El Real Madrid aplica con Modric la fórmula de Bernabéu con Di Stéfano y al croata no le seduce

Plantearle a Luka Modric que la temporada que viene tiene sitio en el cuerpo técnico de Ancelotti es no conocer al croata o una estrategia para que vaya mentalizándose de que está en sus últimos meses como futbolista del Real Madrid. Hace tiempo que perdió la esperanza de seguir otro año más y, aunque el tiempo pasa para todos los jugadores y su comportamiento es ejemplar como suplente, la manera de cerrar su ciclo no deja de ser sorprendente.

Carlo Ancelotti le ha comunicado al croata la posibilidad de seguir dentro del staff y la respuesta del futbolista ha sido dar largas. Modric se siente futbolista, tiene ilusión y energía para seguir compitiendo. Pretender que cuelgue las botas y pase a ser un miembro del cuerpo técnico, sin una función específica, es ofender a Modric. Sigue en forma, con retos, motivado para jugar con su Selección y no se pone fecha de caducidad.

El club lo ve como un gesto con una leyenda y entiende que hacerle esta oferta, con 39 años que va a cumplir en septiembre, puede entrar dentro de sus planes familiares. Arraigado y feliz en la capital de España. Pero es el croata el que lleva diciendo mucho tiempo que no quiere estar por lo que haya hecho en el pasado y sí por sus méritos.

La realidad es que el Real Madrid quiere despedir de la mejor manera posible a Modric y ofrecerle pasar al staff es una ocurrencia. Para el club es un lujo mantener el vínculo y darle alguna función técnica porque Modric tiene liderazgo, imagen y es un referente. A Modric no le encaja. Se ve capacitado para hacer lo que más le gusta y con lo que más disfruta, que es jugar al fútbol.

La temporada está siendo dura para un futbolista especial que ha perdido protagonismo y está fuera del once de gala de Ancelotti. Desde que el entrenador le sacrificó en el derbi de Liga en el Metropolitano, dejándole en el banquillo en descanso, su rol ha cambiado radicalmente. No juega los partidos importantes y pasa mucho tiempo en el banquillo.

Ancelotti dice que hay partidos en los que ni le manda salir a calentar a la banda porque sería irrespetuoso hacerlo si no va a jugar. Lo que hace el club y el entrenador es ir cocinando a fuego lento su salida.

Di Stéfano se fue al Espanyol

La fórmula de ofrecerle a una leyenda un cargo en el club no es nueva en el Real Madrid. Ya lo hizo Santiago Bernabéu con Alfredo Di Stéfano en 1964, tras once años de la estrella en el equipo y como consecuencia de las discrepancias que tenía con Miguel Muñoz. El entrenador dio un informe en el que apuntó la baja de Di Stéfano. La decisión de Bernabéu fue ofrecerle un cargo en el club, de manager o secretario técnico, y lo que hizo Di Stéfano es marcharse para seguir jugando al fútbol en el Espanyol.

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Modric hace como Sergio Ramos y Marcelo, a los que se les enseñó la puerta de salida y el club decidió que no tenían más recorrido. Ramos y Marcelo siguen jugando. Se sienten futbolistas. Como le pasa al croata. Un Real Madrid con Mbappé en el césped y Modric en el banquillo suena muy glamouroso. Pero este desafío, por muy feliz que Modric y su familia estén en España, no parece seducirle.

El futuro de Modric es una incógnita y esperará al final de la Eurocopa para tomar decisiones. Ofertas no le faltan de equipos estadounidenses ni tampoco del campeonato saudí. Es curioso porque esta oferta de dejar de ser jugador y tener un cargo en el club le podría interesar más a Kroos, que tiene la idea de colgar las botas en lo más alto y vivir más tranquilo.

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Con Modric hay una cosa segura. El día que llegue a disputar su último partido con la camiseta del Real Madrid en el Bernabéu va a haber más lágrimas y emociones que el de la presentación de Kylian Mbappé. Los aficionados del Real Madrid se identifican más con la figura del croata que con la del francés, con el que sigue habiendo recelos hasta cuando se conoce que no va a seguir en el Paris Saint-Germain. Modric se ganó la admiración, el respeto y el cariño.

La salida de Modric implica que el dorsal 10 quede libre y este es el número al que opta Kylian Mbappé. El francés lleva el 7 en el Paris Saint-Germain y el 10 en la Selección francesa. Tiene la opción de escoger el 9, vacante desde la salida de Benzema, pero también se tiene que incorporar al equipo el brasileño Endrick. Modric va a suponer un ahorro de 10 millones de euros netos en la masa salarial de la plantilla, muy necesarios para ajustar el dineral que hay que pagarle a Mbappé.