Las 7 diferencias de la serie de Netflix 'El caso Asunta' con el crimen real
El nuevo proyecto de Bambú Producciones ha demostrado ser una minuciosa radiografía de la realidad. Sin embargo, la ficción de Netflix se ha tomado algunas licencias creativas
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Netflix ha asumido un riesgo titánico al plasmar en una ficción la cronología del caso Asunta, desde que sus padres denunciaron su desaparición en la comisaría de Santiago de Compostela hasta la resolución de la sentencia y entrada en prisión. Alfonso Basterra y Rosario Porto fueron condenados a 18 de prisión, cada uno de ellos, incluyendo la circunstancia de agravante por parentesco, por asesinar a su hija Asunta, de 12 años. El equipo de Bambú Producciones ha hecho algunos cambios para mejorar la serie y enriquecer su pulsión creativa, y, sin duda, si hay algo que multiplica su calidad narrativa es que, en todo momento, se mantiene al filo de la verdad.
Tras el éxito de El cuerpo en llamas, Ramón Campos y su troupe creativa eran conscientes de que hay crímenes en nuestro país que todavía no se han cerrado por contener demasiadas incongruencias y medias verdades. Por eso, el productor y su mano derecha Gema R. Neira decidieron llevar a cabo el documental Operación Nenúfar. Este proyecto, también lanzado en Netflix, sería la antesala de una serie que durante este fin de semana se ha mantenido en el centro de la conversación de las redes sociales y es líder indiscutible en el streaming.
Candela Peña y Tristán Ulloa han despertado la fascinación del público al plasmar una destacada autenticidad como Alfonso Basterra y Rosario Porto. A continuación, te contamos las diferencias entre la serie y la realidad. El caso Asunta se desarrolló con numerosos testimonios que no quisieron formar parte del documental, pero ahora han querido colaborar para construir una narración más precisa.
Diferencias de la serie y el crimen real
1. No se conoce ninguna aparición pública de Manuel (Vicente en la ficción), el amante de Rosario Porto. A pesar de que rechazó la invitación de participar en el documental, Campos vio necesario recrearlo en la serie. Fue llamado a testificar en el juicio, pero los abogados de la defensa rechazaron su declaración porque aseguraron que "no iba a aportar nada" y solo serviría para "dar pie a un morbo totalmente innecesario". El hombre es caracterizado en la serie varios años más joven que ella, casado y con un bebé de tan solo unos meses.
2. En el crimen real, los guardias civiles encargados del caso fueron un grupo extenso, aunque en la serie aparecen reducidos a dos, los interpretados por María León y Carlos Blanco. El creador Ramón Campos prefirió hacerlo así para que la visión policial no resultara caótica y dispersa.
3. Los nombres del equipo policial y judicial que investiga el caso están ficcionados. Así, no existe ningún juez llamado Malvar (Javier Gutiérrez), por ejemplo, pero llegamos a la conclusión de que es el personaje que representa el papel de José Antonio Vázquez Taín, el juez instructor del caso.
4. La vida personal de los policías ha sido construida exclusivamente desde el guion para aportar un lado más humano. Por eso, los espectadores ven a Cruces como una mujer que quiere quedarse embarazada y al agente Ríos como un abuelo volcado con su nieta. Ambos personajes están inspirados en los guardias civiles Begoña Rodríguez y Marcos Martínez, muy presentes en la investigación del caso.
5. Al ser una ficción de tan solo seis episodios, se requiere que la trama se centre en los acontecimientos más importantes del caso, por lo que hay detalles de declaraciones de los condenados o conversaciones que se pasan por alto.
6. La presencia de Asunta se ve bastante reducida en la serie de Netflix. A diferencia del documental previo, donde los productores decidieron compartir un vídeo donde la joven hablaba gallego, aquí introducen algunos cambios. Lo último que querían era cosificar a la víctima. Por eso, decidieron no poner el foco en ella, ya que solo añadirían un morbo que consideraban innecesario. En la serie, Asunta aparece en determinados momentos clave de su rutina, en su casa, en el colegio, pero no recrean, por ejemplo, el momento en el que la joven relata a una de sus profesoras que sus padres le daban polvos blancos.
7. En el tramo final, la serie plantea al espectador distintos escenarios que la Justicia finalmente descartó. Una decisión narrativa que podría generar inquietud, pero que ayuda a comprender lo que le pudo ocurrir a Asunta aquel 22 de septiembre de 2013. En la realidad, fue un caso cerrado con una sentencia firme para Rosario Porto, coautora del crimen junto a su exmarido Alfonso Basterra, pero con muchas preguntas en el aire.
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Netflix ha asumido un riesgo titánico al plasmar en una ficción la cronología del caso Asunta, desde que sus padres denunciaron su desaparición en la comisaría de Santiago de Compostela hasta la resolución de la sentencia y entrada en prisión. Alfonso Basterra y Rosario Porto fueron condenados a 18 de prisión, cada uno de ellos, incluyendo la circunstancia de agravante por parentesco, por asesinar a su hija Asunta, de 12 años. El equipo de Bambú Producciones ha hecho algunos cambios para mejorar la serie y enriquecer su pulsión creativa, y, sin duda, si hay algo que multiplica su calidad narrativa es que, en todo momento, se mantiene al filo de la verdad.
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