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El engaño de Simeone: se deja el alma contra el Real Madrid y se rinde contra el Barcelona
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sin energía ni rebeldía

El engaño de Simeone: se deja el alma contra el Real Madrid y se rinde contra el Barcelona

El Atlético de Madrid, incapaz de competir con la misma motivación y contundencia contra el Barcelona que ante el Real Madrid, se mete en el lío de quedarse fuera de la Champions

Foto: Simeone con cara de circunstancias en el partido contra el Barcelona. (EFE/Ballesteros)
Simeone con cara de circunstancias en el partido contra el Barcelona. (EFE/Ballesteros)

"No lo puedes entender" es un lema que tienen en el Atleti para presumir de un sentimiento único de ser rojiblanco. Tiene que ver con la rebeldía, el carácter y el orgullo de ser capaz de competir y ganar al rival de la ciudad. Ser del Atleti tiene un valor superior a lo fácil que es hacerse del Real Madrid, el club adinerado e influyente, según dicen, que gana más títulos y se gasta millonadas en fichajes. Lo que no se puede entender es que el Atleti pase de una noche épica contra el Inter de Milán a desmoronarse contra el Barcelona.

Claro que es incomprensible que el equipo que era invencible en el Metropolitano haga un partido bochornoso contra el Barcelona y en el mismo escenario haya sido capaz de ganar al Real Madrid dos veces esta temporada. Una en la Liga y otra eliminándole de la Copa del Rey. Lo que es difícil de entender y defender es que el Atleti esté a 17 puntos del líder, lleve ocho derrotas en el campeonato y 14 goles más encajados que el Madrid. Si el Atleti se caracterizaba por algo era por la solidez y ser un equipo incómodo. Jugar contra ellos era ir al dentista, eso se decía, y lo que hizo contra el Barcelona es bajar los brazos.

Lo que no se puede aceptar es que el Atleti se deje el alma contra el Real Madrid y se rinda contra el Barcelona. "Si se cree, se puede" es el primer mandamiento de Diego Pablo Simeone, que pasa del éxtasis a la decepción en cuatro días y se mete en un lío en el campeonato liguero con una derrota injustificable porque el Barcelona también llegaba al Metropolitano con el cansancio de haber jugado contra el Nápoles y una alineación de canteranos inexpertos, pero valientes (Cubarsí, Héctor Font, Fermín…) y un suplente (João Félix).

La derrota le cuesta la cuarta plaza a un club que tiene como objetivo innegociable estar entre los cuatro primeros de la Liga para cuadrar el presupuesto con la participación en la Champions. Es un palo de los gordos y, aunque todavía quedan 27 puntos en juego, la sensación es que el Atleti de Simeone es menos fiable que el Athletic de Ernesto Valverde, el Girona de Michel y el Barcelona de Xavi.

placeholder Morata y Rodrigo de Paul, cabizbajos, en el partido contra el Barcelona. (EFE/Juanjo Martín)
Morata y Rodrigo de Paul, cabizbajos, en el partido contra el Barcelona. (EFE/Juanjo Martín)

Se enciende la luz roja en la planta noble del club, en modo pánico desde el desastroso partido en Cádiz, en el que ofreció una imagen de equipo sin alma y cosechó una derrota que descompuso la cara de Simeone. Lo del Inter se puede considerar una hazaña, pero la tendencia y la dinámica del Atleti es la de un equipo sin ambición.

Si sales a que no pase nada, a especular, y te vale el empate, no puedes decir que pierdes por la falta de contundencia. Simeone engaña con este discurso para justificar la derrota en un partido clave para los dos equipos. El Athletic, que no el Bilbao, como le gusta repetir, los había adelantado tras ganar su partido al Alavés. El Barcelona se jugaba superar al Girona tras su derrota en Getafe.

Foto: Brahim Díaz celebra un gol en el Bernabéu. (AFP7)

La diferencia no es solo la contundencia. Al Atleti de Simeone le faltó motivación y energía. Falló en lo mental y lo físico, y no solo es por el cansancio del partido contra el Inter. Si por algo se elogiaba al Cholo era por tener un ejército de futbolistas con un altísimo nivel de forma física preparados por el Profe Ortega. El preparador físico estrella y más mediático, que se marcha al final de la temporada, debería tener a todos los jugadores en su pico más alto en lo físico a estas alturas de la temporada, y no se está viendo en el rendimiento.

Clasificarse entre los cuatro primeros de la Liga para disputar la próxima Champions está en peligro por culpa de un trabajo que, según Simeone, no evoluciona. "Los años pasan y los equipos mejoran. Será difícil el cuarto puesto. Nosotros tenemos que mejorar", reconoce Simeone. La realidad es que al equipo le falta más ambición en días claves porque la exigencia no puede ser dejarse todo contra el Real Madrid. Esto no hay quien lo entienda, y luego pasa lo que pasa, que es ver al Atleti en un quinto puesto, que es la línea que marca el fracaso deportivo y económico del objetivo que pone Miguel Ángel Gil Marín.

"No lo puedes entender" es un lema que tienen en el Atleti para presumir de un sentimiento único de ser rojiblanco. Tiene que ver con la rebeldía, el carácter y el orgullo de ser capaz de competir y ganar al rival de la ciudad. Ser del Atleti tiene un valor superior a lo fácil que es hacerse del Real Madrid, el club adinerado e influyente, según dicen, que gana más títulos y se gasta millonadas en fichajes. Lo que no se puede entender es que el Atleti pase de una noche épica contra el Inter de Milán a desmoronarse contra el Barcelona.

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