Es noticia
Sergio Ramos se come el orgullo que le echó del Real Madrid para lograr el perdón del Sevilla
  1. Deportes
  2. Fútbol
más humilde y pidiendo disculpas

Sergio Ramos se come el orgullo que le echó del Real Madrid para lograr el perdón del Sevilla

Sergio Ramos cumple con todas las condiciones que le pone el Sevilla para su regreso. Desde un sueldo de un millón de euros hasta tener que pedir perdón a los aficionados

Foto: Sergio Ramos, a su llegada a Sevilla. (EFE/Raúl Caro)
Sergio Ramos, a su llegada a Sevilla. (EFE/Raúl Caro)

Sergio Ramos se traga el orgullo para cumplir con su deseo de regresar al Sevilla. El mismo que le hizo mantener un pulso con Florentino Pérez y le costó que el presidente del Real Madrid se hartara de sus exigencias. El orgullo fue su principal enemigo. La gestión con la que llevó las negociaciones para prolongar su contrato con el Real Madrid, alegando que se merecía dos años y no uno, como es norma en el club para los jugadores treintañeros. Dos años después y tras pasar dos temporadas de más sombras que luces en el Paris Saint-Germain, su actitud es otra. En la primera en París estuvo más tiempo en la enfermería que en el césped y en la segunda salió del túnel de las lesiones, pero no le sirvió para regresar a la Selección. Ha hecho, como le gusta decir, un enorme reseteo.

Con humildad, sin mirar el dinero y pidiendo perdón, es como Sergio Ramos consigue fichar por el Sevilla y se quiere reconciliar con los aficionados que no le quieren. Se veía en Arabia Saudí o en Turquía y entre el lujo y el dinero ha elegido la felicidad en el Sevilla. Regresa a casa y lo hace dando gracias de que el equipo tiene graves problemas defensivos y es el colista de la Liga. Se beneficia de que los centrales (Badé, Gattoni, Marcao y Nianzou) no dan el nivel y que Mendilibar tiene que recurrir a Gudelj, un centrocampista, para la defensa.

A Sergio Ramos le toca la lotería con su retorno al Sevilla. No va a cobrar en dinero. El bolsillo lo tiene lleno tras 16 años en el Real Madrid y dos en el Paris Saint-Germain. Está tan contento de que el Sevilla le abra las puertas que es capaz de pedir perdón a los aficionados que se pudieran sentir ofendidos por la polémica celebración que hizo en enero de 2017, tras marcar un gol de penalti a lo Panenka en el Sánchez Pizjuán y celebrarlo con un gesto desafiante a la grada norte, donde se ubican los Biris, el sector radical.

Limpiar su imagen

Habla de estar todos en el mismo barco. Es otro Sergio Ramos. Humilde, agradecido, entusiasmado por el regreso a casa y proclamando su sevillismo. El que le inculcó su abuelo y por el que se convirtió en el canterano de oro que con 19 años debutó en el primer equipo y el club ingresó 27 millones de euros. Este capítulo, el de su venta al Real Madrid, que le costó la enemistad del sevillismo y por el que empezaron las hostilidades lo rebatió para limpiar su imagen. Era el Sergio Ramos que acusaba a José María del Nido padre de mentir, de no explicar que la operación no fue un clausulazo ni dejó tirado al Sevilla.

Foto: Los capitanes de la Selección comparecen para leer el comunicado. (EFE/Javier Lizón)

Pero esto ya no lo tiene cuenta, pese a que no es bien recibido por todos. Los Biris rechazan en un comunicado el fichaje y lo califican como "una falta de respeto a los valores que nos han hecho grandes, a los símbolos y a las leyendas que han defendido nuestro escudo y a los miles de sevillistas que han sufrido los desprecios de este jugador en el pasado". Hay una animadversión a Sergio Ramos. No llega por aclamación, tampoco hay en la atmósfera del club ni de los aficionados una pasión desbordada, a pesar de que se ha presentado en sociedad en un vídeo en el que posa con las camisetas del Sevilla y la Copa del Mundo.

Para regresar al Sevilla ha sido fundamental que el vicepresidente José María del Nido Carrasco haya dado vía libre a una contratación de la que no eran partidario ni el presidente José Castro ni el director deportivo Víctor Orta. Pesa mucho la decisión del vicepresidente y, en la sombra, le ha echado una mano José María del Nido padre. La persona que le puso a la afición en contra le tiende puentes para volver a defender el escudo del Sevilla.

La rebaja salarial

No tenía ofertas de clubes potentes de Europa, no llamaba ningún equipo puntero y Sergio Ramos, que es un animal competitivo, quería jugar la Champions. La opción del Sevilla era la mejor para quitarse una espina clavada y si para ello tenía que renunciar a mucho dinero y comerse el orgullo, estaba dispuesto a hacerlo. "Era una deuda que tenía conmigo mismo y con mi familia", dice un eufórico Ramos, que ha pasado en tres años de ganar 12 millones de euros netos en el Real Madrid a 5 en el PSG y poco más de uno en el Sevilla y un contrato de una sola temporada. El bajo salario en el Sevilla, aceptar todas las condiciones, le ayudará a reconciliarse con los seguidores.

Foto: Sergio Ramos en un partido con el Paris Saint-Germain. (Reuters/Benoit Tessier)

En el Real Madrid no van a quemar la camiseta de Sergio Ramos porque haya decidido jugar en el Sevilla. Es una leyenda, un futbolista protagonista de gestas que quedan en la historia, un capitán, pero ahora un rival. No tiene enemigos en el Real Madrid, si acaso una parte de la masa social que le reprocha haber querido estar por encima del club, con sus exigencias para renovar y no haber seguido el mismo camino que Modric, Kroos y Nacho en las negociaciones. De esta manera podría haber continuado más tiempo, año a año, pero el orgullo le pudo más que el madridismo.

Sergio Ramos se traga el orgullo para cumplir con su deseo de regresar al Sevilla. El mismo que le hizo mantener un pulso con Florentino Pérez y le costó que el presidente del Real Madrid se hartara de sus exigencias. El orgullo fue su principal enemigo. La gestión con la que llevó las negociaciones para prolongar su contrato con el Real Madrid, alegando que se merecía dos años y no uno, como es norma en el club para los jugadores treintañeros. Dos años después y tras pasar dos temporadas de más sombras que luces en el Paris Saint-Germain, su actitud es otra. En la primera en París estuvo más tiempo en la enfermería que en el césped y en la segunda salió del túnel de las lesiones, pero no le sirvió para regresar a la Selección. Ha hecho, como le gusta decir, un enorme reseteo.

Sergio Ramos
El redactor recomienda