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Deutsche Bank ficha a Zapatero para convencer a Moncloa y tomar el control de Celsa
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Deutsche Bank ficha a Zapatero para convencer a Moncloa y tomar el control de Celsa

Los fondos acreedores contratan los servicios del expresidente socialista para convencer al Gobierno de Pedro Sánchez de la propuesta para sacar la empresa del impago

Foto: Deutsche Bank. (EFE/Mauritz Antin)
Deutsche Bank. (EFE/Mauritz Antin)
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La batalla por el control de Celsa entra en su recta final y los contendientes, los fondos acreedores liderados por Deutsche Bank, por un lado, y la familia Rubiralta, por el otro, han decidido echar mano de cualquier munición. A la espera de la decisión del juez sobre el plan de reestructuración por el que los fondos tenedores de la deuda de más de 3.000 millones se quedarían con el 100% del capital de la empresa fundada por la familia catalana, los primeros han fichado a José Luis Rodríguez Zapatero como asesor para conseguir que el Gobierno de Pedro Sánchez autorice una operación sobre la que tiene capacidad de veto por la ley antiopas.

Según han confirmado varias fuentes financieras, Deutsche Bank, SPV, Cross Ocean, Sculptor, Golden Tree, Capital Group y Attestor han contratado los servicios del que fuera presidente del Ejecutivo entre 2004 y 2011 a través de una consultora externa, Kreab, que en los últimos años ha incorporado a distintos altos cargos políticos para ejercer de lobistas.

Miguel Ferre, secretario de Estado de Hacienda con Cristóbal Montoro, ejerce de senior partner; Rafael Catalá, ministro de Justicia durante la segunda legislatura de Mariano Rajoy, es senior advisor; Eduardo Madina, el que fuera secretario general del grupo parlamentario socialista, dirigió su unidad de estudios entre 2017 y 2021, y otros políticos como José Bono, exministro de Defensa y expresidente del Congreso de los Diputados, y el oscense Josep Antonio Duran i Lleida, exlíder de la desaparecida Unión Democrática de Cataluña, han colaborado en proyectos puntuales.

Otras fuentes indican que Zapatero ya era colaborador de Kreab y que ahora le han sido requeridos sus servicios para solucionar el asunto de Celsa, un caso del que están pendiente la mayoría de fondos y bancos internacionales por la jurisprudencia que sentaría para los contenciosos que afectan a empresas en problemas ante la aplicación del real decreto antiopas. Una normativa que Sánchez alargó el pasado mes de diciembre hasta 2024 y que afecta, además de a las compañías cotizadas, a las adquisiciones de activos por más de 500 millones de euros.

Foto: Logo de Celsa en una de sus fábricas, cerca de Barcelona. (Reuters/Albert Gea)

Con esta ley, ningún inversor puede adquirir, sin el permiso gubernamental, el 10% de una empresa considerada estratégica por el Gobierno, ni hacerse con el control de cualquier sociedad que el Ejecutivo califique como esencial para la industria del país. Entre ellas está Celsa, a la que la Moncloa aprobó el verano pasado un rescate de 550 millones de euros, el mayor concedido por el Ministerio de Hacienda a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), condicionado a un acuerdo con los acreedores.

Como ese acuerdo no ha llegado, las dos partes han tirado de los contactos políticos para ganar esta batalla. El propio Pedro Sánchez intermedió en nombre de los Rubiralta para convencer al presidente de Deutsche Bank de desbloquear el conflicto y llegar a un pacto con la familia. Pero el primer ejecutivo del mayor acreedor del grupo catalán se remitió al cumplimiento de los impagos por parte de los fundadores. Los Rubiralta usaron también a Pere Aragonès, presidente de la Generalitat, para presionar a los fondos, entre los que también se encontraba Goldman Sachs hasta hace poco.

Foto: Sede de Deutsche Bank en Frankfurt, Alemania. (Getty/Thomas Lohnes)
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En abril, Aragonès asistió a un acto en una de las factorías catalanas en el que afirmó que “el Govern está y estará de vuestro lado”. En febrero, el conseller de Empresa y Trabajo, Roger Torrent, fue el invitado especial en la convención anual de directivos, un evento en el que escenificó su apoyo implícito a los Rubiralta. En diciembre, las partes se reunieron en la Moncloa con el secretario general de Asuntos Económicos de Presidencia del Gobierno, Manuel de la Rocha, para acercar posturas, pero sin resultado efectivo.

Cuenta atrás

Pese a esta presión, los fondos han hecho caso omiso y han roto las conversaciones con los Rubiralta al considerarse engañados por la familia, que ya ha impagado créditos por más de 1.000 millones de euros y en mayo tiene que hacer frente a otro vencimiento relevante. No obstante, otras fuentes apuntan que, pese a esta hostilidad manifiesta, Deutsche Bank y el resto de acreedores estarían dispuestos a un acuerdo de última hora que fuese beneficioso para las partes, incluido el Gobierno, que quiere evitar cualquier percepción de inseguridad jurídica tras el conflicto por las indemnizaciones a los inversores en el sector de renovables.

El tiempo apremia a todos los implicados porque Deutsche Bank y el resto de fondos van a presentar esta semana ante el juez el plan final de reestructuración, que, de ser aprobado, otorgaría casi el 100% de las acciones a los acreedores en detrimento de la familia. Zapatero, que tiempo atrás también fue asesor de Huawei, la empresa de telecomunicaciones china, no ha respondido a la llamada de El Confidencial para dar su versión sobre esta información.

La batalla por el control de Celsa entra en su recta final y los contendientes, los fondos acreedores liderados por Deutsche Bank, por un lado, y la familia Rubiralta, por el otro, han decidido echar mano de cualquier munición. A la espera de la decisión del juez sobre el plan de reestructuración por el que los fondos tenedores de la deuda de más de 3.000 millones se quedarían con el 100% del capital de la empresa fundada por la familia catalana, los primeros han fichado a José Luis Rodríguez Zapatero como asesor para conseguir que el Gobierno de Pedro Sánchez autorice una operación sobre la que tiene capacidad de veto por la ley antiopas.

Celsa Group Francisco Rubiralta
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