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El Real Madrid nunca muere: a la final de la Champions con un descomunal doblete de Joselu
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HISTÓRICA REMONTADA AL BAYERN (2-1)

El Real Madrid nunca muere: a la final de la Champions con un descomunal doblete de Joselu

El Real Madrid se clasifica para la final de la Champions con una remontada ante el Bayern de Múnich conseguida con dos goles de Joselu. Un suplente pasa a la historia con otra gesta en Europa

Foto: Joselu celebra el gol del triunfo al Bayern. (Reuters/Susana Vera)
Joselu celebra el gol del triunfo al Bayern. (Reuters/Susana Vera)

El Real Madrid se clasifica para la final de la Champions con su sello de siempre. Nunca se rinde. No da nada por perdido. En Europa es inmortal. La remontada contra el Bayern de Múnich, tras un gol de Davies y otro anulado por el VAR, tiene un héroe. Joselu hizo un doblete. El delantero al que no le dieron el dorsal 9 cuando se fue Benzema, que costó 1,5 millones de euros, mete al equipo en la final de Wembley. Es el triunfo de la épica de un equipo que resiste a todo, invencible y el de un futbolista español que juega cada minuto con el Madrid como si le fuera la vida. En la última Champions, en París, viajó a la final como un aficionado. A animar a su equipo. Dos años después es el ídolo que clasifica al equipo para Londres.

El Real Madrid hizo más méritos para pasar a la final, con un enorme Vinícius, compromiso y carácter. No desfalleció, fue a por el Bayern, a morir en los últimos minutos y lo consiguió. Se sobrepone a todo. Hasta una acción polémica con un gol anulado por el VAR. En las áreas hay todo tipo de contactos, forcejeos, empujones y artimañas para ganar la posición. El VAR, a cámara lenta, quiso demostrar al colegiado que la acción de Nacho es ilegal. Cuestionable. Perjudicó la reacción de un Real Madrid que quiso más la victoria ante un Bayern conservador, replegado y letal en una jugada de contragolpe. Pero no le hundió. El final del partido acabó con un polémico gol anulado a De Ligt en el minuto 112. El árbitro pitó un fuera de juego antes del remate.

Jugará la final contra el Borussia de Dortmund. El Real Madrid va a por la Decimoquinta Champions tras un partido en el que hizo de todo para estar en Wembley. Ancelotti ordenó meterle la intensidad y el ritmo que no tuvo el juego de su equipo en Múnich. En definitiva, mejorar la actitud con agresividad y carácter. Había que darle continuidad al espíritu combativo, guerrero, ser el equipo incómodo y robusto que eliminó al Manchester City. Este era el camino marcado. Estar más enchufados, defender con compromiso colectivo y ser contundentes.

El partido empezó con una pérdida del Bayern que acabó en un saque de esquina a los 18 segundos provocado por Vinícius. El brasileño, autor de los dos goles en el Allianz Arena, daba su primer aviso. El Madrid salió bien, con la iniciativa de llevar el control del juego. El Bayern, ordenado, a esperar en el medio campo, robar y contragolpear. El segundo aviso llegó con un centro de Carvajal. El balón se paseó por el área pequeña. No llegó Rodrygo. La respuesta del equipo de Tuchel fue similar. Llegada de Gnabry. El balón se paseó por el área pequeña de Lunin. No conectó con Harry Kane. Parecía que se podía entrar en un intercambio de golpes, pero no quiso el Bayer. Su plan fue conservador, atrás, arropados.

placeholder Rüdiger en el marcaje con Harry Kane. (EFE/Juanjo Martín)
Rüdiger en el marcaje con Harry Kane. (EFE/Juanjo Martín)

Los dos equipos se medían en los minutos de tanteo. Sabían que con un error, una pérdida o un desajuste se podían hacer daño. El Madrid llevaba el peso del juego y el Bayern esperaba replegado. Tuchel no quería dar espacios a los brasileños. Buscó contrarrestar la velocidad de Rodrygo y Vinícius. Se despistó el Bayern en una acción rápida de los brasileños. Vinícius le pegó cruzado al balón dentro del área, lo desvió Neuer al poste y el rechace no lo aprovechó Rodrygo. Primera gran ocasión del Madrid para adelantarse. Perdonó Rodrygo. La tuvo para romper el muro que montó Tuchel. El Madrid se agarraba al Vinícius agitador. Jugó como extremo y delantero centro. Era la gran amenaza para los alemanes. Fue el jugador que más intentó desequilibrar por fuera del área, con el marcaje de De Ligt, y por dentro. Volvió loco a Kimmich.

