Así funciona una federación regional: cuando el presidente se sube 45.000 euros a mano alzada
A algunos les pilla a traición porque no está entre los seis puntos del orden del día. La votación sale mayoritariamente adelante entre los 120 asambleístas valencianos
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Imagínense la escena: les han invitado a un cóctel en la dársena del puerto de Valencia el 28 de junio de 2019, en el edificio Insomnia. La noche es agradable. Les ha convocado Salvador Gomar Fayos, presidente de la Federación Valenciana de Fútbol de la Comunitat Valenciana (FFCV), en el cargo desde hace siete meses, y reina un ambiente de euforia: la pantalla muestra un vídeo de los logros y la amistad entre Gomar y el presidente de la federación española, Luis Rubiales.
De repente, Julio Mena, árbitro de Segunda B y asambleísta, siente una sensación inquietante. Gomar acaba de pedir una votación a mano alzada para aprobarse una subida de sueldo de casi 45.000 euros anuales, un 38,5%: de los 70.000 de su predecesor, Vicente Muñoz, a los 114.715 que pasará a cobrar él a partir de esa noche. A algunos les pilla a traición porque no está entre los seis puntos del orden del día (el punto 3.3, por ejemplo, es la Presentación del Código de Buen Gobierno y el Manual del Directivo). La votación sale mayoritariamente adelante entre los 120 asambleístas valencianos.
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“Yo me abstuve”, confiesa Julio Mena. “Yo no era quién para decidir sobre ese aumento de sueldo. Me parecía una barbaridad. ¿Cómo vas a votar en contra? Los beneficios se van a acabar, comienzan los problemas”. Pocos días después, el 3 de julio de 2019, Mena recibe un correo electrónico de la federación española comunicándole su descenso a Tercera División.
Entonces decide colgar el silbato. Ya no le compensa. Se acaba así una carrera de 14 años muy metido en el arbitraje: profesor de reglas, mentor del fútbol femenino y de talento de Tercera División, y presidente de la Asociación de Árbitros de Valencia. Ahora, cinco años después, trabaja como estibador del puerto de Valencia.
Y Gomar ha seguido subiéndose el sueldo. En 2020 pasó a cobrar 118.169 euros anuales; en 2021, 152.942; y en 2022, 170.000 euros. En esta última mejora, el presidente de la Territorial valenciana ha incluido una parte de la subvención de la Federación Española de 100.000 euros anuales para la “profesionalización” de las federaciones autonómicas. Este periódico se ha puesto en contacto para conocer la versión del dirigente federativo, que ha declinado hacer declaraciones.
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"A eso habría que añadir otro sueldo como presidente de la Mutualidad en Valencia y todos gastos pagados de kilometraje y dietas”, explica Enrique Ortolá, quien fuera vicepresidente económico suyo en la primera etapa. “Además de los viajes pagados al presidente y acompañantes por la Federación española para los grandes eventos: Mundiales, Eurocopas, Supercopa...”, añade Ortolá. “Se pueden pasar una semana con todos los gastos pagados”.
La relación de Gomar con la Federación Española se ha deteriorado en los últimos meses. En concreto, desde la dimisión de Luis Rubiales (10 de septiembre de 2023) y la aspiración del dirigente valenciano por sustituirlo. Ahí ha chocado con Pedro Rocha, el presidente inhabilitado por el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), y eso ha perjudicado seriamente las aspiraciones de Valencia como sede del Mundial de 2030 en España, Portugal y Marruecos. Gomar y Rocha, fieles seguidores de Rubiales, se han enfrentado ahora abiertamente por su puesto.
Una lucha por el poder en el fútbol español, por el puesto y por el sueldo del presidente de la Federación Española, que, tras las constantes subidas de Rubiales, ya asciende a 715.000 euros anuales después de que Rocha, nada más proclamarse presidente en el pasado mes de abril, le aplicara la subida del IPC (Índice de Precios de Consumo), un 5,8%, a la cifra heredada de su antecesor.
Actualización
Tras la publicación de este artículo, Salvador Gomar Fayos quiso exponer su versión a través de las siguientes líneas:
"Es difícil que fuera una sorpresa para nadie ya que eso estaba incluido en la documentación para la Asamblea General Ordinaria del 28 de junio de 2019, en el apartado del presupuesto propuesto, y esa documentación fue remitida a todos los asambleístas el 8 de junio. Y si se dio cuenta allí mismo, como así parece ser, pudo haber preguntado al respecto, cómo hicieron más asambleístas sobre otras cuestiones. Una vez pasó, ha tenido cinco años y un mes para reprochármelo... ¡Estamos hablando de algo de junio de 2019!
Desde entonces ha pasado mucho tiempo, hasta ha tenido lugar un
periodo electoral en el que salí reelegido. Siempre podemos hacer las cosas mejor, por supuesto, y desde 2019 creo honestamente que la FFCV va mejorando procesos como este, pero nunca hacemos nada de forma malintencionada. Todas las votaciones de la Asamblea General son públicas desde mi llegada al cargo en 2018. Se pueden consultar en este enlace: https://ffcv.es/wp/blog/category/asamblea_general_ffcv/
El voto a mano alzada está establecido en el reglamento por operatividad y para evitar suspicacias de manipulación en el conteo. Para dicho punto en cuestión (como para todos los demás) pudo haberse solicitado el voto en urna en lugar de hacerse a mano alzada. El reglamento lo contempla siempre que lo pida un asambleísta, algo que ese día no sucedió. De hacerlo de otra manera, sin haber ninguna petición, hubiéramos incumplido la ley. No obstante, con el propósito de no tener que votarme a mí mismo ni de influir lo más mínimo en el resultado, recuerdo que al llegar ese punto me salí de la sala y se votó sin mi presencia.
El descenso de ese árbitro lo decidió el Comité Nacional de Árbitros, presidido por Velasco Carballo entonces, poco que ver con la FFCV. Apenas conozco a Julio Mena, ni entonces ni ahora. No es mi estilo eso que se desliza de que descendió por abstenerse en dicha votación, desde luego. De hecho, hasta conocer este artículo no sabía que este señor se abstuvo aquel día, no tenía ni idea. De la misma manera que deja caer que descendió de categoría porque se abstuvo, podría pensar yo que se abstuvo porque ya sabía que estaba descendido. Pero, insisto, ni lo pienso ni es mi estilo pensarlo. De todas formas, mi puerta siempre la tendrá abierta para cualquier consulta o aclaración que necesite.
Desde que llegué a la FFCV en diciembre de 2018 he tratado de guiarme siempre por la honestidad y la coherencia. Mi sueldo es público y aprobado por la Asamblea General, sin ningún ‘extra’ oculto (es falso, por ejemplo, que yo presida la Mutualidad en Valencia) y renunciando a generosas dietas de la RFEF. A algunos les podrá parecer mucho y a otros no, depende de con qué se compare y cómo se valore el trabajo que hago y los resultados que da. Pero mi máxima es que eso es lo que cobro, ni más ni menos, y que siempre será transparente para todo el mundo".
Imagínense la escena: les han invitado a un cóctel en la dársena del puerto de Valencia el 28 de junio de 2019, en el edificio Insomnia. La noche es agradable. Les ha convocado Salvador Gomar Fayos, presidente de la Federación Valenciana de Fútbol de la Comunitat Valenciana (FFCV), en el cargo desde hace siete meses, y reina un ambiente de euforia: la pantalla muestra un vídeo de los logros y la amistad entre Gomar y el presidente de la federación española, Luis Rubiales.