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¿Quién contribuyó más a la inflación? El BCE apunta a las empresas
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INFORME ANUAL DEL BCE

¿Quién contribuyó más a la inflación? El BCE apunta a las empresas

La pregunta es clave, y se la ha hecho el BCE. ¿Quién ha contribuido más al incremento de los precios? Su respuesta apunta a los beneficios, más que los salarios. Si antes suponían una tercera parte, han llegado a ser la mitad

Foto: Sede del Banco Central Europeo en Fráncfort. (EFE)
Sede del Banco Central Europeo en Fráncfort. (EFE)
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El gráfico lo publica el BCE en su informe anual. Y refleja con nitidez quién contribuyó más en los dos últimos años al crecimiento de la inflación. La conclusión no deja lugar a dudas. Fueron los beneficios empresariales, más que los salarios, quienes añadieron más presión a los precios.

Los economistas del BCE achacan la "fortaleza" de los beneficios al desequilibrio entre oferta y demanda en muchos sectores económicos. O expresado de forma más precisa, mientras que entre 1999 y el año 2019 la contribución de los beneficios empresariales representó algo más de una tercera parte del deflactor del PIB (la medida más exacta para identificar el aumento de los precios en el conjunto de la economía y no sólo en la cesta de la compra), durante varios trimestres de 2022 y 2023 los beneficios representaron alrededor de la mitad o incluso más de su elevada tasa de crecimiento.

Esto se debe, según los economistas del BCE, a que mientras las disrupciones en las cadenas de suministro durante la pandemia provocaron restricciones de oferta generalizadas, las medidas de los gobiernos en apoyo de familias y empresas, financiadas con deuda pública, contuvieron el impacto de la ralentización del crecimiento en la renta disponible y contribuyeron al elevado volumen de ahorro. Posteriormente, cuando se disipó la pandemia, dicho ahorro y la demanda embalsada (por no haber podido gastar sus rentas los agentes económicos a su tiempo) impulsaron la demanda en muchos sectores tras la reapertura que siguió a los confinamientos.

¿Por qué fue posible esto? En palabras del BCE, en un entorno de intensa demanda agregada en relación con la oferta, los incrementos pronunciados de los costes de los insumos "pueden llevar a los agentes que fijan los precios a subirlos sin modificar necesariamente su estrategia de fijación de márgenes". Esto implica trasladar el aumento de los costes de los insumos a los consumidores. Algo que explica que los beneficios, sostiene el BCE en un recuadro de su informe anual, hayan realizado "una contribución importante" a las presiones inflacionistas internas.

El deflactor del PIB creció en 2023 nada menos que un 6% en promedio anual, por encima del 4,7% del año anterior

A partir de finales de 2023, y a medida que los precios de las materias primas y otros insumos fueron desacelerando, la tendencia comenzó a remitir. A ello contribuyó también la desaparición gradual de la distancia entre oferta y demanda. Esto hizo que fuera más difícil para las empresas incrementar los márgenes sin perder cuota de mercado, lo que a la postre ha contribuido a la mayor contención del crecimiento de los beneficios unitarios desde los últimos meses del año pasado.

Hay que recordar que el deflactor del PIB creció en 2023 nada menos que un 6% en promedio anual, por encima del 4,7% del año anterior. Ambos datos son muy diferentes a lo que sucedió entre 1999 y 2021, con un incremento medio del 1,6%. Desde el máximo histórico del 6,4% alcanzado en el primer trimestre de 2023, esta tasa comenzó a moderarse y se situó en el 5,3% en el cuarto trimestre del año pasado.

Costes laborales

El deflactor del PIB, como se sabe, muestra una estrecha correlación con la evolución de la inflación subyacente, sin contar los precios de la energía y los alimentos no elaborados, que tienen un comportamiento más volátil, y se descompone en las contribuciones que hacen los costes laborales unitarios (los salarios en relación con la productividad), los beneficios y los impuestos netos de subvenciones.

Lo que muestran los datos del BCE es que en los últimos meses, con más fuerza desde que comenzó el año, los costes laborales han sustituido a los beneficios empresariales como motor de la inflación, aunque ya en tasas cercanas al objetivo del propio banco central. En parte, por el incremento de los salarios, pero también por el pobre comportamiento de la productividad del trabajo. La moderación salarial, de hecho, ha sido una constante en la Unión Europea, salvo algunos sectores poco representativos, desde que comenzó el episodio de alta inflación.

El análisis del BCE se refiere al conjunto de la zona euro, pero en líneas generales coincide con lo que ha sucedido en España. El Observatorio de Márgenes Empresariales, publicado por el Banco de España, ha mostrado, con datos hasta el tercer trimestre de 2023, que los márgenes brutos de las empresas no energéticas (sin incluir a la banca porque su contabilidad es diferente) superaron el 11% sobre sus ventas en los nueve primeros meses del año y se aproximaron al 13% en el tercer trimestre. Se trata de uno de los datos más altos de toda la serie histórica que comienza en 2009, lo que refleja hasta qué punto las empresas aprovecharon la tendencia divergente entre precios de producción y de venta para elevar sus márgenes.

El Banco de España, en concreto, estima que en el tercer trimestre de 2023 la evolución de los precios energéticos y de los costes de las materias primas ha favorecido que los márgenes sobre ventas del conjunto de la economía (excluyendo los sectores energéticos) continúen recuperando terreno, superando ya los niveles anteriores a la pandemia.

El gráfico lo publica el BCE en su informe anual. Y refleja con nitidez quién contribuyó más en los dos últimos años al crecimiento de la inflación. La conclusión no deja lugar a dudas. Fueron los beneficios empresariales, más que los salarios, quienes añadieron más presión a los precios.

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