¿Qué le ocurrió a Asunta Basterra? Lo que se sabe e incógnitas 10 años después del crimen

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En la madrugada del 22 de septiembre de 2013, se encontró muerta a una menor, de origen chino, en una cuneta en el término municipal de Teo, en A Coruña. La menor presentaba signos de violencia, y no se tardó en identificar el cuerpo. Se trataba de Asunta Basterra, una niña de 12 años que, días después, se averiguó que había sido asesinada por sus padres, que nunca se han declarado culpables.

Hace ya 10 años de su muerte, y el caso todavía tiene varias incógnitas sin resolver. Asunta, nacida en China el 30 de septiembre del año 2000, fue adoptada, con apenas nueve meses de vida, por Rosario Porto, abogada, y Alfonso Basterra, periodista. El matrimonio residía en Santiago de Compostela y contaba con una casa familiar en el municipio de Teo.

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Asunta, a la que habían asignado anteriormente el nombre de Yong Fang, era una joven con altas capacidades, que amaba el deporte y destacaba en los estudios. La pequeña tocaba el piano, sabía tres idiomas, hacía ballet y también asistía a clases de pintura. Sus abuelos maternos la adoraban, pero fallecieron meses antes de su asesinato.

2013 fue el año fatídico

En enero de 2013, los padres adoptivos de Asunta, Alfonso y Rosario, se separaron, y la pequeña continuó viviendo con su madre en Santiago de Compostela, mientras que el padre se trasladó a vivir a otra residencia cercana. Fue ese mismo año cuando varios sucesos extraños tuvieron lugar. Rosario, la madre, contó a las autoridades que un hombre vestido de negro y con una máscara había irrumpido en su domicilio para estrangular a su hija. Sin embargo, nunca procedió a denunciar.

A su vez, Asunta protagonizó varios episodios de somnolencia en sus clases de música. Contó a sus profesoras que sus padres le estaban administrando unos “polvos blancos”, pero las docentes no sospecharon. Durante la investigación del asesinato de Asunta, se supo que esos polvos blancos eran lorazepam, un ansiolítico, con propiedades sedantes y calmantes, que los padres de la niña le estuvieron administrando durante meses antes de su asesinato.

Alfonso Basterra acudió en tres ocasiones a la farmacia para comprar lorazepam

Era el mismo sedante que el padre compró en la farmacia en numerosas ocasiones y que fue encontrado en los análisis al cuerpo sin vida de la pequeña durante la autopsia. El 21 de septiembre de 2013 fue la noche fatídica. Los padres denunciaron la desaparición de su hija, cuyo cadáver fue encontrado al día siguiente en un camino forestal del municipio de Teo, con signos de violencia y restos de cuerda naranja.

La reconstrucción de los hechos determinó que la niña había comido con sus padres, en casa de Basterra. En esa comida, los progenitores le suministraron altas dosis de lorazepam. Por la tarde, la madre de la pequeña, que estaba drogada con altas dosis de ansiolíticos, la llevó a la finca que tenían en Teo, donde la ató de brazos y piernas con cuerdas de color naranja y la asfixió hasta la muerte.

Ambos progenitores adoptivos fueron detenidos horas después de hallar el cuerpo de Asunta. No fue hasta 2015 que se celebró el juicio por asesinato, donde ambos fueron sentenciados a 18 años de cárcel por el asesinato premeditado y de común acuerdo de su hija, Asunta Basterra. A día de hoy, todavía no se sabe qué motivó el asesinato de Asunta.

Se barajan varias hipótesis, una de ellas ligada a la herencia de los abuelos maternos de la pequeña. Otra de las hipótesis fue que la niña era un obstáculo para el matrimonio, supuestamente feliz hasta ese momento. Unas muestras de semen encontradas en la camiseta de la fallecida, y pertenecientes a un ciudadano de nacionalidad colombiana residente en Madrid, apuntaron a un crimen de carácter sexual.

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Esto, junto con el material pornográfico con mujeres asiáticas que se encontró en el ordenador de Alfonso, más fotos íntimas de la propia Asunta, hacían pensar de un móvil macabro. Pero ninguna de estas líneas de investigación llegó a buen puerto. Tampoco se dio respuesta al supuesto allanamiento de morada e intento de estrangulamiento del misterioso “hombre de negro”.

A día de hoy, la madre de Asunta, Rosario, se quitó la vida ahorcándose en la cárcel de Brieva, en Álava, tras dos intentos más de suicidio. Su padre, Alfonso, sigue cumpliendo condena y mantiene su inocencia. Ya ha cumplido la mitad de su pena. Para conocer más sobre este suceso, el documental de Netflix, El Caso Asunta, trata el asesinato de Asunta Basterra y toda la posterior línea de investigación en cuatro episodios.