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"Paco, gana la final": cuando Di Stéfano pidió ayuda a Gento en la Copa de Europa
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"Paco, gana la final": cuando Di Stéfano pidió ayuda a Gento en la Copa de Europa

Gento puso las semillas de la exigencia que tiene el Real Madrid. Luchar hasta el final y no rendirse nunca. Lo hizo con el gol del triunfo en la final contra el poderoso Milan en 1958

Foto: Paco Gento y Alfredo di Stéfano, con la Internacional. (Cedida)
Paco Gento y Alfredo di Stéfano, con la Internacional. (Cedida)

El chico de Guarnizo (Cantabria) llegó en edad de adolescente al Real Madrid. Con 19 años, Paco Gento firmó el contrato con el emisario del club blanco a escondidas por las presiones de los aficionados del Racing de Santander, que querían impedir su marcha. Así empezó la historia de una leyenda del fútbol, del único jugador que tiene seis Copas de Europa en su palmarés. De una persona y un profesional que ya es un mito, pero que no lo tuvo nada fácil para conseguir ser una estrella en el Real Madrid.

Llegar a Madrid, adaptarse tan joven a una nueva vida en la capital, no defraudar a don Santiago Bernabéu, sus compañeros y aficionados eran demasiadas presiones para un futbolista que generó expectación por tener unas cualidades físicas portentosas. El cambio fue radical. Firmó un contrato, con las condiciones que puso Bernabéu, sin fecha de caducidad y un sueldo de 5.000 pesetas. Solo en la gran ciudad, buscó una pensión. Se perdía por Madrid para ir de un lado a otro en el tranvía. En esos inicios difíciles, no se libró de que la afición dudara de su nivel para jugar en el Real Madrid e, incluso, de que el presidente planteara una cesión a otro equipo. La paró Alfredo Di Stéfano. La estrella del equipo lo tenía claro. Paco Gento era un futbolista muy aprovechable, que podía ser letal. Solo había que pulirle y confiar en él.

placeholder Paco Gento ganó 23 títulos en las 18 temporadas que jugó en el Real Madrid.
Paco Gento ganó 23 títulos en las 18 temporadas que jugó en el Real Madrid.

De Gento se dice que era una estrella a la sombra de Alfredo Di Stéfano. Pero con Di Stéfano, evolucionó su fútbol y el aprendizaje de lo que tiene que ser un líder. El gran día de Paco Gento, entre los muchos que vivió en el Real Madrid, llegó en una final de la Copa de Europa contra el poderoso Milan. No fue un partido más. Fue el día en el que Alfredo Di Stéfano puso al equipo bajo su liderazgo. Le pidió un sobre esfuerzo, que ganara el título a los italianos. Di Stefano y el resto ya estaban agotados, con las fuerzas justas, sin frescura. Era el peor momento para un Real Madrid cansado después de un partido que se tuvo que ir a la prórroga con empate a dos.

La gesta contra el Milan

Es la final con la primera prórroga. Un partido disputado en el estadio de Heysel de Bruselas (28 de mayo de 1958), contra un Milan que llevó al límite al Real Madrid. Hasta en dos ocasiones estuvo por detrás el Madrid en un encuentro intenso, de ida y vuelta, que consiguió empatar Rial en el minuto 79 y llevarlo a la angustiosa prórroga. “Paco, gana esta final. Nosotros estamos muertos, muy cansados y tú todavía estás fresco”, es lo que le dijo Di Stéfano a Gento. La fatiga había hecho mella en el Madrid y Di Stéfano pasó la responsabilidad, los galones a Paco Gento.

placeholder Paco Gento. (EFE/Luis Alonso)
Paco Gento. (EFE/Luis Alonso)

No falló. Gento, que solía decir que podía jugar dos partidos seguidos, tenía gasolina en el depósito. Hizo el tercer gol, el del triunfo (3-2), de un disparo raso y ajustado en el minuto 107. Ganó la Tercera Copa de Europa para el Real Madrid. Di Stéfano creyó que Gento no era solo útil en la velocidad, en echarle el balón largo y ponerse a correr como un loco para superar rivales. En Gento, había definición y una fuerte personalidad. No se arrugaba. El cántabro respondió a esa confianza con una exhibición de fuerza, garra y lucha, en un partido en el que el Real Madrid pasó por muchas dificultades. Son las semillas del valor histórico y competitivo de este equipo. El que pasa de generación en generación y nacen en gestas como la de Paco Gento en la final de 1958. En no rendirse y luchar hasta el final.