Gol anulado al Madrid

Era un Real Madrid agresivo con y sin balón, enchufado, pero con poco riesgo en ataque. Duro en defensa para recuperar la pelota. Lo que pidió Ancelotti. Mendy con Sané y Carvajal con Gnabry. Marcajes especiales, vigilancias estrechas de los dos laterales. Fede Valverde por el centro lo ganaba todo. Con Nacho encima de Musiala. Rüdiger en modo marcaje lapa con Kane.

El delantero inglés la tuvo en un lanzamiento ajustado que desvió Lunin. Buena ocasión para el Bayern. A Kane le hace falta poco para generar peligro. Cada balón disputado era una batalla por trabar al adversario. Gnabry, en el minuto 25 se echó al suelo, con molestias. Tuchel metió a Alphonso Davies, el jugador que está en la órbita de fichajes del club blanco.

El gol pudo llegar en un centro de Vinícius, en un balón que se fue cerrando y cogió portería. Ningún compañero lo tocó. Neuer, atento y ágil, volvió a ser decisivo con una estirada para desviarlo. Llevaba veneno. El partido se fue al descanso con el dominio del Real Madrid, las dificultades para abrir el bloque cerrado del Bayern y una buena salida de Lunin para evitar que Kane se plantara solo en un uno contra uno.

Para romper un partido tan cerrado tenían que aparecer las individualidades y Vinícius salió del vestuario con ese propósito. Como una locomotora. Con su explosividad y velocidad penetró por la banda izquierda, llegó a la línea de fondo y su pase atrás, a la boca de gol, no llegó Fede Valverde. Se adelantó Dier. Revolucionó el partido con otra cabalgada y un pase atrás que tocó Rodrygo. El balón se fue rozando el poste. Vinícius se echó al equipo a sus espaldas.

El Bayern respondió con una internada de Davies. Empezó fuerte la segunda parte. Los dos equipos buscaron cómo hacerse daño. Kane volvió a probar a Lunin con un disparo lejano. El portero ucraniano respondió con acierto. Daba seguridad, bien colocado, atento y firme. Como Neuer, decisivo y salvador. Hizo un paradón en un lanzamiento de falta directa de Rodrygo y otro seguido a Vinícius en un remate duro del brasileño. El portero alemán mostró su enorme categoría. Vinícius estaba desatado, escurridizo, voraz e inmenso.

En el mejor momento del Real Madrid llegó el gol de Alphonso Davies. Una jugada a la contra con un pase largo de Kane al canadiense. Recortó a Rüdiger y fusiló con un derechazo que sorprendió a Lunin. Ancelotti quitó a Kroos y Tchouaméni para meter a Modric y Camavinga. Un duro golpe. Tocaba remontar con veinte minutos por delante. El Madrid sacó su garra. La reacción fue fulminante y con polémica en una acción donde Nacho forcejea con Kimmich. Acaba en gol. El árbitro polaco, Marciniak, la revisó en el monitor del VAR. Señaló falta de Nacho por empujón con las dos manos en la cara del alemán.

Siguió el Real Madrid con su tenacidad y fe. Otra demostración de que se sobrepone a cualquier adversidad. Funcionó el cambio de Joselu por Rodrygo y llegó el empate a dos minutos del final. Un disparo de Vinícius se le escapó a Neuer y lo cazó Joselu. Error grave del portero alemán y una aparición milagrosa de un delantero que es un cazagoles.

Foto: Szymon Marciniak, protagonista por accidente. (Europa Press/Peter Kneffel)

Al Bayern de Múnich le temblaron las piernas. Entró en pánico. Joselu hizo el segundo en el minuto 91. Se anuló por fuera de juego y hubo que revisarlo en el VAR. El centro de Rüdiger y el remate del delantero. Estaban en posición legal. Estalló el Bernabéu con otra gesta del Real Madrid que ratifica que es el equipo más competitivo del mundo. Ancelotti lo explica como algo mágico y el argumento más racional es que este equipo nunca pierde la cabeza. Se ha cargado al Leipzig, Manchester City y Bayern de Múnich. Toca el Dortmund. Parece fácil, pero hay que jugar el último partido contra un equipo alemán que tiene una Champions y se ha cargado al PSG de Mbappé.

El Real Madrid se clasifica para la final de la Champions con su sello de siempre. Nunca se rinde. No da nada por perdido. En Europa es inmortal. La remontada contra el Bayern de Múnich, tras un gol de Davies y otro anulado por el VAR, tiene un héroe. Joselu hizo un doblete. El delantero al que no le dieron el dorsal 9 cuando se fue Benzema, que costó 1,5 millones de euros, mete al equipo en la final de Wembley. Es el triunfo de la épica de un equipo que resiste a todo, invencible y el de un futbolista español que juega cada minuto con el Madrid como si le fuera la vida. En la última Champions, en París, viajó a la final como un aficionado. A animar a su equipo. Dos años después es el ídolo que clasifica al equipo para Londres.

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