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El IPC repunta en abril (4,1%), pero los alimentos por fin tocan techo: suben 3,6 puntos menos
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8 DÉCIMAS MÁS, POR EL EFECTO BASE

El IPC repunta en abril (4,1%), pero los alimentos por fin tocan techo: suben 3,6 puntos menos

El precio de los comestibles se modera hasta el 12,9%, el mayor alivio en un solo mes. La inflación subyacente también mejora, hasta el 6,6%, nueve décimas menos que en marzo

Foto: Carnicería en un mercado de Madrid. (EFE/Javier Lizón)
Carnicería en un mercado de Madrid. (EFE/Javier Lizón)

La inflación repuntó en abril, pero los alimentos por fin parecen haber tocado techo. El índice de precios de consumo (IPC) se situó el mes pasado en el 4,1%, según los datos revisados este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Son ocho décimas más que en marzo, debido a lo que se conoce como efecto base: al comparar los datos con los del mismo mes del año pasado, cuando había caído 1,4 puntos, el resultado sale al alza. Sin embargo, la tendencia de fondo sigue apuntando a una moderación de los precios, como demuestra el dato de la inflación subyacente: 6,6%, nueve décimas menos.

El pasado otoño se empezó a ver la luz al final del túnel de una espiral que ha marcado la vida de las familias durante casi dos años, pero la mejoría todavía no se notaba en la cesta de la compra. Durante los últimos meses, el precio de los alimentos no ha hecho más que encarecerse, pero en abril por fin empezó a dar síntomas claros de haber tocado techo. De hecho, creció 3,6 puntos menos que en marzo, la mayor moderación de su historia en un solo mes, y se sitúa en un 12,9%. Es un dato todavía muy preocupante, pero que ofrece señales de esperanza de cara a los próximos meses, siempre que el impacto de la sequía no agrave la situación.

El trazo fino de las cifras conocidas este viernes dibuja un escenario de claroscuros. La moderación es la tónica general, pero el inicio de la temporada alta, con las vacaciones de Semana Santa, y la recuperación de la economía y del consumo obligan a la prudencia. El IPC mensual subió seis décimas en abril, mientras que la inflación subyacente —que elimina el impacto de los elementos más volátiles, como la energía y los alimentos no elaborados— lo hizo en un punto. En otras palabras: la vida es más cara que hace un mes, pese a que, si se amplía la fotografía a un año, es evidente que España ya no sufre las presiones inflacionistas que se dieron durante los primeros compases de la guerra.

Algo similar ocurre con los alimentos, que subieron un 0,3% en abril respecto a marzo, pese a la espectacular moderación interanual de 3,6 puntos. Solo en los últimos 30 días, la carne se ha encarecido un 1,2%, el pescado y el marisco un 1,4% y el azúcar y los dulces un 1,6%. Sin embargo, los comestibles son el elemento que más inflación ha restado en los últimos 12 meses: siete décimas, las mismas que aporta el transporte. Pero aquí el efecto base vuelve a hacer de las suyas: en abril de 2022, se aprobó la subvención de 20 céntimos por cada litro de combustible, lo que provocó una excepcional caída de los precios, que, comparada con la situación actual —ya sin la ayuda—, explica el repunte. La mayor contribución al aumento de la inflación interanual fue la vivienda, debido al menor descenso de la energía, aquejada del mismo efecto escalón (hace un año se desplomó tras el shock inicial de la contienda).

Primeras caídas de los alimentos en 2023

Pese a todos estos matices, el Ministerio de Economía se agarra a la esperadísima moderación interanual de los alimentos para celebrar los datos. "El conjunto de medidas adoptadas el pasado mes de diciembre seguirá contribuyendo a amortiguar la evolución de la inflación", aseguran desde el departamento dirigido por Nadia Calviño, en referencia a la bonificación del IVA del pan, la leche o los huevos y a la rebaja de ese impuesto para el aceite y la pasta. La explicación, más bien, apunta a los mercados internacionales, como señalaba el Banco de España en su informe anual, presentado esta semana. El regulador considera que los precios ya han tocado techo, y que las caídas en la cotización de los comestibles irán moderando las subidas en el supermercado durante los próximos meses.

De momento, todos los alimentos, con la excepción del aceite de girasol —que se había desbocado al inicio de la guerra—, siguen siendo más caros que hace un año, pero algunos ya han caído en lo que va de 2023. Es el caso de la carne de ovino (-5,9%) y las frutas frescas (-3,4%). Durante el último mes, de hecho, las legumbres y hortalizas se han abaratado un 2,6%, y el azúcar y la leche también han sufrido pequeñas correcciones. En cambio, si se amplía el zoom a los últimos 12 meses, todas las rúbricas se encarecen, con el propio azúcar a la cabeza: se ha disparado casi un 50% desde abril de 2022.

La inflación repuntó en abril, pero los alimentos por fin parecen haber tocado techo. El índice de precios de consumo (IPC) se situó el mes pasado en el 4,1%, según los datos revisados este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Son ocho décimas más que en marzo, debido a lo que se conoce como efecto base: al comparar los datos con los del mismo mes del año pasado, cuando había caído 1,4 puntos, el resultado sale al alza. Sin embargo, la tendencia de fondo sigue apuntando a una moderación de los precios, como demuestra el dato de la inflación subyacente: 6,6%, nueve décimas menos.

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