los alimentos ha cogido desprevenidos a los bancos centrales y ha presionado a los gobiernos, que aún se tambalean por el coste de las ayudas de emergencia del año pasado, para que acudan al rescate. Y está presionando a los presupuestos domésticos, también sometidos a la presión del aumento de los costes de los préstamos.

Foto: Tierra cuarteada debido a la sequía en Ourense. (EFE7Brais Lorenzo)

En Francia, los hogares han reducido sus compras de alimentos en más de un 10% desde la invasión de Ucrania, mientras que sus compras de energía han caído un 4,8%. En Alemania, las ventas de alimentos cayeron un 1,1% en marzo con respecto al mes anterior, y un 10,3% con respecto al año anterior, la mayor caída desde que comenzaron los registros en 1994. Según el Centro Federal de Información Agrícola, el consumo de carne fue menor en 2022 que en cualquier otro momento desde que se iniciaron los registros en 1989, aunque señaló que ello podría reflejar en parte un cambio continuo hacia dietas más basadas en vegetales.

Los márgenes de beneficio de los minoristas de alimentación se han contraído porque no pueden trasladar a sus clientes todos los aumentos de precios de sus proveedores. Markus Mosa, director ejecutivo de la cadena de supermercados Edeka, declaró a los medios de comunicación alemanes que la empresa había dejado de encargar productos a varios grandes proveedores debido a la escalada de precios.

Una encuesta realizada a principios de mes por la agencia de estadística del Reino Unido reveló que casi tres quintas partes del 20% de los hogares más pobres estaban reduciendo sus compras de alimentos.

Foto: Carnicería en un mercado de Madrid. (EFE/Javier Lizón)

"Se trata de un problema de acceso", afirma Ludovic Subran, economista jefe de la aseguradora Allianz, que anteriormente trabajó en el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas. "La producción total de alimentos no ha caído en picado. Se trata de una crisis de derechos".

Los alimentos representan una parte mucho mayor del gasto de los consumidores que la energía, por lo que una subida menor de los precios tiene un mayor impacto en los presupuestos. La Resolution Foundation, del Reino Unido, estima que, para el verano, el aumento acumulado de las facturas de alimentos desde 2020 habrá ascendido a 28.000 millones de libras, equivalentes a 34.760 millones de dólares, superando el aumento de las facturas de energía, estimado en 25.000 millones de libras.

"La crisis del coste de la vida no está terminando, solo está entrando en una nueva fase", escribió Torsten Bell, director ejecutivo del grupo de investigación, en un informe reciente. Los alimentos no son el único motor de la inflación. En el Reino Unido, la tasa de inflación subyacente —que excluye alimentos y energía— subió al 6,8% en abril desde el 6,2% de marzo, su nivel más alto desde 1992. La inflación subyacente se acercó a su máximo histórico en la eurozona durante el mismo mes.

Foto: Bolsa de Madrid. (EFE/Vega Alonso) Opinión

Aun así, el Gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, informó el martes a los legisladores que los precios de los alimentos constituyen ahora una "cuarta sacudida" para la inflación, después de los cuellos de botella que atascaron las cadenas de suministro durante la pandemia, la subida de los precios de la energía que acompañó a la invasión rusa de Ucrania y la sorprendente rigidez de los mercados laborales.

Los gobiernos europeos gastaron mucho en apoyar a los hogares mientras se disparaban los precios de la energía. Ahora tienen menos margen para pedir prestado, dado el aumento de la deuda desde el inicio de la pandemia en 2020.

Algunos gobiernos —entre ellos los de Italia, España y Portugal— han recortado los impuestos sobre la venta de productos alimenticios para aliviar la carga de los consumidores. Otros se apoyan en los minoristas de alimentación para mantener sus precios bajo control. En marzo, el Gobierno francés negoció un acuerdo con los principales minoristas para que se abstuvieran de subir los precios si era posible.

Los minoristas también han sido objeto de escrutinio en Irlanda y otros países europeos. En el Reino Unido, los legisladores han puesto en marcha una investigación sobre toda la cadena de suministro alimentario "de la granja al tenedor".

Foto: stos son los alimentos afectados por la subida de precios debido a la sequía. (EFE/Morell)

"Ayer recibí en Downing Street a los productores de alimentos, y también hemos estado hablando con los supermercados, con los agricultores, analizando cada elemento de la cadena de suministro y lo que podemos hacer para trasladar lo antes posible a los consumidores parte de la reducción de costes que se está produciendo", declaró el responsable del Tesoro británico, Jeremy Hunt, durante la cumbre del consejo de directores generales de The Wall Street Journal, celebrada en Londres.

La semana pasada, la Autoridad de Competencia y Mercados (CMA, por sus siglas en inglés) del gobierno declaró que examinaría más de cerca a los minoristas. "Dada la preocupación por los precios elevados, estamos intensificando nuestro trabajo en el sector de la alimentación para ayudar a garantizar que la competencia funciona bien", expuso Sarah Cardell, que está al frente de la CMA.

Algunos economistas esperan que ese mayor escrutinio dé resultados concretos, suponiendo que los minoristas no querrán empañar su imagen y se apoyarán en sus proveedores para mantener los precios bajos.

Foto: Precio disparado de los alimentos. (EFE/Mohamed Siali)

Sanjay Raja, economista del Deutsche Bank, afirma que "ahora que los supermercados están en el punto de mira de la política, creemos que es más probable que el impulso de los precios en la cesta de la compra se ralentice".

No está del todo claro por qué los precios de los alimentos han subido tan rápido durante tanto tiempo. En los mercados mundiales de materias primas, que fijan los precios que reciben los agricultores, los precios de los alimentos llevan bajando desde abril de 2022. Pero los costes de las materias primas son solo una parte del precio final. Los consumidores también pagan por la transformación, el envasado, el transporte y la distribución, y el tamaño de la brecha entre la granja y la mesa del comedor es inusualmente amplio.

Bailey, del Banco de Inglaterra, cree que una de las razones por las que el banco ha juzgado mal los precios de los alimentos es que los productores de alimentos firmaron contratos a largo plazo, pero relativamente caros, con los proveedores de fertilizantes, energía y otros proveedores en el momento de la invasión rusa de Ucrania en su afán por garantizar la disponibilidad en un momento de incertidumbre.

Foto: Varios clientes compran en una frutería de Vitoria. (EFE/David Aguilar)

Sin embargo, como sugieren las presiones a las que están sometidos los minoristas, algunos responsables políticos sospechan que el aumento de los márgenes de beneficio también puede haber influido. En declaraciones a los legisladores, Bailey se mostró cauteloso a la hora de culpar a los proveedores de alimentos.

"Se trata de reconstruir unos márgenes que se redujeron a principios del año pasado", afirmó.

*Contenido con licencia de The Wall Street Journal.

Recién salidos de una crisis energética, los europeos se enfrentan a una explosión de los precios de los alimentos que está cambiando las dietas y obligando a los consumidores de toda la región a apretarse literalmente el cinturón.

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