Rafa Mir y cómo una madre hace más por un hijo para que triunfe en España

El representante es Jorge Mendes y se encarga de la parte contractual, el padre es asesor futbolístico y exjugador de fútbol. Magín Mir tuvo una carrera en diferentes equipos modestos hasta llegar a jugar en Primera con el Albacete. Y la madre, Cristina Vicente Pérez, es la que ‘corta el bacalao’. Rafa Mir, el delantero por el que apostaron Monchi y Lopetegui para el Sevilla, tiene un entorno familiar y profesional que le favorece. Está de regreso a España, en un momento dulce, y es en gran parte por culpa de la madre.

Lo que necesitaba Rafa Mir para convertirse en uno de los delanteros punteros de la Liga se está cumpliendo en el Sevilla. Juega de titular, marca goles decisivos y disfruta del sol de España. Encadena una racha de tres partidos viendo portería y son ya tres goles en los 305 minutos que ha tenido. A un gol cada 101 minutos se puede considerar un buen promedio para un chico de 24 años que acaba de llegar al Sevilla. El Sánchez Pizjuán es una plaza mayor y el club y la afición son exigentes. No le está costando la adaptación, pese a que cuando se conoció su fichaje había dudas en la ciudad hispalense.

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El cambio ha sido a mejor y es lo que buscaba la madre para su hijo. El clima, las costumbres, la gastronomía y tener a la familia cerca condiciona el estado de ánimo. Hace mejorar el rendimiento y en el caso de Rafa Mir es más importante que el dinero. A veces en la vida hay que renunciar a la ambición de tener un mejor sueldo y mirar más el ámbito de trabajo en el que estar cómodo para ser feliz. Es el caso de Rafa Mir. Le ha sucedido en dos ocasiones desde que emigró muy joven (20 años) a Inglaterra y tuvo que regresar a España para explotar su talento. Sucedió primero en Huesca y ahora en Sevilla.

Sin futuro en Inglaterra

Las madres son las que mejor conocen cómo es el estado de ánimo de un hijo, qué necesita y cuáles son las soluciones a sus problemas. No les hace falta tener un máster en gestión deportiva y económica, como los profesionales del fútbol, para dar esos consejos que enderezan la carrera. Cristina Vicente lo vio claro. Su hijo tenía que regresar a España para desarrollar su potencial y ser feliz jugando al fútbol. La aventura en el equipo inglés del Wolverhampton no tenía futuro. El club pagó un dineral (3 millones de euros) al Valencia por el chaval en enero de 2018. Rafa Mir no funcionaba fuera de España. No encontró su sitio en la Premier League, a pesar de ser un talento precoz y un goleador en todas las categorías.

A Inglaterra lo llevó Jorge Mendes, uno de los representantes más poderosos e influyentes, con la idea de que en el Wolverhampton se hincharía a marcar goles. Tenía a Nuno Espírito Santo, un entrenador de la cuerda de Mendes, y que conocía a Rafa de su etapa en el Valencia. Pero desde el principio notó el gran cambio. No se adaptó al clima, las costumbres ni la comida. No encontraba su sitio. Le faltaban más cosas. La energía para soltarse.

Había rechazado una oferta del Real Madrid para jugar en el Castilla e hizo las maletas para irse a Inglaterra. Era un chico con buenos registros. Había marcado 25 goles en el Mestalla, filial del Valencia, y tenía todo el futuro por delante para crecer en el fútbol inglés. No fue posible. No encontró su sitio tampoco en Las Palmas, su primera cesión. Ni, por supuesto, en otro equipo inglés, el Nottingham Forest.

La felicidad en Huesca

Hasta que intervino Cristina Vicente, la madre que le recomendó que volviera a España para jugar, de nuevo, cedido en el Huesca. Un proyecto más a su medida. Fue una temporada y media brillante en la que hizo 25 goles. Recuperó el cartel de goleador con partidos destacados y exhibiciones brillantes como los tres goles que marcó al Valladolid. Era lo que necesitaba para sentirse feliz. Jugar en la Liga, en Primera división, tener continuidad y cerca a la familia. La madre lo vio claro y Rafa Mir pidió a sus agentes que buscaran un equipo puntero en España porque ya daba por cerrada su etapa en el Wolverhampton.

La decisión estaba tomada y coincidió con un papel destacado en los Juegos Olímpicos de Tokio. Rafa Mir, suplente en los planes del seleccionador Luis de la Fuente, fue el héroe de los cuartos de final contra Costa de Marfil. Marcó tres goles y clasificó a España para las semifinales. España acabó con la medalla de plata, con la derrota contra Brasil, pero Rafa Mir estaba de nuevo en el escaparate y se lo disputaban clubes como el Atlético de Madrid y el Sevilla.

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“Tengo fotos de cuando era pequeño vestido con la camiseta del Atlético de Madrid”, reconoció la madre, en una entrevista en Onda Regional Murcia, cuando su hijo marcó los tres goles en los Juegos y ya sonaba el nombre del Atlético como posible destino. Lo quiso Simeone. Hubo negociaciones para reforzar la plantilla rojiblanca y se vio a Rafa Mir como el delantero que podía dar descanso a Luis Suárez. A principios de agosto estaba cerca de firmar por el Atleti. Pero apareció Monchi. El Sevilla también buscaba un delantero y no contaba con Luuk de Jong, que acabó yéndose cedido al Barcelona por petición de Koeman.

El Sevilla se ha gastado 16 millones de euros en Rafa Mir y en la ciudad lo veían como una operación de riesgo. Pero el chico está funcionando porque está donde le decía su madre. Es mejor ganar menos dinero y buscar el sitio idóneo para desarrollar las cualidades. España y la Liga era lo ideal. Sevilla pone el listón alto y tiene en el marroquí Yousseff En-Nesyri a un delantero de mucho nivel. La temporada pasada hizo 24 goles en todas las competiciones.

Aprovecha la lesión de En-Nesyri

“Con trabajo todo llega”, decía Rafa Mir. En-Nesyri está lesionado y Rafa no para de hacer goles, algunos claves como el que sirvió para ganar al Celta en Balaídos. Está entre los máximos realizadores españoles en la Liga por detrás de Oyarzabal (6), Raúl de Tomás (4) y queda esperar si Luis Enrique mira su trayectoria para los próximos encuentros internacionales en los que España se juega la clasificación para el Mundial de Qatar.

El niño de Cristina es uno de los mejores goleadores nacionales y su trabajo sí tiene el reconocimiento en su tierra. Este mes recibió un homenaje en la pedanía murciana donde se crió, en Javalí Nuevo, donde le han puesto su nombre al estadio.