Soy psicólogo y estas son las pruebas de que un niño está bien educado

En un reciente vídeo de TikTok, el psicólogo Antonio Porcelli compartió su visión sobre cómo identificar si un niño está bien educado, centrándose en su capacidad para tolerar la frustración. Porcelli, con su estilo directo y accesible, destaca varios comportamientos clave que los padres pueden observar en sus hijos para evaluar su educación.

“Un niño bien educado es un niño que sabe esperar”, afirma Porcelli, subrayando la importancia de la paciencia en los pequeños. La capacidad de esperar sin mostrar impaciencia o molestia es una señal de que el niño está desarrollando una tolerancia saludable a la frustración.

Otro indicio es la aceptación de que "todas las cosas no son como él quiere". Este comportamiento refleja una comprensión y aceptación de la realidad, lo cual es crucial para el desarrollo emocional y social de los niños. Un niño que puede lidiar con la decepción sin enfadarse o frustrarse excesivamente está mostrando un importante avance en su educación emocional.

Porcelli también menciona que “si está jugando a algo y eso es difícil y no le sale, no tira todo, sino que lo sigue intentando una y otra vez hasta que va aprendiendo”. La perseverancia frente a los desafíos es una característica esencial de una buena educación. Los niños que no se rinden fácilmente y siguen intentando mejorar están aprendiendo una valiosa lección de resiliencia.

Además, el respeto por las reglas es otro aspecto crucial. Según Porcelli, “un niño bien educado es un niño que respeta las reglas”. Este respeto no solo se aplica a juegos y actividades, sino que también se extiende a las normas sociales y familiares, creando una base sólida para una convivencia armoniosa.

En cuanto a la capacidad de manejar la derrota, Porcelli destaca que “si pierde, sigue jugando”. Aceptar la derrota sin desmotivarse y continuar participando es una muestra de deportividad y madurez emocional.

Finalmente, Porcelli menciona que un niño bien educado “respeta las jerarquías y se siente bien sin estar en la situación donde mande todo”. Reconocer y aceptar que no siempre se puede estar en control es una lección importante que ayuda a los niños a integrarse mejor en diferentes entornos sociales y familiares.