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La hostilidad entre Puigdemont y Junqueras complica el plan de Junts para bloquear la investidura de Illa
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Fracasa la primera aproximación

La hostilidad entre Puigdemont y Junqueras complica el plan de Junts para bloquear la investidura de Illa

Los dos dirigentes no se hablan desde hace años. En estas condiciones resulta muy difícil rehacer la anhelada unidad independentista. Y menos a toda prisa para hacer frente al PSC

Foto: Imagen de archivo de un encuentro entre Junqueras y Puigdemont en Waterloo. (EFE/Stephanie Lecocq)
Imagen de archivo de un encuentro entre Junqueras y Puigdemont en Waterloo. (EFE/Stephanie Lecocq)
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La caída de Oriol Junqueras complica y mucho los planes de Carles Puigdemont para rehacer la unidad con ERC y provocar un bloqueo institucional que haga imposible la investidura de Salvador Illa y fuerce unas nuevas elecciones catalanas en octubre, según confirman fuentes de ambas formaciones. Las primeras aproximaciones de JxCAT hacia los republicanos han terminado en fracaso, explican interlocutores de los partidos. Junqueras y Puigdemont llevan años sin hablarse, solo se llamaron de manera reciente cuando murió la madre del expresident, y la desconfianza es muy alta.

Puigdemont anunció la noche electoral del 12 de mayo que ya había ordenado iniciar las primeras aproximaciones hacia ERC para recabar su apoyo ante una posible investidura, que precisaría, además, de la abstención del PSC, algo impensable en este momento. Pero la retirada de interlocutores por el alud de pasos atrás en la cúpula de Esquerra solo hace más difícil todo.

Conscientes de que no puede asumir ese rol, Puigdemont ha encargado la interlocución con ERC a su hombre de confianza, el secretario general de JxCAT, Jordi Turull, que en esta primera fase se ha topado con un muro. Puigdemont, por su parte, cada vez disimula menos. En su rueda de prensa de esta semana desde Perpiñán avisó sobre la repetición electoral. "Es un lujo que nadie se puede permitir", declaró, pero al mismo tiempo advirtió de que no le da "miedo" volver a las urnas a mediados de octubre. "Estamos preparados por todas las eventualidades", aseguró.

Ante el interés de JxCAT por rehacer la unidad independentista a toda prisa para frenar la presidencia de Salvador Illa, la respuesta de ERC solo ha sido gélida y de dar largas. Pero el tiempo corre. El 10 de junio se prevé que se constituya la Mesa del Parlament —expira el plazo legal— y que el 25 de junio se celebre el debate de investidura. Queda poco más de un mes y con unas elecciones europeas por medio.

Foto: Pedro Sánchez y Salvador Illa en una acto electoral en Cataluña. (EFE/Enric Fontcuberta)

En la carta de Oriol Junqueras a la militancia para retomar el control y el liderazgo del partido da una pista de lo mal que están las cosas entre las dos formaciones. "Nosotros no vendemos humo", afirma Junqueras en lo que podría considerarse como la primera valoración de los republicanos del plan de Puigdemont de ser investido gracias a la abstención del PSC.

El exdiputado en Madrid Joan Tardà propuso en TVE que ERC y PSC reconozcan que están "condenados a competir" y, al mismo tiempo, a "colaborar". Y añadió: "Tenemos que construir una solución. Todavía estamos en pañales". Para Tardà, "se debería realizar una oposición de carácter colaborativo. Hay posibilidades de que vayamos construyendo un camino de manera conjunta".

ERC aún no ha perdonado a JxCAT la abrupta salida de la Generalitat en octubre del 2022 forzada por Laura Borràs y bendecida por Carles Puigdemont desde Waterloo. La última apuesta por la unidad del independentismo duró año y medio. La jugada ha permitido a Puigdemont robar a los republicanos más 86.700 votos, según algunas matrices de fuga de electores de las elecciones del pasado domingo. Que los republicanos estén asumiendo responsabilidades mientras Puigdemont hace ver desde Perpiñán que no pasa nada no ayuda tampoco a generar un clima de confianza.

Los republicanos siempre han considerado que fueron más realistas a la hora del fracaso del procés y del giro que había que tomar. ERC ha asumido que negoció los indultos con Pedro Sánchez y ha hecho referencia a la amnistía como un logro. Mientras, JxCAT ha hecho bandera de la pureza y se ha llevado los sufragios y hasta la abstención: ha castigado más a los de Junqueras con más de 58.000 votos.

Cárcel contra "exilio"

Luego está el trauma de que los votantes hayan valorado más los seis años del autodenominado "exilio" de Puigdemont que los más de tres años de cárcel que le han costado a Junqueras la aventura de la declaración unilateral de independencia. Los republicanos se sienten castigados por el destino. Igual que con la caída de Pere Aragonès, cuya obra de gobierno no es apreciada por la población, justo porque JxCAT abandonó el Ejecutivo y en la práctica pasó a la oposición.

El votante soberanista valora más el "exilio" de Puigdemont que la cárcel de Junqueras

Cada parte culpa a la otra de sus desgracias. Del mismo modo que Puigdemont nunca perdonará el tuit de Gabriel Rufián de las 155 monedas de plata y que según la versión de Junts fue el que hizo que el entonces president abandonase la idea de convocar elecciones y optase por la declaración unilateral de independencia al día siguiente.

Sin puentes válidos

Además, las dos facciones asumen el reto de rehacer la unidad sin puentes válidos. Marta Rovira está en Suiza y se podría considerar que la secretaria de organización del partido es poco neutral, además de que ya ha anunciado que abandonará sus responsabilidades. Además, Rovira nunca ha perdonado a Puigdemont su libro de memorias M’explico y la mala imagen que daba en él el expresident de los republicanos, según desvelaron los periodistas Joan Serra y Oriol March en el libro Enemics íntims, que repasa el procés en clave de competencia y desconfianza entre ERC y JxCAT.

El principal arquitecto del pacto del que nació ejecutivo de coalición de Aragonès había sido Jordi Sànchez, que había estado en la cárcel con Junqueras. Pero Jordi Sànchez tampoco está ahora. Tras la ruptura del Govern perdió la confianza de Puigdemont y fue sustituido por Jordi Turull como secretario general de Junts. Entonces Jordi Sànchez pasó a dirigir la fundación Crida Nacional per la República. Pero en mayo de 2023 se dio de baja del partido y regresó a trabajar en la Sindicatura de Greuges.

Foto: La portavoz del PSOE, Esther Peña, este lunes en Ferraz. (Diego Radamés / Europa Press)

La tercera persona que podría servir para reconstruir los puentes entre JxCAT y ERC hubiese sido Jordi Cuixart, pero el empresario se ha marchado a Suiza y ha roto amarras con la mayor parte de lo que significaba el procés.

La caída de Oriol Junqueras complica y mucho los planes de Carles Puigdemont para rehacer la unidad con ERC y provocar un bloqueo institucional que haga imposible la investidura de Salvador Illa y fuerce unas nuevas elecciones catalanas en octubre, según confirman fuentes de ambas formaciones. Las primeras aproximaciones de JxCAT hacia los republicanos han terminado en fracaso, explican interlocutores de los partidos. Junqueras y Puigdemont llevan años sin hablarse, solo se llamaron de manera reciente cuando murió la madre del expresident, y la desconfianza es muy alta.

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