El Real Madrid frena a Arda Güller: el Messi turco tiene prisas por darse a conocer

Arda Güller quiere darse a conocer en España lo más rápido posible. Es un chico impetuoso, descarado, ambicioso, con ese punto de inconsciente que provoca no ver el peligro y tener riesgos. El inicio de la perla turca en el Real Madrid no puede ser más cruel. Ni en sus peores pesadillas podía imaginarse todo lo malo que ha sufrido en tan poco tiempo. Dos lesiones en tres meses pueden dejar marcado a cualquier futbolista que es un recién llegado a un club con una enorme exigencia y competencia para tener minutos.

Pasar por el quirófano para ser intervenido de una lesión en el menisco interno de la rodilla derecha, no hacer una pretemporada con partidos y cuando estás recuperado, sufrir una recaída en la otra pierna por una lesión en el músculo del recto anterior es para desmoralizarse. No ha sucedido nada de esto en Arda Güller. Es el chico sin calma. Se le conoce como por ser un impaciente, por cómo llegó al Real Madrid y tener una personalidad demasiado atrevida.

Si alguien no tiene prisas con Güller es Ancelotti. Son los aficionados los que están deseando ver quién es esta perla turca que el Real Madrid le arrebató al Barcelona. En España, en Turquía y en el mundo entero. Hay una enorme expectación por comprobar de qué pasta y qué nivel tiene un chico de solo 18 años con un talento descomunal. Por culpa de las lesiones no ha podido debutar y la idea que se hacen los madridistas es por los vídeos de sus primeros entrenamientos en la pretemporada y sus mejores jugadas en el Fenerbahçe. Es tanto el interés que hay en verle de una vez en acción con la camiseta del Real Madrid, que sin jugar se palpa la expectación por ver en qué partido lo hará debutar Ancelotti.

Un enfermo del fútbol

Esta es la gran responsabilidad que tiene el técnico italiano. Arda Güller tiene prisas por jugar, en España es noticia porque el Real Madrid se lo quitó al Barcelona y en Turquía no pueden esperar para presumir con orgullo de su crack. La pasión que caracteriza a los aficionados turcos es proporcional a la que tiene Arda Güller. El chico es un enfermo del fútbol, un loco de la pelota, un jugón.

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Hay que entender su personalidad y por qué dejó plantado al Barcelona para irse al Real Madrid. Por dinero, dicen los del Barça. Porque no quería seguir en Turquía una temporada más, según los del Real Madrid. Su ambición, sus prisas por verse en un club histórico, que tiene una filosofía de fichar a jóvenes talentos, le llevó a poner una condición innegociable. Güller no quería una cesión de un año en otros equipos. Fichaba para salir de Turquía y demostrar su talento. Es demasiado joven, no tiene experiencia, pero le sobra personalidad y confianza en su fútbol.

Así llegó al Real Madrid, que no contaba con este jugador en su planificación tras las renovaciones de Kroos, Modric, Ceballos, el regreso de Brahim Díaz y el fichaje de Bellingham. Demasiados centrocampistas para hacerle sitio al joven Güller. Pero fue imposible hacerle entender que tuviera paciencia, fichara y esperara un año. Güller se salió con la suya, el Real Madrid pujó fuerte con el pago de 20 millones de euros y un bonus, que según el Fenerbahçe, es de 10 millones de euros. Demasiado caro para el Barcelona, con recortes financieros para cumplir el control económico de la Liga. El Barça perdió a Güller y el Real Madrid lo fichó, pero el chico lleva tres meses que se sube por las paredes con las dos lesiones y las ganas de disfrutar y que le vean jugar.

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En el Real Madrid dicen que es un fichaje para seis años y le aconsejan que no se precipite. Es joven, necesita de un periodo de adaptación y hay competencia. La paciencia del club y del entrenador no es la que tiene Güller y los aficionados, que están deseando ver las cualidades de un chico que en su país llaman el Messi turco. Se le compara también con la calidad de Guti y Mesut Özil. Es un zurdo habilidoso, un prodigio con el balón para eliminar rivales en pequeños espacios, encara, hace maniobras que parecen imparables... Hay muchas ganas en el Real Madrid de que sea vea a un futbolista diferente, al que es difícil pedirle calma para no alterar su brillantez. Es el prototipo de jugador que tiene creatividad y da espectáculo. Pero al que también hay que cuidar con las lesiones. Es un impaciente.

El turco está de vuelta a los entrenamientos con el grupo y en el parón de Selecciones ha cogido ritmo. Pasa horas en el gimnasio para potenciar el físico y está adaptado a sus compañeros. Le puede venir bien entrar en la convocatoria para el partido de este sábado contra el Sevilla, pero el Sánchez Pizjuán no es el campo propicio para el debut de Güller. Está en dinámica de grupo y en el partido de la próxima semana en la Champions contra el Braga podría ser la fecha señalada. Después llegará el Clásico en Montjüic, contra el rival que dejó plantado Güller.