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El sueño roto de Brahim Díaz con España explica el desprecio de Luis de la Fuente
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El seleccionador le da la puntilla

El sueño roto de Brahim Díaz con España explica el desprecio de Luis de la Fuente

El seleccionador no solo ha dejado escapar al jugador del Real Madrid, un talento que quería jugar con el combinado nacional, sino que además le hace culpable de ser el único responsable de elegir a Marruecos

Foto: Brahim Díaz celebra un gol en el Bernabéu. (AFP7)
Brahim Díaz celebra un gol en el Bernabéu. (AFP7)

Brahim Díaz tenía un sueño desde que era un niño que jugaba en el barrio malacitano de Dos Hermanas, hacía diabluras en el Mortadelo, despuntó en el Tiro Pichón, pasó por la cantera del Málaga, emigró al Manchester City, fichó por el Real Madrid y se hizo hombre en Italia con el Milan. Jugar con España, escuchar el himno nacional con la roja y disputar una Eurocopa y un Mundial era su deseo. El privilegio o la suerte que tiene es que puede olvidar el sueño roto con otro anhelo que le quita la pesadilla. Marruecos nos arrebata a los españoles el sueño de disfrutar de Brahim Díaz.

Su prioridad era España y a falta de una prueba dio dos: renunció a jugar los Mundiales de Rusia en 2018 y el de Qatar en 2022 con Marruecos. Luis de la Fuente no ha movido ni un dedo para que no se escapara y se queda tan pancho diciendo que él no llama a ningún jugador, solo a los lesionados y que todos son iguales. A Pedri, uno de los lesionados, reconoce que le ha llamado porque "hay que esperarle siempre y estar cerca para apoyarle". Con un futbolista del talento de Brahim Díaz, que renuncia a jugar dos Mundiales con Marruecos, lo mínimo que se puede hacer es tener una llamada y no mentir para decir que ha elegido antes a Marruecos.

Brahim no ha sentido el cariño y el amor de Luis de la Fuente, ni la cercanía de la Federación. Entró en la desesperación con el desprecio. Es inteligente en no perder energías alimentando polémicas. Su postura es darle valor a la decisión de jugar con Marruecos y soñar con disputar un Mundial con el país de su abuela. En la Selección norteafricana es una estrella y los que mandan en la Federación española le han ignorado.

La decisión de Brahim no es pasar factura a la Federación porque se siente cien por cien español y también marroquí. Hay que alejarse de donde no te quieren y eso es lo que ha decidido el malagueño mirando su progresión en su profesión. El disgusto está superado con algún matiz porque, aunque en su reacción no hay rencor, sí denota que tiene una espina clavada.

placeholder Luis de la Fuente con el central hispanofrancés Robin Le Normand. (EFE /RFEF/Pablo García)
Luis de la Fuente con el central hispanofrancés Robin Le Normand. (EFE /RFEF/Pablo García)

"Yo no presiono. A mí me gusta hablar en el campo", es como manifiesta su malestar por las palabras de Luis de la Fuente y las filtraciones de la Federación para dejarle como un chantajista que exigía saber qué garantías tenía de ir a la Eurocopa y le señalan como el único culpable.

Una falsedad

Los intereses de España deberían estar por encima de los de Luis de la Fuente, de un seleccionador que no ha sido capaz de tomarse un café con Brahim Díaz para mostrarle cercanía y ayudarle a resolver sus dudas. La gestión del director de fútbol, Albert Luque, y el seleccionador ha sido nefasta. Les ha faltado un plan. Un fracaso que intentan tapar con la falsedad de que Brahim ha renunciado a España en un documento enviado por el jugador el 9 de marzo. No sobran los talentos y España siempre es mejor con la opción de tener a Brahim Díaz.

"No tengo nada en contra de nadie", es la manera más sana que tiene el hispanomarroquí de posicionarse para que le quieran todos y se le respete su decisión. El corazón le decía que su sitio estaba con España y su ambición le ha llevado a decidir con la cabeza y la otra parte del corazón para irse con Marruecos.

Foto: Jude Bellingham celebra un gol en el Bernabéu. (EFE/Daniel González)

El cariño y el proyecto de Marruecos han decantado la decisión de Brahim Díaz y ya no le quiere dar más vueltas ni transmitir una imagen de resentimiento con Luis de la Fuente, que ha contado con él en las diferentes categorías de la Selección española. Prefiere quedarse con que el técnico riojano ha formado parte de su crecimiento y desprenderse de un sentimiento de animadversión.

Aquí paz y después gloria. Esta es la actitud de Brahim Díaz, un futbolista y persona cada vez más maduro, inteligente, que ya tiene una edad (24 años) para estar en el escaparate mundial. Se puede dar en un futuro la posibilidad de un enfrentamiento y solo pensarlo compromete más el sueño roto de Brahim Díaz. "Preferiría no marcarle un gol a España", dijo en su confesión en la Ser. El ridículo es escuchar a Luis de la Fuente decir que todavía puede volver con España.

Brahim Díaz tenía un sueño desde que era un niño que jugaba en el barrio malacitano de Dos Hermanas, hacía diabluras en el Mortadelo, despuntó en el Tiro Pichón, pasó por la cantera del Málaga, emigró al Manchester City, fichó por el Real Madrid y se hizo hombre en Italia con el Milan. Jugar con España, escuchar el himno nacional con la roja y disputar una Eurocopa y un Mundial era su deseo. El privilegio o la suerte que tiene es que puede olvidar el sueño roto con otro anhelo que le quita la pesadilla. Marruecos nos arrebata a los españoles el sueño de disfrutar de Brahim Díaz.

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