El delicado trabajo del 'coach' de Vinícius para resistir al odio y a los cánticos de "muérete"

Nadie en el Real Madrid se ha sentado a hablar seriamente con Vinícius sobre su conducta en los partidos porque, primero, consideran que es la víctima de las provocaciones y los insultos y, segundo, el brasileño ya tiene un coach. Un profesional que trabaja la fuerza mental y que, en su parcela, está dando los beneficios de un rendimiento deportivo que le han convertido en uno de los futbolistas más determinantes del mundo.

El coach de Vinícius lleva cinco años dándole las herramientas para que tenga una mentalidad de hierro, no se bloquee en situaciones de presión y potencie sus cualidades. Un proceso en el que le marca objetivos para superar obstáculos y ser más eficaz. Es un trabajo individualizado que sirve de complemento a los entrenamientos diarios con el cuerpo técnico del Real Madrid.

El potencial de Vinícius lo trabaja Ancelotti, en la parte táctica y futbolística, y Antonio Pintus, en la física. Los consejos que le da el entrenador, desde su experiencia para gestionar las situaciones de tensión y provocaciones, también forman parte del control que debe tener el brasileño. Pero Ancelotti no frena la personalidad explosiva y ambiciosa de Vinícius. Los consejos de que se focalice en el juego no tienen nada que ver con no responder a situaciones que son intolerables si es víctima de los insultos.

Una de las virtudes de Vinícius es su mentalidad de hierro en la alta competición y en un equipo de la máxima exigencia del Real Madrid. No es fácil estar a la altura de esta presión. Vinícius ha evolucionado a mejor en lo futbolístico. Ahí están sus progresos en la definición y la capacidad para ser desequilibrante en los grandes partidos. Es resistente en lo físico y también en lo mental. La ayuda del coach está centrada en lo futbolístico y en la gestión de las emociones en climas hostiles. Lo delicado es cómo guiar su comportamiento cuando aparecen situaciones con episodios racistas.

Vinícius anunció a principios de año el propósito de cambiar y ser un ejemplo, aunque también dijo que todos querían pelearse contra él. Hasta el partido contra el Valencia en Mestalla, la gestión de las emociones daba sus frutos. Pero ha vuelto la polémica. En los últimos cuatro partidos (Valencia, Leipzig, Celta y Osasuna) ha visto tarjeta amarilla en todos. Antes de Mestalla solo llevaba dos. Los insultos y la hostilidad sacan el lado combativo del brasileño, pero no minimizan su rendimiento. Lleva 12 goles en 15 partidos en lo que llevamos de año. Seis goles en los últimos cuatro partidos. El trabajo principal del coach está bien hecho.

Denuncia del Real Madrid

El club, el futbolista y el coach evalúan lo complicado e injusto que es aislarse cuando el brasileño se siente hostigado. El Real Madrid denunció la semana pasada el odio a Vinícius y pidió que la Fiscalía General del Estado actúe ante los episodios que se vieron en los aledaños de Montjuic, en el partido contra el Nápoles, y el Metropolitano, el día del Inter. Cánticos xenófobos que están dentro del marco del delito de odio y la discriminación.

El árbitro alicantino Juan Martínez Munuera tuvo la oportunidad de parar el partido en El Sadar en el momento que se escucharon cánticos de "Vinícius muérete". Ni los reflejó en el acta ni hizo caso a la advertencia que le hizo Carvajal, capitán del equipo, de lo que se escuchaba en un sector de la grada. Lo califican de imperdonable y se preguntan para qué hay un protocolo contra la intolerancia y la xenofobia en el fútbol español. Solo se utiliza si se planta Vinícius, como sucedió la temporada pasada en Mestalla.

Por este motivo, el club decide denunciar a Martínez Munuera ante el Comité de Disciplina de la Federación de Fútbol por lo que considera una redacción negligente del acta arbitral. "Este colegiado omitió, de forma voluntaria y deliberada, los insultos y gritos vejatorios dirigidos de forma reiterada hacia nuestro jugador Vinícius Junior, pese a ser advertido de manera insistente por nuestros jugadores en el mismo momento en el que estos se estaban produciendo", comunica el club. También dan traslado de los mismos a la Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte para identificar a los autores.

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Otro asunto es su comportamiento con los rivales y las reacciones en sus celebraciones que tienen que ver con los piques, la intensidad, las provocaciones y la rivalidad en el fútbol. Aquí Vinícius pone de su parte y es responsable de acciones en las que pierde los nervios, como el empujón a un jugador del Leipzig y a Mingueza en el partido contra el Celta. En ambos, en el Bernabéu, le faltó autocontrol. Pero lo último que se le puede desear a una persona es la muerte y lo que sucedió en El Sadar es intolerable y supera los límites del trabajo que realiza el propio coach del brasileño.

Lo preocupante ya no es solo que siguen los insultos racistas dentro de los estadios, aunque sean minoritarios, y cánticos llamándole "bobo" y "tonto". Lo grave es que los ataques a la persona de Vinícius se producen en partidos donde no juega el brasileño ni el Real Madrid.