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Pena máxima para el Sevilla ante un pobre City que conquista su primera Supercopa (1-1)
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PRIMER TÍTULO CONTINENTAL DEL AÑO

Pena máxima para el Sevilla ante un pobre City que conquista su primera Supercopa (1-1)

Los hispalenses pudieron apuntillar al equipo de Pep Guardiola varias veces en la segunda parte, pero los ingleses empataron y se llevaron el torneo en la tanda de penaltis (5-4)

Foto: Gudelj falló el último penalti y el Sevilla dijo adiós al título. (Reuters/Alkis Konstantinidis)
Gudelj falló el último penalti y el Sevilla dijo adiós al título. (Reuters/Alkis Konstantinidis)

El monstruo indomesticable que es el Sevilla FC cuando llega a la final de la Europa League se convierte en vampiro expuesto al sol cuando llega la canícula y toca conquistar la Supercopa continental. El Manchester City derrotó al cuadro hispalense en los penaltis (5-4) y se llevó su primer entorchado tras acabar el encuentro con empate a uno, en un partido en el que se pusieron por delante y que pudo haber sentenciado en la segunda mitad.

Son ya seis las derrotas consecutivas en este torneo de los andaluces, aunque lo justo es apuntar que siempre compiten con garantías, pese al acumulado de decepciones. Solo han levantado esta copa una vez, y fue en la edición en la que se estrenaban, tras cosechar el acceso al aplastar en la final de la UEFA de 2006 al Middlesbrough inglés. Han pasado 17 años, y en aquel agosto se presentó el equipo otrora entrenado por Juande Ramos en el neutral estadio de Mónaco para tratar de vencer al campeón de Europa, el FC Barcelona de Frank Riijkard, que había derrotado al Arsenal de Thierry Henry un par de meses atrás. El Sevilla se estrenó a lo grande y se llevó su primera y única Supercopa tras aplastar a los catalanes con un contundente 3-0.

placeholder El gol de En-Nesyri adelantó al Sevilla. (Reuters/Vincent West)
El gol de En-Nesyri adelantó al Sevilla. (Reuters/Vincent West)

Fue un partido que no olvidan por Nervión. Renato, Kanouté y Maresca fueron los goleadores, pero los aficionados a este deporte que cuentan ya con más de siglo y medio de vida no olvidarán otros a dos jugadores sevillistas. Uno de ellos es el tristemente fallecido Antonio Puerta —que había sido ya héroe sevillista en la referida primera UEFA tras el golazo en la prórroga de semifinales contra el Schalke 04—, quien provocó el penalti del tercer gol andaluz y, sobre todo, dejó para el recuerdo una jugada antológica que no acabó en gol por poco. Pero también se recuerda del partidazo de Dani Alves, nombrado mejor jugador del encuentro. ¡Cómo ha cambiado todo más de tres lustros después! Ahora, el lateral brasileño es reo en la cárcel de Brians II, el gurú Monchi reside en Birmingham y el presidente es José Castro, enemistado con quien ejercía el cargo aquella mágica noche de agosto de 2006, José María del Nido. Este último, por cierto, también sabrá años después lo que es pasar una temporada entre rejas.

Cabezazo de En-Nesyri para mandar al descanso

Pep Guardiola saltó al césped con sus dos flamantes fichajes croatas como titulares, Kovacic y su prácticamente homónimo defensor, Gvardiol. Por el contrario, José Luis Mendilíbar no dispuso de salida a ningún fichaje. Los primeros minutos fueron vibrantes, y los sevillanos parecían salir con más decisión, aunque sin crear ingente peligro. El cuadro citizen almacenaba la pelota, pero no creaba mucho peligro, a excepción del testarazo de Nathan Aké que Bono atajó con seguridad.

El dominio de los de Guardiola era estéril, y no parecía inquietar a un cuadro sevillista que sabía que tendría sus ocasiones. El balón se movía de un lado a otro del césped, con cierta indiferencia, y hasta Jack Grealish parecía recortar más en horizontal que en vertical, como si estuviese sorteando a otros compatriotas en Ushuaia. Así llegó el necesario parón para hidratarse y, tras esto, el único tanto al descanso. Una cabalgada andaluza le hizo llegar el balón a Acuña, que centró con medida precisión para que Youssef En-Nesyri cabeceara a la red con belleza y contundencia el esférico. Nada pudo hacer Ederson. Era un 1-0 que premiaba a un Sevilla que no se había arruinado ante el poderoso plantel formado con capital de Abu Dabi.

