El Banco de España revisará el PIB de 2023 por encima del 2% tras el buen inicio de año

El Banco de España revisará al alza el PIB de 2023 tras el buen inicio de año. El regulador se unirá a los principales organismos nacionales e internacionales, que han ido mejorando sus expectativas sobre la economía española, y elevará por encima del 2% el crecimiento estimado para este año en sus próximas previsiones, que se conocerán en junio.

En su informe anual, presentado este martes, el organismo presidido por Pablo Hernández de Cos augura un "grado creciente de dinamismo" para los próximos trimestres, después de un primer cuarto de 2023 que ha sorprendido positivamente: España creció un 0,5%, frente al 0,3% que auguraba el Banco de España, y ha alejado definitivamente el fantasma de una recesión.

Además, los últimos datos de la contabilidad nacional, publicados hace dos semanas por el Instituto Nacional de Estadística, revisaron al alza el crecimiento del tercer y el cuarto trimestre del año pasado, hasta el 0,4% en ambos casos, frente al 0,2% anterior. En definitiva: tres trimestres seguidos con mejores datos de los que manejaba el banco central español hasta la fecha, y que obligarán a una corrección técnica al alza de cara a este año. Es lo que se conoce como el efecto arrastre (carry-over): la fuerza con la que viene la economía hace que, casi por inercia, el crecimiento para el conjunto del periodo sea mayor, aunque no haya cambios en las previsiones a futuro.

Así lo explicó el director general de Economía y Estadística, Ángel Gavilán, en un encuentro con los medios. "Si incorporamos la sorpresa del primer trimestre y la revisión del tercer trimestre de 2022 y del cuarto de manera mecánica, sin cambiar el juicio sobre la economía, esto da lugar a una revisión automática de cinco décimas en el PIB, en el entorno del 2,1%". En otras palabras: el Banco de España no aventura, de momento, que la economía vaya a evolucionar mejor de lo que se creía hasta ahora —dependerá de factores como el dinamismo de la actividad o el efecto de las subidas de tipos de interés—, pero, pase lo que pase, hará un ajuste técnico que sumará medio punto al crecimiento durante este año. Además, espera que en el periodo 2024-2025 la variación anual media del producto interior bruto supere el 2%.

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De momento, la clave de la mejoría ha estado en la resiliencia de la economía española durante el otoño y el invierno de 2022, cuando muchos presagiaron que se produciría una recesión técnica —dos trimestres seguidos con caídas del PIB— o, como mínimo, un estancamiento. No es un fenómeno exclusivo de nuestro país, sino que la actividad ha aguantado mejor de lo esperado en toda Europa. Sin embargo, España lidera el crecimiento entre las grandes economías, y lo seguirá haciendo durante este año.

El informe anual de Banco de España apunta cinco factores para este dinamismo: el descenso de los precios de energía y la mejora de los cuellos de botella en las materias primas, la reapertura total de todos los ámbitos de la economía tras las últimas restricciones frente al covid, las medidas de apoyo a las familias y las empresas, el dinamismo del mercado de trabajo y el buen comportamiento del sector exterior.

Las medidas contra la inflación tendrán un impacto neutro en el IPC en el periodo 2021-2024

Entre ellos, destaca la gran incidencia de los paquetes de medidas del Gobierno para hacer frente al impacto de la guerra y a la espiral inflacionista. El regulador calcula que en 2022 supusieron 1,3 puntos de PIB, y bajarán a 0,9 puntos en 2023 debido a la retirada de algunas de las ayudas más costosas, como la subvención de 20 céntimos por cada litro de combustible. Según se recoge en el informe anual, este efecto rebote hará que las medidas tengan un impacto neutro sobre la inflación durante todo el periodo (2021-2024), pese a haberla reducido un 2,3% durante el primer año de la contienda.

El dinamismo actual no impide que la economía española siga estando dos décimas por debajo de los niveles prepandemia, y sea la única de toda la Unión Europea que no haya recuperado el PIB de 2019. Mientras se baten récords de exportaciones mes a mes, el consumo interno, destaca el Banco de España, todavía se encuentra cinco puntos por debajo de sus registros anteriores al covid, debido al impacto de la inflación y la subida de los tipos de interés en la renta disponible de las familias.

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España fue la gran economía de euro donde más cayeron los sueldos reales en 2022, y esto es un arma de doble filo: mientras la competitividad de nuestro sector exterior sigue mejorando, gracias al descenso de los costes laborales unitarios provocado por la contención salarial, el poder adquisitivo de las familias continúa deteriorándose, pese al incremento de la cantidad y la calidad del empleo.

Preguntado por el Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva alcanzado por la patronal y los sindicatos, y que prevé un alza salarial del 10,3% en el trienio 2023-2025, Gavilán se mostró tranquilo: de momento, dijo el economista jefe del banco central, no se han notado efectos de segunda ronda "significativos", y tampoco está previsto que los haya durante los próximos años, en un contexto de menor inflación.

Pese a la incertidumbre, los expertos del regulador no esperan sorpresas sobre la evolución de los precios para este año, con una tendencia continua hacia la moderación, incluso en los alimentos. "Seguramente, estemos cerca del pico, y tenemos indicadores de que las presiones inflacionistas en los alimentos están retrocediendo. La cuestión es cómo de rápido vaya a ser", concluyó el economista jefe del Banco de España. En sus últimas previsiones, del pasado marzo, la institución presidida por Pablo Hernández de Cos situó la inflación para este año en el 3,7%, 1,2 puntos menos de lo que había estimado en diciembre.