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Arda Güler le da una vuelta a su plan en el Real Madrid tras escuchar a Ancelotti
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Arda Güler le da una vuelta a su plan en el Real Madrid tras escuchar a Ancelotti

Arda Güler se resiste a salir cedido para tener más minutos, marca un gol y la postura de Ancelotti está clara. El técnico valora el talento del turco, pero no habla de él en presente

Foto: Arda Güler con Joselu y Rüdiger tras marcar el gol al Celta. (EFE Chema Moya)
Arda Güler con Joselu y Rüdiger tras marcar el gol al Celta. (EFE Chema Moya)

A Arda Güler se le ha metido en la cabeza que tiene que triunfar en el Real Madrid y la única vía para hacerlo es quedarse en el equipo. No quiere salir cedido para evolucionar, tener continuidad y más minutos. El plan acordado con el club es que su sitio está en el Real Madrid. Es el mismo que tenía Odegaard cuando llegó como un talento prometedor y el noruego empezó a acumular cesiones hasta salir traspasado al Arsenal y ser una estrella en el equipo inglés.

El turco tiene una altísima autoestima y por fin ve la luz del túnel con su primer gol con el Real Madrid. El tanto tiene un efecto de alivio, le sirve para quitarse ansiedad y excitar a la legión de seguidores que le siguen por las redes sociales. Pero hay una frase a la que le da vueltas. Ancelotti no habla de él en presente. Lo hace en futuro y, aunque le elogie, lo sigue viendo como un proyecto de buen futbolista.

"Arda Güler en el futuro va a tener más minutos porque es un gran talento", es la reacción que tuvo el entrenador del Real Madrid tras el estreno goleador del turco. Ancelotti no le puede prometer nada al joven futbolista. No es la primera vez que manifiesta su postura con este jugador. "No tengo que dar explicaciones. Si no lo entiende, no pasa nada", manifestó tras la victoria contra el Sevilla, en la que el turco se quedó sin jugar y se le vio con mala cara.

Güler se ha dado cuenta de lo difícil que es jugar con Ancelotti. Lleva disputados 93 minutos en toda la temporada. Y llegó su momento. El gol al Celta. No es un tanto más, ni tiene menos valor por ser el que cerró la goleada. Pero fue más celebrado por los compañeros, en el palco del Bernabéu y sus seguidores. Para Ancelotti no cambia nada. El italiano dice que el chico tiene mucho talento y un enorme futuro, pero eso de verle más tiempo en el campo es otra historia porque lo que le falta al niño es experiencia e intensidad y esto es tan importante para el italiano como la calidad.

placeholder Carlo Ancelotti charla con Arda Güler en un entrenamiento. (EFE  Kiko Huesca)
Carlo Ancelotti charla con Arda Güler en un entrenamiento. (EFE Kiko Huesca)

Ancelotti mide los riesgos con Güler y la prueba es que lo sacó en los minutos de la basura contra el Celta, ya con 3-0 en el marcador, y de esta manera cumplió el expediente. El turco recibió un buen balón de Ceballos y se fabricó el gol que tanto soñaba. Lo extraño fue la celebración. No se volvió loco. Le tuvieron que agitar Rüdiger, Tchouaméni, Lucas Vázquez, Nacho, Camavinga… Todos hicieron piña con el chaval, le exigieron que festejara su primer gol como se merece.

Celebración fría

El primer tanto en el Bernabéu, aunque sea el cuarto y el público ya estaba en retirada, es para volverse loco. Güler reaccionó con frialdad y tardó en celebrarlo a lo grande. Más que en saltarse el protocolo en su presentación. Ese día de julio se precipitó saliendo al estrado antes de que Florentino acabara el discurso. Era el síntoma de las prisas de un adolescente que se quiere comer el mundo y se negó a ser cedido en otro equipo para hacer la mili, que es lo que pedía Ancelotti. Un plan al estilo del que llevó Brahim Díaz. El malagueño llegó del Manchester City al Real Madrid, estuvo media temporada y acabó entendiendo que era bueno salir. Triunfó en el Milan.

Foto: Luis de la Fuente, seleccionador, y Albert Luque, director de fútbol. (EFE EPA Mohammed Badra)

El turco es un jugón, un diamante que hay que pulir y que no destaca por su físico. Esta fragilidad le pasó factura en el verano y la primera parte de la temporada, con una lesión grave de rodilla y dos recaídas. Ancelotti tenía razón. Güler estaba tierno, había que frenarle y pedirle paciencia. La competencia en la plantilla también le perjudicaba.

Han pasado siete meses de su llegada y las lesiones, un trabajo específico en la preparación física y mental, del cuerpo técnico y los compañeros, consiguen que el turco esté más musculado y su cabeza haya aprendido de los golpes. Güler quiere ser como Bellingham. Demostrar que no le puede la presión, que puede hacer una adaptación en tiempo récord y que tiene el talento para desequilibrar los partidos. Lo que le falta es la potencia y la fuerza del inglés.

A Arda Güler se le ha metido en la cabeza que tiene que triunfar en el Real Madrid y la única vía para hacerlo es quedarse en el equipo. No quiere salir cedido para evolucionar, tener continuidad y más minutos. El plan acordado con el club es que su sitio está en el Real Madrid. Es el mismo que tenía Odegaard cuando llegó como un talento prometedor y el noruego empezó a acumular cesiones hasta salir traspasado al Arsenal y ser una estrella en el equipo inglés.

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