Es noticia
Los demonios de Toni Kroos y un narcisismo que influyen en su renovación con el Real Madrid
  1. Deportes
  2. Fútbol
no le gustó el cambio en múnich

Los demonios de Toni Kroos y un narcisismo que influyen en su renovación con el Real Madrid

El alemán se considera diferente y en el final de su carrera mantiene en vilo al club con su continuidad. Tiene fútbol y físico para seguir una temporada más en el Real Madrid, pero queda por ver si mantiene la ilusión

Foto: Toni Kroos se lleva la mano a la cabeza en Múnich. (EFE/EPA/Filip Singer)
Toni Kroos se lleva la mano a la cabeza en Múnich. (EFE/EPA/Filip Singer)

Ancelotti guardó a Toni Kroos en el cuarto oscuro de Múnich y el elegante, fino y guapo futbolista entró endemoniado. El banquillo es como un trastero para el cerebro alemán. Un habitáculo en el que se almacenan utensilios y los objetos que se quedan viejos, que te resistes a desprenderte de ellos. Caben los recuerdos, los sacas según la temporada y las necesidades. Las maletas de viaje, el árbol de Navidad o la bicicleta. Kroos repulsa ser señalado como un juguete manoseado con el que no se puede estar todo el tiempo entretenido.

El cambio en Múnich delató a Kroos. El germano no se sintió respetado. Despojado de sus galones en un partido especial y en el que se vio superior. Hay que irse diez años atrás para recordar cómo se marchó del Bayern de Múnich. El orgullo de no reconocerle como uno de los mejores le llevó a forzar su salida al Real Madrid. Sin duda, una ganga de fichaje para Florentino visto su rendimiento.

Toni Kroos se considera diferente y en el final de su carrera mantiene en vilo al club con su continuidad. Una decisión que no aclara porque está pendiente de los títulos que gane y su protagonismo en el equipo. Ancelotti le metió en el trastero del Allianz Arena con el argumento de que tenía que dar energía al equipo. Influyó que estuviera con una tarjeta amarilla. Su reacción, a vista de todos, fue incontrolable. Inimaginable en un jugador de su experiencia. Nunca vista en Modric, leyenda que se traga el orgullo y demuestra tener ilusión si tiene que jugar contra el Getafe o diez minutos contra el Manchester City.

Si Kroos se caracteriza por algo, es por su serenidad y la sustitución le puso de los nervios, la consideró una ofensa y una injusticia. Tardó en encontrar la calma y el tiempo que se le vio enojado fue suficiente para darse cuenta de que es un futbolista de privilegios. Si la decisión de su continuidad depende de aclarar si es indiscutible, por lo menos en los partidos grandes, la solución no es tan sencilla como puede parecer.

placeholder Toni Kroos pelea por quitar un balón a Harry Kane. (EFE/EPA/Anna Szilagyi)
Toni Kroos pelea por quitar un balón a Harry Kane. (EFE/EPA/Anna Szilagyi)

Kroos tiene fútbol y físico para seguir una temporada más en el Real Madrid. Le falta ilusión. No hay otro jugador en la plantilla de su perfil y criterio que le dé equilibrio defensivo y construcción en el juego con un repertorio tan diferente y preciso de pases. El Real Madrid necesita la calidad y la personalidad del alemán, pero aflora un narcisismo oculto, como el que dio visibilidad con una extraña rabieta en Múnich.

Kroos es un jugador de equipo con una altísima autoestima que no acepta estar fuera del campo en días señalados. En Múnich, era el futbolista más destacado y alabado hasta que Ancelotti le quitó del campo y apostó por la energía de Modric.

El club cuenta con él

La pelota de la renovación está en su tejado y depende de que aclare sus ideas, si quiere seguir jugando al fútbol y acepte las condiciones de un proyecto que se renueva con centrocampistas más jóvenes. A Modric le costó aceptar el rol de suplente. Sonríe en el banquillo, muerde si tiene que ser un revulsivo. El croata no se ha quejado. Se ha limitado a reivindicar que no se le juzgue por la edad y sí por los méritos que se gana en el día a día. A Kroos le entran los demonios si tiene que estar en el banquillo en un partido de las semifinales de la Champions.

Lo tiene todo. Kroos está en la escala salarial más alta de la plantilla, cuenta con el cariño y la admiración del club, los compañeros y la afición. Aunque Ancelotti lo intente ocultar, es consciente de que el alemán tiene ego. Esto influye en sus dudas para renovar. Le corresponde valorar si le merece la pena el esfuerzo del día a día, los viajes, concentraciones y la exigencia de un calendario enormemente competitivo.

La presión se lleva mejor si tienes garantías de estar en el campo y, para entrar en las rotaciones, a Kroos le falta pasión. Todavía está en proceso de meditar. Para eso es mejor irse antes, en lo más alto, como viene avisando desde hace más de dos años. La próxima temporada habrá más competencia con Tchouaméni y Camavinga reclamando su puesto en el centro del campo.

Hacerse de rogar

El único centrocampista imprescindible para Ancelotti es Fede Valverde, por despliegue físico, polivalencia y rigor competitivo. El uruguayo lo juega todo, por delante de Bellingham, y asume cualquiera de las funciones que le encarga el entrenador. Kroos es muy necesario, pero necesita motivaciones personales y no le gusta que no le consideren útil en partidos de cartel para las estrellas. Su regreso a la selección alemana ha sido posible por la insistencia del seleccionador Julian Nagelsmann y compañeros tan intensos como Rüdiger. El aliciente de disputar una Eurocopa en casa, de titular, supone un enorme estímulo. Llena su ego.

Foto: Lunin en el partido contra el Barcelona en el Bernabéu. (AFP7)

Lo normal, con 34 años y el buen rendimiento que está dando en el Real Madrid, es que decida renovar una temporada más. Pero Kroos es una caja de sorpresas. Anunció que se retiraría con 32 años, que en sus planes no estaba jugar ni en Estados Unidos ni otro campeonato y ya lleva dos años extra de actividad. Si tuviera tan claro su adiós del fútbol, de colgar las botas en un momento alto, habría cumplido con el patrón silencioso de Zidane. Se habría ido sin culebrones. Pero estira su retirada en función de medir los elogios y las reacciones que le piden que no se vaya.

"Aún no sé qué hacer. Me alegra mucho que la gente quiera que siga un año más. Eso es positivo. Quiero acabar mi carrera en el nivel más alto posible. Hace un año, tuvimos la misma discusión y todo salió bien", dijo antes de la eliminatoria de octavos de final contra el Leipzig. El comportamiento de Toni Kroos es diferente al del resto de futbolistas que tienen una oferta de renovación del Real Madrid. Si hay ganas, voluntad, pasión e ilusión, el caso Kroos debería estar cerrado.

Ancelotti guardó a Toni Kroos en el cuarto oscuro de Múnich y el elegante, fino y guapo futbolista entró endemoniado. El banquillo es como un trastero para el cerebro alemán. Un habitáculo en el que se almacenan utensilios y los objetos que se quedan viejos, que te resistes a desprenderte de ellos. Caben los recuerdos, los sacas según la temporada y las necesidades. Las maletas de viaje, el árbol de Navidad o la bicicleta. Kroos repulsa ser señalado como un juguete manoseado con el que no se puede estar todo el tiempo entretenido.

Real Madrid
El redactor recomienda