Foto: Luka Modric celebra el gol en la final de la Supercopa. (REUTERS/Ahmed Yosri)

Paco Gento era un portento físico de la naturaleza. Veloz, potente y resistente. En él no había síntomas de cansancio. Era un deportista de acero. Tenía la virtud del físico, pero además era preciso y contundente en el golpeo del balón. El chico, llegado de Cantabria a la capital y que daba la sensación de ser tímido, también tenía un plus: una gran fuerza mental. Podía echarse el equipo a sus espaldas. Era un extremo izquierdo imparable que perfeccionó su fútbol con Di Stéfano y Héctor Rial y al que la historia le tenía reservada una sexta Copa de Europa tras ganar cinco consecutivas.

El gran capitán

La volvió a conquistar en el estadio Heysel de Bruselas y ya como el capitán del Real Madrid. Si la tercera Copa de Europa es uno de sus grandes logros individuales, la Sexta agrandó su figura como líder carismático. Convenció a un equipo de jóvenes jugadores que podían volver a ser campeones de Europa. En el once de la final, todos eran españoles.

El Real Madrid llevaba cinco años sin ganar el trofeo. Del club había salido mal Di Stéfano. Quedaban Gento y Puskas (el húngaro ya en el ocaso de su carrera). Llegó a la final de 1966 y no era uno de los favoritos. Consiguió eliminar en las semifinales al Inter de Milán de Helenio Herrera, vigente campeón. De aquí a la final contra los yugoslavos del Partizán de Belgrado. Gento, en su faceta de gran capitán, arengó al equipo para no fallar. “¡Podemos conseguirlo! ¡Hay que matarse por esta camiseta!”, eran las palabras de un ganador, del mejor capitán como le llamaban sus compañeros. El Real Madrid de los once españoles formado por Araquistáin, Pachín, De Felipe, Zoco, Sanchis, Pirri, Velázquez, Serena, Amancio, Grosso y Gento recuperó el ADN madridista con otra victoria histórica (2-1). Era el Real Madrid de los ‘yé-yé’. Los goles los marcaron Amancio y Serena. De Amancio, Gento decía que era el Di Stéfano de esa época.

Esta es la grandeza de Gento. No solo brilló y sobresalió por sus carreras, su rapidez y fortaleza física. Paco Gento fue un jugador extraordinario por su personalidad, admirable, pero del que siempre se destacó por encima de todo su velocidad. Hasta él hacía bromas con este asunto. “Yo tenía unas cualidades. Me daban el balón y me decían: ‘Paco corre’. Y los tenía que esperar. Pero yo también le pegaba bien a la pelota”. Paco tenía talento y liderazgo. Lo demostró en una larga carrera, en la que estuvo 18 temporadas consecutivas en el Real Madrid y disputó 600 partidos. Tuvo que dejarlo porque se lo dijeron. Lo hizo con 38 años compitiendo a un alto nivel.

Colgó las botas a los 38 años

En su época no existían los avances en medicina, los métodos de prevención, cuidados, ni la profesionalidad que hoy tienen la mayoría de los jugadores. Había pocas herramientas que ahora aportan los especialistas en preparación física y nutricionistas para elevar el rendimiento y la recuperación. Hoy es muy difícil que un jugador pueda retirarse cerca de los 40 años y Paco Gento llegó hasta los 38 años. Le costó colgar las botas y con este asunto bromeó una vez retirado: “La alimentación en nuestra época era comer pescado y carne. Y una copita de vino. No comíamos espaguetis. Para mí fue horrorosa la retirada”.

Colgó la botas y lo pasó mal. Empezaba una nueva vida, sin la rutina de los entrenamientos, partidos y con menos dinero. Pero Gento era el antidivo. Sencillo, humilde y lejos de los focos. Quiso pasar inadvertido un jugador que tuvo dos homenajes del Real Madrid y fue condecorado con la Laureada. Es la máxima distinción del club, que solo tienen siete jugadores (Pirri, Gento, Goyo Benito, Santillana, Di Stéfano, Camacho y Luis Molowny) y un directivo (Agustín Domínguez).

Paco Gento pudo explotar su leyenda, sacar más provecho de sus gestas, pero buscó la tranquilidad y la discreción. Era ejemplar en el esfuerzo y humilde fuera de los terrenos de juego. Por su velocidad, sus frenazos en seco y arrancadas, se le apodó la Galerna del Cantábrico. Un futbolista irrepetible.

El chico de Guarnizo (Cantabria) llegó en edad de adolescente al Real Madrid. Con 19 años, Paco Gento firmó el contrato con el emisario del club blanco a escondidas por las presiones de los aficionados del Racing de Santander, que querían impedir su marcha. Así empezó la historia de una leyenda del fútbol, del único jugador que tiene seis Copas de Europa en su palmarés. De una persona y un profesional que ya es un mito, pero que no lo tuvo nada fácil para conseguir ser una estrella en el Real Madrid.

Florentino Pérez
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