placeholder Palmer empató con un gran cabezazo. (Reuters/Vincent West)
Palmer empató con un gran cabezazo. (Reuters/Vincent West)

La actitud de los británicos ante el golpe fue la de almacenar más aún la pelota, aunque esto no se tradujo en un excesivo peligro en la portería defendida por Bono. Erling Haaland estuvo a punto de quedarse mano a mano contra el meta marroquí, pero lo evitó Badé con una inteligente amarilla, y el árbitro francés François Letixier perdonó otra bastante clara a Ocampos. No pasó nada más reseñable sobre el verde del Georgios Karaiskakis Stadium y se decretó el final de la primera contienda con grandes noticias para los españoles.

El City empató con poco

El héroe de la primera parte pudo poner una mayor distancia al poco de volver de los vestuarios. Una cabalgada digna del mejor Correcaminos de Ocampos dejó al goleador marroquí frente a Ederson, pero definió mal y centrado. En-Nesyri, delantero con innegables virtudes, no tiene su fuerte en el uno a uno contra el meta rival, y esta ocasión fue un ejemplo de ello. No obstante, la clara oportunidad abrió el inicio de los mejores minutos de los hispalenses sobre el césped: era el momento de matar la final en una carrera al espacio y cosechar la segunda Supercopa.

Pero lo que llegó fue el empate. El City estaba estancado, absolutamente estático, pero es un equipo repleto de talento. Rodri, mejor jugador español en lo que va de 2023, centró con maestría y el canterano Cole Palmer, reciente campeón del europeo sub-21 con Inglaterra, puso con la testa el 1-1. Volvían las tablas al Pireo, y las cámaras enfocaron rápidamente a Guardiola y su ayudante Juanma Lillo, ambos inmutables pese al tanto, quizás inmersos en un debate sobre quién era el más grande creador de las tragedias clásicas del país, si Esquilo, Sófocles o Eurípides.

placeholder Gudelj falló el último penalti. (Reuters/Vincent West)
Gudelj falló el último penalti. (Reuters/Vincent West)

El golpe para el Sevilla llegó cuando parecían más serenos. No obstante, la balanza podría haberse vuelto a desnivelar al instante si En-Nesyri hubiese acertado en su segundo mano a mano. Pero tampoco pudo ser, y el partido volvió al guion esperado, aunque con el equipo de Mendilíbar más timorato. De hecho, a falta de 15 minutos, se notó que el partido se le estaba haciendo algo largo a los recientes campeones de la Europa League. Primero Palmer, luego Haaland —que hace menos de un año metió dos "chicharros" en el Sánchez Pizjuán en fase de grupos de la Champions League— y después Aké, ya en el descuento, pudieron anotar, pero Bono, en su probable último partido como con la elástica sevillista, actuó con corrección. Y llegó el final. Sin prórroga, el partido se decidió desde los 11 metros.

Máxima pena para el sevillismo

Empezó el Manchester City con gol de Haaland, y Ocampos respondió con serenidad para hacer lo propio. También Julián Álvarez, que salió al césped cuando el partido agonizaba, anotó su penalti, enviándolo a la escuadra. Al mismo sitio la mandó Rafa Mir para poner el 2-2 y quitar las pocas telarañas que quedaban en la esquina derecha de la portería. La buena racha continuó en tercera ronda, con los goles croatas de Kovacic y Rakitic, y no se detuvo en la siguiente, con los tantos de Grealish y Montiel.

Todo cambió cuando llegó la muerte súbita. Walker consiguió el pleno citizen con un lanzamiento que estuvo a punto de detener Bono, pero quien no perforó la red fue Gudelj, que mandó la quinta pena máxima sevillista al larguero. Y así concluyó la final, y el Manchester City levantó la primera Supercopa de Europa de la historia del equipo del norte de Inglaterra. Una auténtica pena para los hispalenses que, pese a todo, tienen razones de peso para volver a agarrarse a esa proclama que tan bien queda en su himno centenario: el Sevilla nunca se rinde y, más pronto que tarde, volverán a intentar luchar por su segunda Supercopa.

El monstruo indomesticable que es el Sevilla FC cuando llega a la final de la Europa League se convierte en vampiro expuesto al sol cuando llega la canícula y toca conquistar la Supercopa continental. El Manchester City derrotó al cuadro hispalense en los penaltis (5-4) y se llevó su primer entorchado tras acabar el encuentro con empate a uno, en un partido en el que se pusieron por delante y que pudo haber sentenciado en la segunda mitad.

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